– ?Disculpa?

– Que quiero tu amor. -Daniel inhalo y despues solto un profundo suspiro-. Carolyn, te amo. Tanto que apenas puedo quedarme quieto.

Daniel cogio las manos de Carolyn y la miro con una expresion tan grave que ella, sobresaltada, se dio cuenta de que hablaba muy en serio.

– Recuerdo la primera vez que te vi -declaro Daniel con voz suave-. Algo me ocurrio en aquel momento. Te queria, pero habia algo mas… algo que no podia describir porque nunca antes me habia ocurrido. Eras la mujer mas bella que habia visto nunca. Tu sonrisa, tu risa… me cautivaron. Y lo unico que queria era apartarte de la multitud y tenerte solo para mi. -Una media sonrisa curvo uno de los extremos de su boca-. Aquella misma noche, Edward anuncio vuestro compromiso.

Carolyn sintio que sus ojos se abrian desmesuradamente.

– Yo… no tenia ni idea.

– Bueno, por suerte -contesto el con sequedad-. Como bien sabes, nos hemos visto de vez en cuando a lo largo de los anos. Me esforce mucho en mantenerme alejado. Edward era amigo mio y no me sentia bien deseando a su mujer ni siendo incapaz de evitarlo. -Acaricio, con los dedos, la mejilla de Carolyn-. Pero aunque estuviera meses o anos sin verte, nunca te olvide. ?Te acuerdas del cuadro que hay en mi salon?

– ?El que hay encima de la chimenea? ?El de la mujer vestida de azul que mira hacia el jardin?

– Si. Lo compre porque me recordaba a ti. A la primera vez que te vi. Ibas vestida con un vestido azul y me gustaba imaginar que yo era el hombre del cuadro al que buscabas con la mirada. El que te estaba esperando.

Las lagrimas llenaron los ojos de Carolyn.

– No sabia que te gustaba desde hacia tanto tiempo.

– En realidad, yo tampoco lo sabia. Carolyn, tengo que hacerte una confesion.

– ?Aunque no sea medianoche?

– Si. Asisti a la fiesta de Matthew porque sabia que tu estarias alli. Sabia que te deseaba, pero, cuando volvi a verte… Fue como la primera vez. Como si un relampago hubiera caido sobre mi. Tarde bastante tiempo en darme cuenta de lo que me ocurria porque no podia compararlo con nada. Siempre crei que mi corazon solo me pertenecia a mi, pero estaba equivocado. Lo perdi hace diez anos por una mujer a la que ni siquiera conocia y que anuncio que se iba a casar con otro hombre. -Se inclino y beso con suavidad los labios de Carolyn-. Se que dijiste que no querias mi corazon, pero, de todas formas, es tuyo. -Una sonrisa avergonzada curvo su boca de medio lado-. Y, por lo visto, siempre lo ha sido.

Carolyn, entre risas y sollozos, rodeo a Daniel con sus brazos y hundio la cara en el cuello de el echandose a llorar.

– ?Maldita sea! -oyo que Daniel exclamaba, y lloro con mas intensidad-. ?Cielo santo, no pretendia hacerte llorar!

Carolyn noto que Daniel buscaba freneticamente un panuelo en los bolsillos de su chaqueta.

– Toma -declaro el, poniendo un panuelo de lino en la mano de Carolyn-. Lo siento. No deberia habertelo contado. Al menos, no ahora. Despues de todo lo que has vivido hoy.

– No te atrevas… -Carolyn se sono ruidosamente- a disculparte. Ni mucho menos a pensar en retirar tus palabras. Porque no te lo permitire.

El la examino durante varios segundos y asintio con la cabeza.

– Vuelves a tener el aspecto fiero de antes.

– No me extrana. ?Que tipo de hombre le dice a una mujer que la ama y despues se disculpa por haberselo dicho?

Daniel reflexiono y declaro:

– No se que decir.

– En realidad, era una pregunta retorica, pero no importa. La cuestion es que yo tambien te amo.

