valor. Y entonces vas a lamentar esta mierda de follar conmigo.

– No lo hare.

– Esperalo.

El salia por la puerta antes de que ella pudiera encontrar las palabras apropiadas para hacerlo regresar.

Bella se cruzo de brazos y farfullo con frustracion. Entonces pateo las mantas. Maldicion, que calor hacia en esta habitacion. O quizas ella estaba demasiado estimulada, estaba oprimida por su quimica interior.

Incapaz de estar en la cama, se vistio y bajo por el pasillo de las estatuas. No le importaba donde acabara; solo queria salir y alejarse de ese calor.

CAPITULO 28

Zsadist se detuvo en el tunel subterraneo, a medio camino entre la casa principal y el area de Vishous y Butch.

Cuando miro tras el no vio nada salvo una hilera de luces en el techo. En frente habia mas de lo mismo, una hilera de placas resplandecientes que seguian y seguian. Las puertas, por la que habia entrado y por la que debia salir, eran invisibles para el.

Bueno, no era eso una jodida perfecta metafora de la vida.

Se sento contra el muro de acero del tunel, sintiendose atrapado a pesar del hecho de no estar retenido por nada y por nadie.

Oh, pero que sandeces. Bella estaba atrapandolo. Encadenandolo. Atandolo con su hermoso cuerpo y su corazon amable y esa extraviada quimera del amor que resplandecia en sus ojos color zafiro. Atrapado… Estaba tan atrapado.

Con un repentino cambio, su mente se cerro en la noche en la que Phury finalmente lo saco de la esclavitud.

Cuando la Mistress aparecio con otro macho, el esclavo se habia mostrado desinteresado. Despues de diez decadas los ojos de otros machos ya no le molestaban, y las violaciones y las invasiones no tenias nuevos horrores que ensenarle. Su existencia era un tramo de constante caida hacia el infierno, el unico reposo real en la infinita naturaleza de su cautiverio.

Pero entonces habia sentido algo extrano. Algo… diferente. Habia girado la cabeza y mirado al extrano. Lo primero que penso era que el hombre era enorme y vestido con lujo, asi que tenia que ser un guerrero. Lo siguiente fue que esos ojos amarillos lo estaban mirando con una vergonzosa pena. En verdad, el extranjero que permanecia en la puerta habia palidecido hasta que su piel parecio de cera.

Cuando el olor del unguento asalto su nariz de esclavo, volvio a mirar el techo, poco interesado en lo que ocurriria a continuacion. Aun asi, cuando su masculinidad fue manipulada una oleada de emocion surgio en la habitacion. Volvio a mirar al hombre que estaba justo dentro de la celda. El esclavo fruncio el ceno. El guerrero estaba buscando una daga y mirando a la Mistress como si fuera a matarla…

La otra puerta se abrio de golpe y uno de los cortesanos hablo con panico. De repente la celda se lleno de guardias, armas y furia. La Mistress fue asida bruscamente por el macho al frente del grupo y abofeteada tan duramente que se golpeo contra el muro. Entonces el macho fue hacia el esclavo desenvainando un cuchillo. El esclavo grito mientras la hoja iba hacia su cara. Un ardiente dolor corto la frente, la nariz y la mejilla; entonces oscuridad lo reclamo.

Cuando el esclavo recobro el conocimiento, colgaba por el cuello, el peso de sus brazos, piernas y torso lo estrangulaban quitandole el derecho a la vida. Su reaparicion mental fue como si su cuerpo supiera que era su ultimo aliento y lo habia despertado por si acaso su cerebro podria ayudar. Una penosa tentativa de rescate, penso el.

Querida Virgen, ?no deberia sentir dolor? Y se pregunto si habia sido salpicado con agua, porque su piel estaba humeda. Entonces se dio cuenta de algo grueso le goteaba a los ojos. Su sangre. Estaba cubierto por su propia sangre.

?Y que era todo ese ruido alrededor de el? ?Espadas? ?Luchas?

