presencie un espectaculo como este podra olvidarlo jamas. Y muchos sufriran ataques de ansiedad, seguro.»

Entro en la casa con Tom y Ninni. Acababan de sentarse cuando sono su movil.

– Me han dicho que querias hablar conmigo -le dijo Tobias Ludwig-. Ya sabes que no me gusta que me molesten cuando tengo reunion con la direccion de la policia nacional.

– En esta ocasion no habia otro remedio.

– ?Que ha pasado?

– Tenemos un buen numero de personas asesinadas en el pueblo de Hesjovallen.

Le hizo una breve exposicion de lo ocurrido. Tobias Ludwig no decia nada y Vivi Sundberg aguardaba su reaccion.

– Suena tan repugnante que me cuesta creerlo.

– Si, a mi tambien me cuesta, pero es la pura verdad. Tienes que venir.

– Lo comprendo. Saldre en cuanto pueda.

Vivi Sundberg miro el reloj.

– Hemos de convocar una conferencia de prensa -le advirtio-. La fijaremos para las seis. Hasta entonces solo dire que se ha cometido un asesinato. No revelare el alcance del crimen. Ven tan pronto como puedas, pero no te mates conduciendo.

– Intentare que me lleven en un coche de emergencias.

– Mejor ven en helicoptero. Estamos hablando de diecinueve personas asesinadas, Tobias.

Concluyo la conversacion. Tom y Ninni lo habian oido todo y Vivi vio la incredulidad reflejada en sus rostros, la misma incredulidad que ella sentia.

Era como si la pesadilla creciese sin cesar. Aquello a lo que se acercaban no era la realidad.

Aparto al gato que dormia en una silla y se sento.

– Todos los habitantes del pueblo estan muertos. Incluso los animales de compania. Entiendo que esteis estupefactos. Todos lo estamos. Sin embargo, he de haceros unas preguntas. Os ruego que intenteis responder con tanto detalle como sea posible. Ademas, quiero que penseis en circunstancias y datos sobre los que yo no os pregunte, cualquier cosa que os parezca que puede ser importante.

Ambos asintieron aterrados y en silencio. Vivi Sundberg decidio proceder con cautela, y empezo hablando de aquella manana. ?Cuando se despertaron? ?Oyeron algun ruido? Y durante la noche, ?ocurrio algo? Era preciso que se esforzasen en recordar. Todo podia ser importante.

Tom y Ninni se turnaban a la hora de contestar, el uno completando las respuestas del otro cuando este se detenia. Vivi Sundberg se percato de que hacian verdaderos esfuerzos por ayudarla.

Retrocedio en el tiempo, en una especie de peregrinaje invernal por un paisaje desconocido. Y la tarde anterior, ?sucedio algo especial? Nada. «Todo fue normal, como siempre», eran las palabras que repetian casi en cada respuesta.

Erik Hudden se acerco e interrumpio la conversacion. ?Que debia hacer con los periodistas? Habian llegado muchos mas y pronto se convertirian en una manada nerviosa e impaciente.

– Espera -le dijo-. Ya salgo. Diles que habra una conferencia de prensa a las seis en Hudiksvall.

– ?Nos dara tiempo?

– Nos tiene que dar.

Erik Hudden se marcho. Vivi Sundberg prosiguio la conversacion. Otro paso atras, al dia de ayer. En esta ocasion, fue Ninni quien contesto.

– Todo fue normal ayer tambien. Yo estaba un poco resfriada y Tom estuvo cortando lena todo el dia.

– ?Hablasteis con alguno de los vecinos?

– Bueno, Tom charlo un rato con Hilda, pero eso ya te lo hemos contado.

– ?Visteis a alguien mas?

– Si, yo si, seguramente. Estaba nevando y cuando nieva la gente sale a retirar la nieve. Si, seguro que vi a varios vecinos, aunque no pense en ello.

– ?Viste a alguien que no fuese un vecino, alguien nuevo?

– ?Como que alguien nuevo?

