siempre que el la necesitara ella estaria a su lado. Lo sabia en ese momento, pero lo sabria mejor despues de que llevaran cincuenta o sesenta anos juntos. Lo volvio a besar. Con vehemencia.
– Caramba, otra vez tienes ganas -comento el.
– Si.
– ?Cuanto puede esperarse que aguante un hombre?
– No se la mayoria de los hombres -lo beso una vez mas-. Solo se lo que puedes aguantar tu. No hay limite para ti, Mick. Y no te falta nada. ?No por lo que a mi respecta!
– Son mas de las dos…
– Pobrecito mio -murmuro ella.
– Te estas volviendo cada vez mas audaz, mas atrevida y descarada.
– Si.
– No me va a quedar mas remedio que acceder a tus deseos.
– Eso es.
?Que podia hacer el? La abrazo y la volvio de espaldas con lentitud y, antes que su espina dorsal tocara las sabanas, ella lo abrazo estrechamente.
Jennifer Greene