«Eres un mentiroso -se burlo la vocecita interior. -Sabes de sobra por que no estas de humor para chachara. Es porque solo quieres alternar y hablar con una persona en particular, y ella no esta aqui.»

Apreto los labios con irritacion. Maldita vocecita insufrible. ?Por que no se iba al infierno de una vez?

Estupendo. La unica persona que queria ver, con la que deseaba hablar y a la que ansiaba mirar era Emily. Sabia que la joven no estaria alli, pues antes de llevarla a su casa le habia arrancado la promesa de que descansaria. Tambien sabia que no asistirian ni Matthew ni Daniel y, aunque habia conseguido una invitacion para Gideon, no habia ninguna razon para que el detective acudiera a la velada ahora que su enemigo estaba muerto.

Y, a pesar de todo, el estaba alli, aunque no sabia por que.

«Mentiroso -se burlo de nuevo la vocecita interior. -Sabes muy bien por que estas aqui. Es porque no soportabas estar solo en esa casa enorme y vacia ni una noche mas.»

Envio mentalmente a aquella vocecita irritante a las profundidades del infierno pero no pudo negar la realidad. Estupendo. Estaba harto de estar solo. La perspectiva de otra noche solitaria le hacia sentir un vacio tan profundo y doloroso que se vio impulsado a asistir a esa estupida fiesta para no pasar otra tarde mas en su propia compania. Incluso habia considerado pedirle a Adam que se quedara a cenar y que luego jugaran una partida de ajedrez, pero su hombre de confianza se habia mostrado impaciente por marcharse una vez que concluyo su trabajo, pues tenia otros compromisos. Dado el extrano comportamiento de su secretario los ultimos dias, Logan se pregunto de nuevo si el joven estaria con una mujer. Bien sabia Dios que eso explicaria por que actuaba de una manera tan impropia de el.

Pero a pesar de la distraccion temporal que le proporcionaria la velada, resultaba evidente que habia sido un error acudir alli, pues si bien estaba rodeado de docenas de personas, todavia seguia sintiendose solo.

A traves de la frondosa palma tras la que estaba oculto diviso a Celeste. Logan no habia vuelto a pensar en la hermosa lady Hombly desde que el dia anterior habia desaparecido a toda prisa para intentar arreglar el desaguisado que Diminuta habia causado en su capa. Con un vestido de color verde palido muy escotado y atrevido, que resaltaba su generoso busto, el pelo rubio recogido, el cuello delgado y una sonrisa en sus rasgos perfectos, conversaba con un hombre de cabello oscuro que parecia absorber cada palabra que ella decia y cuya mirada apreciativa dejaba muy claro que le gustaba lo que veia. Logan no podia culparle. Era una mujer increiblemente bella. Pero a el le dejaba frio como un tempano. Sin embargo, las atenciones de ese hombre tan claramente enamorado, fuera quien fuese, eran bien recibidas por Celeste.

Considero por un momento irse a casa, pero prefirio no hacerlo. Al menos alli habia ruido. Risas. Conversaciones. Musica. En su casa no habia nada mas que silencio, una resonante quietud que lo dejaria a solas con sus perturbadores pensamientos. Pensamientos que solo se referian a «ella», justo lo que el trataba de evitar. Solto un suspiro y se llevo la copa a los labios para tomarse de un trago el resto del champan. Y se quedo paralizado.

Emily estaba al otro lado de la abarrotada estancia, flanqueada por su madre y su tia Agatha. Logan se la quedo mirando con incredulidad, luego parpadeo para asegurarse de que no era un espejismo. Pero no, alli estaba, bebiendo ponche, como si no hubieran intentado estrangularla hacia solo unas horas. La recorrio con la mirada, tomando nota de las perlas entretejidas en su oscuro y brillante cabello y los seductores rizos que enmarcaban su rostro. El vestido color agua resaltaba su tez cremosa, igual que el collar de perlas de tres vueltas que llevaba al cuello y que ocultaba de una manera muy ingeniosa las marcas rojas que el sabia que estropeaban su palida piel.

Una mezcla de ardiente deseo y absoluta irritacion lo atraveso. Maldicion, ?que demonios estaba haciendo alli? Se suponia que debia estar en casa descansando como le habia prometido. Era evidente que las promesas no significaban nada para ella. Bien, era bueno saberlo… y lo cierto es que era un alivio. Asi no tendria que volver a preguntarse a si mismo: «?Es posible que este enamorado de ella?», pues, sin duda, no podia amar a una mujer que no cumpliera su palabra. Y tenia intencion de hacerle saber a Emily que la habia pillado con las manos en la masa.

