macho espanol. Son tipos pateticos, en general, pero le echan un empeno maravilloso. Te confieso que pocas cosas me dejan tan a gusto.
Nos va a salir bien. Estoy segura.
3 de diciembre
Hace tres semanas que abri este blog y todavia no puedo asegurar que lo haya leido nadie. Al menos, nadie ha considerado necesario, hasta la fecha, dejar ningun comentario. ?Cuantos blogs se abriran en la Red diariamente? Cada dia que pasa es mas facil ensenarle al mundo entero tus pensamientos, tu vida, todo lo que se te ocurra. Cada dia que pasa es mas improbable que el mundo se entere.
En este delirio supremo del ego que supone la posibilidad de exposicion universal de todos y cada uno de nosotros, el propio artefacto que hemos construido para llevar al limite nuestro conocimiento nos muestra en toda su magnitud el error evolutivo que somos. Nuestro caso recuerda al de los dinosaurios. Ellos se hicieron demasiado grandes. Nosotros hemos generado demasiada capacidad de calculo; de producir y procesar informacion. Y nos disolvemos en las dimensiones apoteosicas de nuestro propio logro.
Pido disculpas, por estas elucubraciones. Por ellas puede verse que hoy estoy un poco descentrada. Y no es para menos. Lo que queria decir es que si alguien esta leyendo esto que escribo, cosa que no puedo asegurar (si, ya se, podria haber instalado un contador de visitas y todo eso, pero me dio pereza, que le vamos a hacer), quiza le desilusione comprobar que no continuo la historia, en el punto en que la deje ayer. No es por pudor, ni porque crea que ciertas cosas deban ser objeto de elipsis. A estas alturas, cuando los escolares conocen mas nombres de pornoestrellas que de apostoles, poco sentido tendria andarse con semejantes remilgos. No la continuo porque ha pasado algo que me impone otra prioridad.
Esta manana, a primera hora, he recibido un correo electronico. Me lo remite una tal Anna Giovanelli. Un nombre que nunca antes habia leido. El texto no puede ser mas breve. Lo copio:
Si yo fuera una persona sensata, y no la aventurera inconsciente y caprichosa que cada vez tengo mas claro que soy, supongo que me habria pensado durante un buen rato que significaba este mensaje, y que correspondia, con arreglo al sentido comun, hacer con el. Pero a partir de cierta edad las cosas ya no tienen remedio, y quiza tampoco haya que esforzarse demasiado en ponerselo. Apenas he tardado quince minutos en responder a la direccion desde la que me mandaban el mensaje, con otro en el que, desoyendo todos los consejos de seguridad para internautas, daba mi nombre y mi apellido.
Durante la hora siguiente he permanecido con el corazon en vilo. A duras penas podia controlar mi ansiedad, mientras me preguntaba quien podia ser aquella mujer y por que era ella, y no el que solo podia haberle dado el nombre de Theresa, quien me escribia.
En el momento de redactar esto, sigo sin saber quien es Anna Giovanelli. No ha considerado necesario aclararmelo en el mensaje que me ha remitido cincuenta y cinco minutos despues de recibir el mio. El texto era todavia mas breve que el anterior:
En el archivo adjunto habia un billete para manana, con regreso pasado manana. El avion no sale de mi isla, sino de otra, pero eso, como seguramente previo al hacer su apuesta, no es un problema grave. Las conexiones dentro del archipielago son buenas y puedo subsanarlo facilmente. El vuelo de ida es directo a Berlin. La vuelta, en cambio, es via Madrid. Ignoro el porque de esta diferencia, pero poco me importa eso ahora. Al fin se donde esta. Y que, salvo que me equivoque mucho al interpretar los signos, esta vivo.
Le he dicho a mi marido que tengo que hacer un viaje urgente. Por un momento he estado tentada de inventar una mentira sobre la razon de la urgencia. Finalmente no lo he hecho y juraria que el me lo ha agradecido. Dentro de una hora viene el taxi para llevarme al aeropuerto. No se que va a ocurrir y, por tanto, no prometo nada. Pero si creo que merece la pena hacerlo (y si me es posible, claro) lo contare aqui. Para todo el mundo. Para nadie. O no.
4 de diciembre
Berlin. 20.03 horas. Kurfurstendamm. Asi se llama la calle donde esta el cibercafe desde el que escribo. En tanto se me ocurre algo mejor, titulo esto con su nombre, que ni siquiera se lo que significa. Es una calle comercial, impersonal, algo inhospita. O sera el frio. Al fondo hay una iglesia en ruinas, con la torre mutilada. Han perfilado con cemento el roto que le hicieron las bombas para congelar su silueta en esa instantanea de su destruccion. Por la noche la iluminan con focos. Su forma quebrada resulta extranamente bella.
Por que demonios estoy escribiendo esto. ?Importa el paisaje? ?Esta anotacion es diferente de las otras porque la hago en un lugar publico, en esta ciudad extranjera donde nunca habia estado hasta hoy, y no en la libreria o en mi casa, donde escribi las anteriores? Que tonterias digo. Pues claro. Es diferente por eso y porque ahora, de improviso, este blog ha perdido su razon de ser.
Por primera vez, estoy escribiendo al azar, sin pensar. ?Debo contarlo? ?Deberia, en cambio, guardarlo para mi? ?Con quien tengo el deber que ha de prevalecer sobre el resto? ?Con el? ?Conmigo misma? ?Con los lectores mudos o acaso inexistentes con quienes comparti todo lo anterior? ?En funcion de que debo tomar la decision? ?Importa algo lo que decida? Al final, ?importa algo?
Pero estoy aqui. Me espera una habitacion de hotel donde pasare la noche sola, y me temo que no voy a poder dormir. El hotel es confortable, incluso lujoso. Por ese lado no tengo queja. Pero todavia no termino de entender todo esto. ?Y que es lo que hace el ser humano cuando no entiende algo? Convertirlo en una historia.
Para que voy a retrasarlo mas. Tengo que contarlo. No lo puedo evitar. Luego tal vez me arrepienta y lo borre todo, pero no se me ocurre nada mejor que hacer. Soy una chica escocesa perdida en Berlin en una noche de otono que sabe a invierno. Y voy a escribir. Con esta maquina que me da la posibilidad de hacer sonar mis palabras en todo el universo. Y en ninguna parte a la vez.
No prometo contarlo todo, ni con exactitud. Pondre lo que me salga y como me salga. Directamente. Basta de rodeos.
Al salir del avion, noto de golpe el frio. Dura apenas un instante; en seguida entro en el edificio de la terminal y la calefaccion lo compensa. Pero a mi se me queda clavado en los huesos,