– Asistire, pero no estoy segura de a que hora llegare ni de cuando me ire -dijo, maldiciendose interiormente por lo poco convincente que habia sonado incluso a sus propios oidos.

La mirada de Logan parecio taladrar la de ella durante varios segundos y, aunque mantuvo una expresion impasible, Emily casi pudo oir lo que estaba pensando, algo como: «?Que estara tramando esta mujer?» Lo mas probable es que eso fuera precisamente lo que ella hubiera pensado de haber estado en su lugar. De hecho, sentia como si tuviera grabadas en la cara las palabras «estoy tramando algo».

– Bueno, si no llegas muy tarde ni te vas muy temprano, nos veremos alli -dijo el con suavidad.

Ella forzo una sonrisa.

– Si, quiza.

Logan la miro fijamente y ella se las arreglo como pudo para sostenerle la mirada.

– Cierra la puertaventana despues de que salga -murmuro el antes de salir y desaparecer en la oscuridad.

Emily cerro los paneles de cristal y, apoyando la frente contra el frio vidrio, apreto los parpados con fuerza. Una serie de imagenes desfilo por su mente, dejando un rastro ardiente. Las manos de Logan y su boca sobre ella. Sus manos tocandolo. La deliciosa presion de su cuerpo sobre el de ella. La magia que le habia hecho sentir y de la que solo habia leido hasta ese momento. El tipo de magia que Sarah, Carolyn y Julianne conocian tan bien. Una magia que Emily jamas habia esperado experimentar hasta que se casara.

Pero ocurria algo cada vez que Logan la tocaba. Algo que le hacia olvidarse de todo lo que no fuera el.

Y ahora Logan estaba en el jardin. Velando por ella. Despues de que le hubiera hecho disfrutar del placer mas intenso que hubiera conocido nunca y que jamas hubiera imaginado posible a pesar de todas sus escandalosas lecturas. Despues de haberle propuesto matrimonio.

Las palabras de Logan irrumpieron en su mente. «Entonces no pienses en mi.»

Emily lanzo un largo y profundo suspiro. Ojala fuera posible. Pero sabia que las posibilidades de expulsarlo de su mente aunque solo fuera un instante eran mas bien escasas.

O en todo caso, nulas.

En cuanto salio, Logan sintio que no estaba solo. Se agacho con rapidez y saco el punal de la bota. Luego se quedo inmovil con la espalda pegada a la fachada de la casa. Cubriendose la boca con la mano enguantada para que no fuera visible el vaho de su aliento, escudrino la zona. No vio nada extrano, pero todos sus instintos le advertian de que alguien acechaba cerca de donde el estaba.

Sus sospechas se vieron confirmadas un minuto despues, cuando oyo un crujido que provenia del otro lado de la terraza. Se puso en pie lentamente y estiro el cuello, pero no pudo ver nada por encima de los altos setos que separaban la terraza del jardin. Levanto la mirada y se dio cuenta, consternado, de que el dormitorio de Emily estaba justo encima de donde habia oido el ruido.

Con el punal en la mano, Logan se movio con cautela, procurando no pisar ninguna ramita u hojarasca que delatara su presencia. Solo habia dado dos pasos cuando percibio un olor en el aire frio.

Se detuvo e inspiro profundamente. Reconocio el inconfundible aroma de una cerilla. Entrecerro los ojos. Excelente. Si el bastardo fumaba, lo pillaria desprevenido.

Continuo avanzando, abriendose paso alrededor de la terraza. Doblo la esquina y se detuvo de nuevo al ver un tenue resplandor anaranjado justo detras de la siguiente esquina. Era un resplandor demasiado grande para provenir de un simple cigarro. Percibio el olor a humo y el corazon se le detuvo en el pecho al comprender lo que era: fuego.

Echo a correr lo mas deprisa que pudo y segundos despues doblaba la siguiente esquina. Vio a una figura encapuchada que se alejaba corriendo de las llamas hambrientas que ascendian directamente hacia el balcon de Emily.

Logan corrio a toda velocidad hacia alli, quitandose el abrigo de un tiron. Resultaba evidente que acababan de encender el fuego, pero habia prendido con tal rapidez que lo mas posible era que el muy bastardo hubiera empapado los lenos y el area circundante con un liquido inflamable, tal vez queroseno por el olor que desprendia. Lanzo el abrigo sobre el fuego y pateo la hierba que la voluminosa prenda no habia cubierto. Cuando aparto el abrigo de una patada para comprobar si el fuego se habia extinguido, levanto la mirada y diviso a la figura encapuchada doblando la esquina de la ultima casa de la calle.

