LOZANA.- ?Y cuando quiere vuestra merced que partamos? ?Porque yo no delibro de volver a casa por el mantillo!

Vista por Diomedes la respuesta y voluntad tan sucinta que le dio con palabras antipensadas, mucho se alegro y suplicola que se esforzase a no dejarlo por otro hombre, que el se esforzaria a no tomar otra por mujer que a ella. Y todos dos, muy contentos, se fueron en Levante y por todas las partidas que el tenia sus tratos, y fue de el muy bien tratada y de sus servidores y siervas muy bien servida y acatada. Pues ?de sus amigos no era acatada y mirada? Vengamos a que, andando por estas tierras que arriba dijimos, ella senoreaba y pensaba que jamas le habia de faltar lo que al presente tenia y, mirando su lozania, no estimaba a nadie en su ser y en su hermosura y penso que, en tener hijos de su amador Diomedes, habia de ser banco perpetuo para no faltar a su fantasia y triunfo, y que aquello no le faltaria en ningun tiempo. Y siendo ya en Candia, Diomedes le dijo:

[DIOMEDES.-] Mi senora Aldonza, ya vos veis que mi padre me manda que me vaya en Italia. Y como mi corazon se ha partido en dos partes, la una en vos, que no quise asi bien a criatura, y la otra en vuestros hijos, los cuales envie a mi padre; y el deseo me tira, que a vos amo, y a ellos deseo ver; a mi me fuerza la obediencia suya, y a vos no tengo de faltar, yo determino de ir a Marsella, y de alli ir a dar cuenta a mi padre y hacer que sea contento que yo vaya otra vez en Espana, y alli me entiendo casar con vos. Si vos sois contenta, veni conmigo a Marsella, y alli quedareis hasta que yo torne; y vista la voluntad de mi padre y el amor que tiene a vuestros hijos, hare que sea contento con lo que yo le dijere. Y asi veremos en nuestro fin deseado.

LOZANA.- Mi senor, yo ire de muy buena voluntad donde vos, mi senor, me mandareis; que no pienso en hijos, ni en otra cosa que de fin a mi esperanza, sino en vos, que sois aquella; y por esto os demando de merced que dispongais de mi a vuestro talento, que yo tengo siempre de obedecer.

Asi vinieron en Marsella y, como su padre de Diomedes supo, por sus espias, que venia con su hijo Diomedes Aldonza, madre de sus hijos, vino el en persona, muy disimulado, amenazando a la senora Aldonza. Mas ya Diomedes le habia rogado que fuese su nombre Lozana, pues que Dios se lo habia puesto en su formacion, que mucho mas le convenia que no Aldonza, que aquel nombre, Lozana, seria su ventura para el tiempo por venir. Ella consintio en todo cuanto Diomedes ordeno. Y estando un dia Diomedes para se partir a su padre, fue llevado en prision a instancia de su padre, y ella, madona Lozana, fue despojada en camisa, que no salvo sino un anillo en la boca. Y asi fue dada a un barquero que la echase en la mar, al cual dio cien ducados el padre de Diomedes, porque ella no pareciese; el cual, visto que era mujer, la echo en tierra y, movido a piedad, le dio un su vestido que se cubriese. Y viendose sola y pobre, y a que la habia traido su desgracia, pensar puede cada uno lo que podia hacer y decir de su boca, encendida de mucha pasion. Y sobre todo se daba de cabezadas, de modo que se le siguio una gran jaqueca, que fue causa que le viniese a la frente una estrella, como abajo diremos. Finalmente, su fortuna fue tal, que vio venir una nao que venia a Liorna y, siendo en Liorna, vendio su anillo, y con el fue hasta que entro en Roma.

Mamotreto V

Como se supo dar la manera para vivir, que fue menester que usase audacia pro sapientia