Estaba a punto de cruzar la estancia cuando observo que un hombre alto y rubio se acercaba a ella. Logan apreto los dientes. Era el mismo petimetre que practicamente habia babeado a los pies de la joven en la fiesta de lord Teller. ?Como demonios se llamaba? Ah, si, lord Kaster. Un joven vizconde o conde o algo por el estilo. Uno de esos condenados nobles con demasiado tiempo y dinero en sus manos, y que parecia tener ocho pares de ojos. Y ahora mismo todos y cada uno de esos ojos estaban clavados en Emily como si fuera un dulce al que quisiera comerse de un mordisco.

Kaster se inclino, sin duda para oir lo que Emily le estaba diciendo, pero Logan percibio que los hiperactivos ojos de aquel bastardo no se apartaban del corpino de la joven. Apreto la copa de champan y la dejo con rapidez en el borde de la maceta de palma antes de que se rompiera. Entonces, aquel bastardo miron se acerco mas a Emily y le susurro algo al oido. Para disgusto de Logan, ella le sonrio -una sonrisa amplia y radiante -y asintio con la cabeza. El le tendio la mano y se encaminaron a la pista de baile.

Sintiendo como si estuviera clavado en el sitio, Logan observo como Kaster tomaba la mano de la joven y le colocaba la palma en el hueco de la espalda antes de hacerla girar por el suelo de madera al compas de la musica. Vio como ella le sonria y como el la desnudaba practicamente con aquellos ocho pares de ojos. Una neblina roja parecio cubrir la vista de Logan. Se sorprendio ante los profundos celos que sintio. Era una emocion que no sentia desde hacia anos. ?Por que habian vuelto a aparecer ahora? Eran una perdida de tiempo y esfuerzo y, ademas, el tenia todo lo que queria. ?Por que habia de estar celoso? Por nada.

Hasta que vio a la mujer que le tentaba de una forma inexplicable hablando, sonriendo y bailando con otro hombre. Y no cualquier baile. No, era un vals, el mismo baile que Logan le habia pedido. Pero en lugar de bailar con el, lo hacia con aquel petimetre rubio que la miraba de la misma manera que un roedor miraria un trozo de queso. Y no le gusto. En lo mas minimo.

– Ese es mi maldito trozo de queso, bastardo -mascullo.

Kaster deslizo la mano por el hueco de su espalda para acercarla mas a su cuerpo, y Logan apreto los dientes con tanta fuerza que fue un milagro que no se le rompieran.

– Hasta aqui hemos llegado -dijo a la palma tras la que se ocultaba. Se abrio paso por la pista de baile sin apartar la mirada de la pareja. Cuando volvieron a girar, el se interpuso en su camino. Kaster se detuvo en seco para evitar una colision y miro a Logan con el ceno fruncido.

– Y bien, Benson, ?que cree que esta haciendo? -le pregunto el conde o vizconde, o lo que diablos fuera, en tono irritado.

– Jennsen -le corrigio el con una voz suave pero gelida. -Lamento interrumpir, pero lady Emily me habia prometido este baile. ?Verdad que si, lady Emily? -Miro a la joven que no parecia mas contenta de verle que Kaster. Un hecho que le molesto e hirio a la vez.

Emily se humedecio los labios. El gesto provoco unos indeseados pensamientos eroticos en Logan, lo cual solo agravo su mal humor. Le parecio que ella no iba a responder, pues tardo varios segundos en brindarle a Kaster una sonrisa de disculpa.

– Lo siento, milord. Le prometi este baile al senor Jennsen, pero como no lo vi, pense que se habia olvidado.

– Pues se equivoco. -Sin decir ni una palabra mas se interpuso entre Kaster y ella, y la hizo girar entre la multitud de parejas que daban vueltas alrededor de ellos.

– ?Que demonios estas haciendo? -pregunto Emily con un siseo mientras la guiaba por la pista. Si las miradas pudieran matar, Logan estaria muerto.

– Me parece que es evidente. Reclamo mi baile. Sin embargo, creo que la pregunta mas pertinente es: ?que demonios haces aqui? -«?Y que demonios haces con ese petimetre arrogante que no te quita sus ocho pares de ojos de encima?»

Ella alzo la barbilla.

– Me parece que es evidente. Bailo contigo. Y por si te interesa saberlo, acabas de pisarme.

– Supongo que lord Kaster no te ha pisado.

– De hecho, no. Ni tampoco me miro con el ceno fruncido como si hubiera cometido un crimen atroz. ?Te importaria decirme por que estas asi de…?

– ?Irritado? -sugirio el cuando ella se interrumpio. -?Molesto? ?Enfadado?

– Como no tengo ni idea, eso podria valer.

– Como no tienes ni idea -mascullo el negando con la cabeza. -Increible. -Dirigiendole una gelida mirada,

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