Apretando los labios en una linea sombria, Logan se aseguro de que el fuego se hubiera apagado del todo antes de echar a correr detras del piromano. Cuando doblo la esquina por la que lo habia visto desaparecer, se detuvo en seco. Miro a derecha e izquierda pero no vio ninguna senal del bastardo. ?Maldicion! Luego miro hacia el parque de enfrente y diviso una capa ondeante.

Cruzo con rapidez Park Lane y entro en el parque, corriendo a toda velocidad. Al ver al malhechor delante de el, se obligo a correr mas deprisa, observando con satisfaccion que estaba ganandole terreno. Sus esperanzas de alcanzarle se duplicaron cuando el hombre trastabillo y se cayo al suelo de grava.

Sin embargo, se levanto en un segundo. Maldicion, el muy bastardo era mas rapido que el viento y Logan se esforzo por no perder los pocos segundos que le habia ganado cuando su presa cayo. A pesar de sus esfuerzos, le perdio de vista en una curva del camino flanqueada por arboles, y cuando Logan llego alli, el piromano habia desaparecido. Mascullando una imprecacion, continuo avanzando, pero al no ver senal del individuo, se detuvo.

En ese mismo instante, un disparo resono en el aire. Una punzada ardiente atraveso a Logan que se dejo caer al suelo con un grunido, cubriendose la parte superior del brazo izquierdo con la mano derecha, donde sentia aquel dolor candente. Un liquido, calido y viscoso, le empapo la palma de la mano, confirmandole que habia resultado herido.

Antes de que pudiera determinar la gravedad de la herida, oyo el debil sonido de unos pasos apresurados alejandose de el, lo que le hizo ponerse en pie. Delante, vio la capa ondeante del hombre que buscaba. Comenzo a correr tras el pero, unos segundos despues, el piromano se monto en el caballo que le estaba esperando. Desaparecio en la oscuridad, y Logan supo que era inutil seguir persiguiendolo.

Frustrado y tan enfadado que casi podria masticar vidrio, se movio bajo las sombras de los olmos y se quito la chaqueta para comprobar la herida del brazo. Tras un rapido examen, solto un suspiro de alivio. Solo era un rasguno. Pero dolia como los fuegos del infierno. Maldicion, ya habia olvidado cuanto dolian ese tipo de heridas. De hecho, habia esperado no tener que volver a experimentarlas.

Se arranco de un tiron la destrozada manga de la camisa e improviso un vendaje con ella, luego volvio a ponerse la chaqueta. El frio le puso la piel de gallina, pero apenas noto la incomodidad que suponia mientras echaba a correr de nuevo hacia la casa de Emily.

Cuando llego, se acerco de inmediato al lugar donde se habia originado el fuego. El olor a humo salia de debajo de su destrozado abrigo. Se agacho y levanto con cuidado una punta de la prenda. Salio una voluta de humo, pero no quedaban brasas encendidas bajo la tela.

Sin embargo, las pruebas de que el incendio habia sido provocado eran abundantes. Habia un monton de lena y residuos de queroseno para lamparas, asi como varios fosforos usados. Observo el balcon de Emily justo encima de el y suspiro profundamente tanto de alivio como de recriminacion. Gracias a Dios se habia dado cuenta de lo que ocurria antes de que el fuego se hubiera extendido a la casa. Pero maldicion, si se hubiera quedado vigilando fuera en vez de entrar con la mujer a la que intentaba proteger, no habria ocurrido nada de eso. Habria atrapado a aquel bastardo y habria puesto fin a toda esa serie de acontecimientos peligrosos. En vez de eso, la casa de Emily habia estado a punto de ser pasto de las llamas, el criminal se habia escapado y a Logan le dolia endemoniadamente el brazo.

No dudaba de que el hombre que habia provocado el fuego fuera el mismo que habia incendiado su barco, herido a sus hombres y causado las muertes de Billy Palmer y de Christian Whitaker.

Bajo la vista a los rescoldos del fuego y le inundo una furia que solo habia sentido una vez en su vida. La ultima vez habia hecho lo que tenia que hacer, y ahora tambien lo haria.

– No volveras a escaparte -juro suavemente. -Te encontrare y hare que lamentes el dia en que naciste. Y tambien lamentaras haber intentado hacerle dano a Emily. -Si. Y luego se aseguraria de que aquel bastardo no volviera a hacer dano a nadie mas.

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