Mientras se asfixiaba levanto los ojos, y por una fraccion de segundo todo tipo de sofoco lo abandono. El mar. Estaba mirando al vasto oceano. La alegria se elevo durante un momento… y entonces su vision se anego por la falta de aire. Sus parpados vacilaban y el cedio, pensando que estaba agradecido de haber visto en mar una vez mas antes de morir. Pondero vagamente si el Fade seria algo como este vasto horizonte, una expansion infinita que era a la vez inconquistable y un hogar.

Justo mientras veia una brillante luz blanca ante el, la presion en su garganta cedio y su cuerpo fue tratado bruscamente. Hubo gritos y sacudidas, entonces una trepidante, robusta cabalgata que termino abruptamente. Durante el camino, la agonia florecio por todas sus partes, asaltando sus huesos, golpeandole como torpes punos que lo machacaban.

Dos disparos de un fusil. Un grunido de dolor que no era suyo. Y entonces un chillido y una explosion de viento en su espalda. Caer… el estaba en el aire, cayendo…

Oh, Dios, el mar. El panico se extendio por el. La sal…

Sintio la dura amortiguacion del agua solo por un momento antes de que la sensacion del mar tocando su piel en llagas sobrecargara su mente. Se desmayo.

Cuando volvio en si de nuevo, su cuerpo no era mas que un saco flojo lleno de dolores. Se dio cuenta confusamente de que estaba helandose por un lado, moderadamente calido por el otro, y se movio para ver si podia. Tan pronto como lo hizo, sintio que la calidez contra el cambiaba en respuesta… Estaba en un abrazo. Un hombre estaba contra su espalda.

El esclavo empujo el duro cuerpo lejos del suyo y se arrastro por la tierra. Su vision empanada le mostro el camino, sacando un canto rodado de la oscuridad, dandole algo que esconder tras el. Cuando estuvo resguardado respiro a pesar de la molestia en sus organos vitales, oliendo el salitre del mar y la miserable podredumbre de peces muertos.

Y tambien olor a estano. Uno intenso, de estano…

El se asomo por la esquina de la roca. Aunque sus ojos estaban debiles, era capaz de reconocer la figura del hombre que habia venido a la celda con la Mistress. El guerrero se incorporaba contra la pared ahora, el pelo largo le colgaba en ristras mas abajo de los anchos hombros. Sus elegantes ropas estaban rotas, y su fija mirada amarilla resplandecia con pena.

Ese era el otro olor, penso el esclavo. Esa emocion triste que el hombre estaba sintiendo tenia un olor.

Cuando el esclavo olio otra vez sintio un extrano tiron en la cara, y levanto las puntas de los dedos hasta la mejilla. Habia una ranura, una linea rigida en la piel… La siguio hasta la frente. Entonces hacia abajo al labio. Y recordo la hoja de cuchillo que venia hacia el. Se recordo chillando mientras lo cortaba.

El esclavo empezo a tiritar y se envolvio en sus brazos.

– Deberiamos darnos calor el uno al otro -dijo el guerrero-. Sinceramente, eso es todo lo que estaba haciendo. No tengo… planes para ti. Pero te ayudaria si pudiera.

Excepto que todos los machos de la Mistress habian querido estar con el esclavo. Es por eso por lo que los traia. A ella le gustaba mirar, tambien…

Pero entonces el esclavo recordo al guerrero levantando el punal, pareciendo como si fuera a destripar a la Mistress como a un cerdo.

El esclavo abrio la boca y pregunto con voz ronca,

– ?Quien es usted, senor?

La boca no funcionaba como antes, y sus palabras fueron confusas. Lo intento otra vez, pero el guerrero lo corto.

– Escuche tu pregunta. -El estanado olor de la tristeza se volvio mas fuerte hasta que anulo incluso el hedor a pescado-. Soy Phury. Soy… tu hermano.

– No. -El esclavo sacudio la cabeza-. En verdad, yo no tengo familia. Senor.

– No, yo no soy… – El macho se aclaro la garganta-. Yo no soy tu senor. Y siempre has tenido una

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