Entrada la senora Lozana en la alma ciudad y proveida de subito consejo, penso: «Yo se mucho; si ahora no me ayudo en que sepan todos, mi saber sera ninguno». Y siendo ella hermosa y habladera, y decia a tiempo, y tenia gracia en cuanto hablaba, de modo que embaia a los que la oian. Y como era platica y de gran conversacion, y habiendo siempre sido en compania de personas gentiles, y en mucha abundancia, y viendose que siempre fue en grandes riquezas y convites y gastos, que la hacian triunfar, decia entre si: «Si esto me falta sere muerta, que siempre oi decir que el cebo usado es el provechoso». Y como ella tenia gran ver e ingenio diabolico y gran conocer, y en ver un hombre sabia cuanto valia, y que tenia, y que la podia dar, y que le podia ella sacar. Y miraba tambien como hacian aquellas que entonces eran en la ciudad, y notaba lo que le parecia a ella que le habia de aprovechar, para ser siempre libre y no sujeta a ninguno, como despues veremos. Y, acordandose de su patria, quiso saber luego quien estaba aqui de aquella tierra y, aunque fuesen de Castilla, se hacia ella de alla por parte de un su tio, y si era andaluz, mejor, y si de Turquia, mejor, por el tiempo y senas que de aquella tierra daba, y embaucaba a todos con su gran memoria. Hallo aqui de Alcala la Real, y alli tenia ella una prima, y en Baena otra, en Luque y en la Pena de Martos, natural parentela. Hallo aqui de Arjona y Arjonilla y de Montoro, y en todas estas partes tenia parientas y primas, salvo que en la Torredonjimeno que tenia una entenada, y pasando con su madre a Jaen, poso en su casa, y alli fueron los primeros granones que comio con huesos de tocino. Pues, como daba senal de la tierra, hallo luego quien la favorecio, y dieronle una camara en compania de unas buenas mujeres espanolas. Y otro dia hizo quistion con ellas sobre un jarillo, y echo las cuatro las escaleras abajo; y fuese fuera, y demandaba por Pozo Blanco, y procuro entre aquellas camiseras castellanas cualque estancia o cualque buena compania. Y como en aquel tiempo estuviese en Pozo Blanco una mujer napolitana con un hijo y dos hijas, que tenia por oficio hacer soliman y blanduras y afeites y cerillas, y quitar cejas y afeitar novias, y hacer mudas de azucar candi y agua de azofaifas y, cualque vuelta, apretaduras, y todo lo que pertenecia a su arte tenian sin falta, y lo que no sabian se lo hacian ensenar de las judias, que tambien vivian con esta platica, como fue Mira, la judia que fue de Murcia, Engracia, Perla, Jamila, Rosa, Cufa, Cintia y Alfarutia, y otra que se decia la judia del vulgo, que era mas platica y tenia mas conversacion. Y habeis de notar que paso a todas estas en este oficio, y supo mas que todas, y diole mejor la manera, de tal modo, que en nuestros tiempos podemos decir que no hay quien use el oficio mejor ni gane mas que la senora Lozana, como abajo diremos, que fue entre las otras como Avicena entre los medicos. Non est mirum acutissima patria.

Mamotreto VI

Como en Pozo Blanco, en casa de una camisera, la llamaron

Una sevillana, mujer viuda, la llamo a su casa, viendola pasar, y le demando:

[SEVILLANA.-] Senora mia, ?sois espanola? ?Que buscais?

LOZANA.- Senora, aunque vengo vestida a la ginovesa, soy espanola y de Cordoba.

SEVILLANA.- ?De Cordoba? ?Por vuestra vida, ahi tenemos todas parientes! ?Y a que parte morabais?

LOZANA.- Senora, a la Cortiduria.

SEVILLANA.- ?Por vida vuestra, que una mi prima caso ahi con un cortidor rico! ?Asi goce de vos, que quiero llamar a mi prima Teresa de Cordoba, que os vea! ?Mencia, hija! Va, llama a tu tia y a Beatriz de Baeza y Marina Hernandez, que traigan sus costuras y se vengan aca. Decime, senora, ?cuanto ha que viniste?

LOZANA.- Senora, ayer de manana.

SEVILLANA.- Y ?donde dormiste?

LOZANA.- Senora, demandando de algunas de la tierra, me fue mostrada una casa donde estan siete o ocho espanolas. Y como fui alla, no me querian acoger, y yo venia cansada, que me dijeron que el Santo Padre iba a encoronarse. Yo, por verlo, no me cure de comer.

SEVILLANA.- ?Y vistelo, por mi vida?

LOZANA.- Tan lindo es, y bien se llama Leon decimo, que asi tiene la cara.

SEVILLANA.- Y bien, ?dieronnos algo aquellas espanolas a comer?

LOZANA.- Mira que bellacas, que ni me quisieron ir a demostrar la plaza. Y en esto vino una que, como yo dije que era de los buenos de su tierra, fueme por de comer, y despues fue conmigo a ensenarme los senores. Y como supieron quien yo y los mios eran, que mi tio fue muy conocido, que cuando murio le hallaron en las manos los callos tamanos, de la vara de la justicia, luego me mandaron dar aposento. Y

Вы читаете La Lozana andaluza
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×