explicacion.
– ?Katika? ?Y eso que es?
El demonio se puso de pie.
– Tu eres su duena.
Ella elevo las cejas para expresar sorpresa.
– ?Lo soy?
Xypher le advirtio con la mirada que no dijera una palabra mas, antes de volver a fijar su atencion en Xedrix.
–
Xedrix se mofo.
– ?No? Apestais a nuestros peores enemigos. Griegos y gallu. ?Y esperais que crea que no teneis intenciones de danarnos?
El demonio que se encontraba a la derecha de Simone dio un paso al frente.
– Mi hermano yace muerto. Opino que matemos al macho como venganza.
Xedrix le dedico una mirada llena de odio tan malevola, que el demonio que habia hablado la sintio sobre sus hombros.
– Conoces las leyes de tu gente. El pertenece a una, que no se ha declarado nuestra enemiga.
– ?No servire a una humana-gallu
Xedrix extendio su mano y el demonio floto por el aire para aterrizar en su puno.
– Te has olvidado de algo, Tyris. La hembra viene a hablar en son de paz, nosotros la escucharemos. Puede que seamos brutales pero no somos salvajes.
Volvio su mirada hacia Xypher antes de liberar a Tyris.
– Un solo movimiento hostil y Katika o no, os mataremos.
Xypher enlazo sus manos y las levanto en alto para que el Caronte pudiera verlas.
– No habra guerra en tanto mi Katika no sea amenazada.
– Entonces tenemos un acuerdo. -Xedrix se movio a un lado y extendio el brazo para abrirles el paso-. Pieryol akati.
Simone fruncio el seno.
– ?Que significa eso?
– La paz es nuestro camino, mi senora. -Xedrix la siguio de cerca-. Seguid a Tyris.
Los guio hacia un edificio ubicado a la izquierda, donde se abria una puerta en el lado opuesto a un contenedor.
Simone parpadeo ante la densa oscuridad que los envolvio al entrar en lo que parecia la parte trasera de un club. Todo estaba pintado de negro, incluso el suelo. Arregladas cortinas negras separaban el area en la que se encontraban de una plataforma sobre la que colgaba un letrero con las palabras CLUB VAMPYRE.
Ella aun no perdia su cuota de ironia.
– Bonito nombre.
Los ojos de Xedrix centellearon rojos en la oscuridad.
– Puede que no sea humano, senora. Pero eso no significa que no perciba el sarcasmo cuando lo oigo.
– Lo siento.
Mientras Xedrix los guiaba a traves de las cortinas, Simone dejo escapar un grito sofocado. Habia al menos una docena mas de Carontes, y al contrario que Xedrix y sus dos companeros, estos parecian demonios. Tenian cuernos en las cabezas y sus pieles se combinaban en infinitos colores, usualmente dos por criatura. Estaban veteados de tal manera, que resultaban verdaderamente atractivos. Sus ojos variaban del amarillo al blanco, al rojo y al negro. Al igual que sus cabellos, cuyos colores iban del negro al marron o al caoba. Grandes alas de brillantes colores sobresalian de sus espaldas, proporcionandoles una extrana apariencia angelical que contrastaba con sus colmillos y sus fisicos, perfeccionados para la batalla.
Simone dio un paso atras y se topo con Xypher, que parecia encontrar la escena totalmente admisible.
– Tal vez deberia dejar mis llaves fuera.
– Tranquila, -le dijo Xypher, envolviendo los brazos alrededor de su cintura para evitar que saliera corriendo-. Tu no eres quien corre peligro.
– ?Como lo sabes?
Senalo el grupo con un movimiento del menton.
– Por naturaleza, los Carontes son una raza extremadamente matriarcal. Los machos estan siempre al servicio de las hembras, que es la razon por la que dije que tu eres mi propietaria. Esa es la forma en que entienden el mundo. Y afortunadamente para nosotros, los machos no suelen ser tan beligerantes como las hembras.
– ?En serio?
El asintio.
– Ya que no hay hembras presentes, asumo que estamos relativamente a salvo. Al contrario que las hembras Caronte, los machos solo atacaran si se les ordena o amenaza. -La comisura de un lado de su boca se elevo-. Sabias palabras, no los amenaces. Yo soy bueno, pero en este momento, ellos me superan en numero.
– Descuida. No tengo intenciones de herir su orgullo dentro de su guarida.
Xypher la libero.
– ?Donde esta vuestra Katika? -Le pregunto a Xedrix.
Este cruzo los brazos sobre el pecho.
– No tenemos.
– ?Ha muerto?
El nego con la cabeza.
– Somos Dikomai.
– Guerreros machos. -Xypher susurro las palabras al oido de Simone, para que pudiera entenderlo.
– Algunos anos atras nuestra Katika fue atacada. Habia un griego -escupio las palabras como si fueran la cosa mas desagradable que pudiera imaginar- un dios, que busco liberarla de su cautiverio. Ella nos envio a proteger a su hijo y luchar contra los griegos que pretendian danarlo. Nosotros vinimos y peleamos. Muchos sucumbieron y antes de que los pocos sobrevivientes pudieramos regresar a casa, el portal se cerro, recluyendonos en este reino.
Tyris fruncio la boca.
– Y ahora estamos siendo atacados por los gallu. Que todos ellos ardan y perezcan entre las cenizas del escamoso culo de un dragon.
– Vaaale, -dijo Simone en voz baja, pero habia que darles credito, esa era una buena maldicion para dedicarle a alguien que no te gustara. Las imagenes lo decian todo.
– ?Porque estan atacando los gallu? -pregunto Xypher.
Los machos se negaron a responder.
Xypher nego con la cabeza, para que advirtieran que no solo se estaban negando a compartirlo con el. Perfecto. Tan solo, perfecto.
– Dejadme intentarlo otra vez. ?Que es lo que ellos quieren que vosotros teneis?
Los machos se acercaron para formarse hombro con hombro con los brazos cruzados. Una consolidada pared de acerrimo machismo.
Simone sacudio la cabeza ante lo que veia.
– Son ideas mias o, ?alguien mas siente que se envenena con tanta testosterona?
Xypher hizo una mueca.
– ?Que?
Ella extendio la mano.
– Miralos. Listos para luchar hasta la muerte antes que responder a una simple pregunta… ?sabes?, se me ocurre que hay una sola cosa que haria que los hombres actuaran asi, especialmente hombres provenientes de una sociedad altamente matriarcal, dispuestos a entregar sus vidas sin siquiera dialogar.
– ?Y eso seria?
– Una mujer.
Xypher se paralizo al advertir que ella estaba en lo cierto. Era por lo unico por lo que ellos estarian dispuestos a