– Alguien que no fuese del pueblo, algun coche desconocido.

– A nadie en absoluto.

– ?Y el dia anterior?

– Pues mas o menos lo mismo. Aqui no pasan grandes cosas.

– ?Nada anormal?

– No.

Vivi saco el bloc de notas y el boligrafo.

– Bien, ahora tendre que haceros una pregunta dificil. Debo pediros los nombres de todos vuestros vecinos.

Arranco una hoja y la puso sobre la mesa.

– Dibuja el pueblo -le propuso-. Vuestra casa y las demas. Luego les asignamos un numero a cada una. La vuestra es la numero uno. Quiero saber los nombres de las personas que vivian en cada una de las casas.

La mujer se levanto, fue a buscar un folio mas grande y dibujo el pueblo. Vivi Sundberg adivino que estaba acostumbrada a dibujar.

– ?De que vivis, a que os dedicais? -pregunto-. ?De la agricultura?

La respuesta la dejo perpleja.

– Tenemos una cartera de acciones. No es muy grande, pero la cuidamos bien. Cuando la Bolsa sube, vendemos, y cuando baja, compramos. Somos daytraders.

Vivi Sundberg penso fugazmente que, a aquellas alturas, nada deberia sorprenderla. ?Por que no iban a dedicarse a comerciar con acciones un par de hippies que pasaban el invierno en la region de Halsingland?

– Ademas, hablamos mucho -prosiguio Ninni-. Nos contamos cuentos unos a otros. Eso ya no lo hace nadie hoy en dia.

Vivi Sundberg tuvo la sensacion de que aquella charla se le escapaba de las manos.

– Los nombres -le recordo-. Y tambien la edad, si puede ser. Tomaos el tiempo necesario, el caso es que los datos sean correctos; pero que no os lleve mas tiempo del necesario.

Vio como se inclinaban sobre el papel y, murmurandose los nombres, empezaron a anotarlos. De pronto se le ocurrio una idea. Entre todas las explicaciones probables de la masacre, existia tambien la posibilidad de que el autor del crimen fuese alguien que vivia en el pueblo.

Quince minutos mas tarde ya tenia la lista. La cantidad de personas no cuadraba. A ella le salia un muerto mas. Debia de tratarse del nino. Se coloco junto a la ventana y la leyo con atencion. A juzgar por lo que alli veia, no habia en el pueblo mas de tres familias distintas. Un grupo de apellido Andersson, otro con el apellido Andren y dos personas llamadas Magnusson. De repente, con la lista en la mano, cayo en la cuenta de todos los hijos y nietos que tendrian por ahi desperdigados y que, dentro de unas horas, cuando se enterasen de lo ocurrido, sufririan el shock de su vida. «Necesitaremos ayuda de todo tipo para poder informarles», constato para si. «Se trata de una catastrofe que afectara a muchas mas personas de las que yo imaginaba.»

Al comprender que esa tarea recaeria principalmente sobre ella se sintio impotente y asustada. Lo que habia ocurrido era demasiado horrendo para que una persona normal y corriente pudiese entenderlo primero y soportarlo despues.

A medida que los nombres desfilaban ante sus ojos intentaba recrear en su mente sus rostros, pero las imagenes aparecian borrosas.

De pronto cruzo su mente una idea que habia obviado por completo. Salio al jardin y llamo a Erik Hudden, que estaba hablando con uno de los tecnicos.

– Erik, ?quien descubrio todo esto?

– Un hombre que llamo por telefono. Despues murio, choco contra un camion que transportaba muebles. El conductor es bosnio.

– ?Murio en el accidente?

– No, murio. Probablemente le dio un infarto. Y luego choco con el camion.

– ?Pudo ser el quien cometio esta atrocidad?

– Esa idea no se me habia ocurrido… Llevaba el coche lleno de camaras. Parece que era fotografo.

– Averigua lo que puedas sobre el. Despues estableceremos una especie de cuartel general en esta casa.

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