Daniel se quedo paralizado. Trago saliva de una forma ostentosa y declaro en voz baja:

– Carolyn, cuando te he dicho que queria tu amor, me referia a que lo queria si me lo dabas libremente. No te sientas coaccionada a decirme que me amas porque yo te lo he dicho.

Carolyn le cogio la cara entre las manos.

– Querido Daniel, te doy mi amor libremente. Sin reservas. Queria decirte lo que siento, pero tenia miedo. Mi matrimonio con Edward fue maravilloso y, sinceramente, nunca crei que llegara a experimentar un sentimiento tan profundo por nadie mas. Pero tu me has demostrado que estaba equivocada. La atraccion que siento por ti, los sentimientos que experimento hacia ti empezaron en la fiesta de Matthew y, desde entonces, han ido creciendo. De hecho, yo tambien tengo que hacerte una confesion. Yo sabia que eras tu con quien baile en la fiesta de disfraces. Y que eras tu quien me beso.

Daniel giro la cara y le beso la palma de la mano.

– Me alegra oirte decir eso.

Carolyn titubeo y, despues, anadio:

– Siempre valorare lo que vivi con Edward, pero quiero tener nuevos recuerdos. Contigo.

Daniel volvio a besarle la palma de la mano.

– Quiero que sepas que no siento celos del amor que sentiste por Edward, Carolyn, pero me siento profundamente agradecido y contento de que tambien haya un lugar para mi en tu corazon.

– Mientras estaba con vida, Edward era el dueno de mi corazon, pero ahora te lo doy a ti. Libre y totalmente.

A Carolyn se le corto la respiracion al percibir el amor que reflejaban los ojos de Daniel.

– Y yo lo valorare. Siempre. -Y sin anadir nada mas, Daniel hinco una rodilla en el suelo-. Carolyn, ?quieres casarte conmigo?

El corazon de Carolyn reboso de felicidad y lo unico que queria era aceptar, pero primero tenia que advertir a Daniel.

– Yo…, no puedo darte hijos, Daniel.

La ternura que reflejaron los bonitos ojos azules de Daniel derritio a Carolyn.

– No me importa. Tengo dos ambiciosos hermanos que estaran encantados de saberlo. -Se llevo las manos de Carolyn a los labios-. Tu eres lo que me importa, Carolyn. Los ninos son un regalo precioso, pero no son absolutamente necesarios. Sin embargo, tu eres como el aire para mi… absolutamente necesario.

Los labios de Carolyn temblaron.

– Siempre pareces saber lo que es mas adecuado decir en cada momento.

– ?Eso quiere decir que tu respuesta es que si? ?Te casaras conmigo?

Carolyn, de nuevo entre risas y sollozos, volvio a rodearlo con los brazos.

– ?Si!

Y se echo a llorar a mares sobre la chaqueta de Daniel.

– ?Cielos, creo que necesitare mas de estos! -bromeo Daniel, volviendo a poner el panuelo en la mano de Carolyn-. Encargare varias docenas y te los regalare. Y, ademas, pagare mis deudas.

– ?Tus deudas?

– Si, creo que debo cincuenta libras a Matthew y otras tantas a Logan Jennsen.

– ?Por que? -pregunto Carolyn desconcertada, sobre todo porque Daniel no parecia nada molesto por perder unas sumas de dinero tan elevadas.

– Un hombre tiene que tener sus secretos -contesto Daniel sonriendo de medio lado.

– Ya veo. En cuanto a los regalos, tu ya me has hecho demasiados -protesto Carolyn secandose los ojos-. Lo que me recuerda que… Espero que no te moleste, pero me temo que los mazapanes no me gustan.

– ?Por que habria de molestarme? A mi tampoco me gustan demasiado.

– Bueno, como tu me enviaste unos…, pero para el futuro la verdad es que prefiero el chocolate.

Daniel fruncio el ceno.

– ?Que quieres decir? Yo nunca te envie mazapanes.

Carolyn tambien fruncio el ceno.

– Claro que si. Todavia guardo la caja y tu nota en el escritorio.

Daniel nego con la cabeza.

– Carolyn, yo nunca te he enviado mazapanes.

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