Les dije a los demas que habia comunicado al encargado que dejaria el empleo el 15 de junio para trasladarme al Este a ver a mi familia.
Lo cual significa que esta noche sera mi ultima noche de trabajo.
Creo que podre volver a obtener este empleo a mi regreso.
Pero no se si me gustara volver al supermercado.
Me parece que estas dos semanas de ausencia me inspiraran lo bastante como para inducirme a escribir con plena dedicacion.
Despues quiza pueda lograr escribir cosas de alta calidad que me permitan obtener ingresos cuando se me termine el dinero de que actualmente dispongo.
El Mecanico dijo que habia tenido una violenta discusion con su jefe, el propietario de la estacion de servicio.
El Mecanico le pidio dos semanas de vacaciones, y el jefe se puso hecho un basilisco diciendole que se iba ahora que empezaba la temporada turistica y en la estacion habria mas trabajo que nunca.
Pero el Mecanico no se amilano y, al final, el jefe le concedio a reganadientes las dos semanas de vacaciones, si bien solo le pagaria el sueldo de una semana.
El Mecanico se puso furioso pero prefirio no protestar.
El Perito Mercantil habia prometido encargarse de las pildoras y asi lo hizo en el transcurso de nuestra segunda reunion.
Encontro en el botiquin de su mujer un frasco casi lleno de Nembutal, saco del mismo diez pildoras, las introdujo en un frasco de plastico vacio y nos las entrego.
Les dije a los demas que ya les habia pedido el cloroformo, la jeringa hipodermica y el luminal de sodio (que, segun descubrimos, era un soporifero estupendo) a mis amigos de Venice, y que esperaba tenerlos en mi poder en muy breve plazo.
El Mecanico dijo que todavia estaba bregando con la camioneta Chevy pero que los trabajos iban muy adelantados.
Dijo que a la manana siguiente birlaria unos neumaticos especiales.
Ayer hice por mi cuenta algo que no he revelado a los demas.
Pense en todo el proceso de hacerle el amor y comprendi subitamente que se mereceria cierta proteccion.
Era lo menos que podiamos hacer.
Al fin y al cabo, cuando nos la llevaramos ella no habria podido saberlo de antemano y tal vez no estuviera preparada.
Me avergonce un poco de adquirir contraceptivos femeninos y entre y sali de dos farmacias sin pedir nada.
Despues entre en una en la que habia detras del mostrador una mujer que me parecio amable y decidi lanzarme.
Me invente una historia para justificar el hecho de que mi amiga no pudiera acudir personalmente y dije que esta me habia pedido que comprara lo mejor.
La farmaceutica se mostro comprensiva y dispuesta a colaborar y me dijo: 'Mire, ya conozco estas situaciones.
Le dare lo que quiera.
?Que es lo que ella prefiere? Si se trata de un diafragma, es necesario que se lo coloque un medico y le de instrucciones acerca del cordel.
Por consiguiente, eso habra que dejarlo.
Hay otro tipo de diafragma de distintos tamanos que tambien debiera colocarle un medico y despues aconsejarle el empleo de un espermicida, y le recuerdo que debe insertarse el diafragma media hora antes de mantener relaciones sexuales.
Y despues tenemos la pildora, que vendemos bajo distintas marcas y para la que hace falta receta, pero yo no soy partidaria de las formalidades y, si usted quiere la pildora, le vendere una caja.
Pero recuerdele a su amiga que debe tomar la pildora durante ocho dias seguidos antes de las relaciones sexuales.
Ademas, le recomiendo que su amiga utilice un poco de KY.
Se trata de una gelatina lubricante.
De esta forma sera mas agradable para ella y mas facil para usted'.
No sabia que demonios llevarme y compre un poco de cada cosa.
La farmaceutica me vendio un tubo de Precaptin, que es un espermicida, y me entrego una caja de pildoras anticonceptivas; y, en cuanto al diafragma, adquiri tres de distintos tamanos para mas seguridad -65, 75, 85-, y ahora, mientras escribo, me excito solo de pensarlo.
Compre tambien la gelatina lubricante y acabe comprando una bolsa de irrigaciones.
Despues, preocupado por lo que me habia dicho de los ocho dias seguidos, entre en otra farmacia y adquiri tres docenas de preservativos.
Al regresar a mi apartamento, no pude resistir la tentacion, de entregarme a una extravagancia.
Al pasar frente a una tienda de prendas femeninas, vi un camison tipo minitoga con cortes laterales confeccionado en nylon blanco transparente.
Una autentica locura.
Dado que conocia las medidas del Objeto, entre en la tienda y encontre su talla.
Me la imaginaba tendida en el Lecho Celestial luciendolo.
Se lo compre inmediatamente en calidad de regalo de un ardiente admirador y secreto amante desde hacia mucho tiempo.
Antes de que dieramos por terminada nuestra segunda reunion de la semana pasada, se me ocurrio pensar en algo que todavia no habiamos decidido.
Le pregunte al Mecanico si ya habia decidido cual iba a ser el mejor camino para llegar a Mas a Tierra.
el repuso que si, que habia tenido intencion de traerse unos mapas de carreteras pero que los habia olvidado.
Sin embargo, dijo que ello no tenia la menor importancia, puesto que se conocia muy bien el camino sin necesidad de utilizarlos.
No obstante, el Agente de Seguros insistio afirmando que si era importante.
'Si tu conduces -dijo-y te da un calambre o algo asi, uno de nosotros tiene que estar en condiciones de ocupar tu lugar, tomar el volante y saberse exactamente el camino'.
El Mecanico, que nunca es muy amable, accedio a reganadientes a traernos los mapas la semana que viene.
Lo cual nos hizo pensar en la semana que viene, nuestra ultima semana en la ciudad antes de embarcarnos en nuestra increible aventura.
Lo discutimos y acordamos reunirnos dos veces entre los dias 16 y 22 de junio.
Llegamos a la conclusion de que ya lo teniamos todo dispuesto y no habiamos dejado ningun cabo sin atar.
No obstante, decidimos reunirnos una vez mas el miercoles dia 18 para revisarlo todo y asegurarnos de que todo estaba a punto.
Y acordamos celebrar una breve reunion final del Club de los Admiradores la vispera de la operacion, una especie de alegre reunion para celebrarlo.
El Mecanico acaba de telefonearme mientras estaba escribiendo esta ultima frase.
Estaba muy contento y animado.
Ha terminado la reparacion de la camioneta de reparto, le ha colocado los neumaticos y se la ha llevado a efectuar un recorrido de prueba hasta Malibu Canyon.
Dice que funciona como un Rolls Royce.
Le he felicitado y le he recordado que pintara en los laterales el nombre de alguna empresa imaginaria.
Hemos discutido un poco a este respecto y, al final, se ha mostrado de acuerdo con mi sugerencia inicial, que era la de pintar el nombre de alguna inofensiva empresa de control de plagas.
Prometio encargarse de ello esta tarde.
Ahora me ire a Venice a ver a mis amigos y averiguar si ya tienen en su poder lo que les he pedido, aprovechando de paso para fumar un poco en su compania.
