Marion Lennox
Fantasmas del pasado
Fantasmas del pasado (1999)
Titulo Original: The baby affair (1999)
Capitulo 1
– HAY demasiados.
La enfermera Ellen Silverton alzo los ojos y suspiro. Llevaba una semana haciendo malabarismos con ninos y cunitas, pero el doctor Jock Blaxton no era estupido.
Aunque quiza podia seguir intentandolo por Tina. Tina Rafter era la ultima doctora que habia entrado en Gundowring y si habia problemas, su estancia seria la mas breve del hospital. Ellen penso en la conversacion que habian tenido una semana antes. Tina estaba palida y a punto de ponerse a llorar.
– Dejare el trabajo, Ellen. No puedo seguir asi. No se puede tener a otro nino mas.
– Claro que se puede. Nadie notara la existencia de un nino mas.
Nadie, excepto Jock Blaxton, que era demasiado inteligente para su propio bien. El hombre parecia tener ojos en la nuca. ?Como podria distraerlo?
– ?Que demonios quieres decir, Jock, carino? -pregunto Ellen.
– Ellen, no me vengas con zalamerias -replico, agitando acusadoramente las notas que llevaba en la mano-. Esta pasando algo y no se que es. Solo porque tengas veinte anos mas no…
– Y conoci a tu madre -interrumpio Ellen, tratando de reprimir una lagrima en un intento de desviar la atencion sobre el numero de cunas.
– Jock, tu madre era una mujer estupenda. Era mi mejor amiga…
– ?Ellen, deje de intentar distraerme! Enfermera Silverton, quiero saber ahora mismo que pasa en el hospital. -?Que demonios va a pasar?
El doctor Blaxton fruncio el ceno con impotencia. ?Estaba imaginando cosas? Gundowring era un hospital donde nunca pasaba nada. Situado en la costa sur de Gales, nutria las necesidades de mas de cuatrocientos kilometros cuadrados, pero era un lugar tranquillo, banado por el sol.
De hecho, Gundowring era un lugar demasiado tranquilo para Jock Blaxton. El habia nacido alli y paso los diez primeros anos de su vida hasta la muerte de su madre. Veinte anos despues volvio para trabajar como obstetra en el hospital.
Jock habia vuelto debido a los recuerdos de una infancia feliz al lado del mar y porque su mejor amigo, Struan Maitland, trabajaba como director del hospital. Struan habia estado buscando desesperadamente un obstetra y habia insistido mucho en que Jock aceptara el puesto. Y tambien porque Jock estaba inquieto… buscando a alguien a quien ni siquiera podia nombrar.
Pues bien, buscara lo que buscara, tampoco lo habia encontrado en Gundowring. Jock se habia esforzado mucho por adaptarse alli, pero era incapaz de aceptar la quietud de la pequena localidad. Acababa de volver de Londres y Londres le gustaba. Blaxton queria accion en su vida y estaba decidido a encontrarla.
Pero de momento tenia que solucionar algo que estaba pasando alli. Debia concentrarse y no dejar que Ellen le confundiera. ?Que demonios le ocultaban?
– De acuerdo, si no me dices… -Jock tomo la carpeta que contenia las historias de los pacientes-. Hablemos claro, ?de acuerdo? Esta historia pertenece a Jody Connor. Jody Connor ha nacido hace dos dias -el hombre se dio la vuelta hasta que encontro la cunita con el nombre-. Y Jody esta aqui -el hombre coloco el historial en la cesta rosa de Jody y continuo.
Ellen trago saliva. Las cosas se estaban poniendo feas, penso. Tina iba a tener problemas serios.
– Voy… voy a llevar al pequeno Benjamin a su madre -dijo la mujer, dirigiendose hacia la proxima cuna-. Ya es su hora de comer. Y Lucy Fleming deberia de tomar otra sesion de rayos…
Jock puso una mano sobre el hombro de Ellen y la detuvo.
– Deja a cada bebe en su sitio -ordeno el doctor-. ?Ellen, sientate!
– Bueno, es que…
– ?Sientate!
La mujer se sento finalmente.
– ?Me siento como si fuera un perro!
– Eres mas que eso. Te conozco, Ellen Silverton y eres testaruda, valiente y se te da bien hacer el papel de inocente, pero… -el hombre hizo un gesto con la cabeza al ver que la enfermera comenzaba a levantarse-. No. Esta sala esta bajo mi responsabilidad. Todas las enfermeras de noche me rehuyen y quiero saber por que.
– Si quieres decir que te evitan, te puedo decir la razon. Tienes fama de…
– ?Fama? -repitio Jock, colocando los historiales en cada cuna-. ?Que quieres decir con eso?
– Si no sabes lo que opinan de ti, entonces eres menos inteligente de lo que yo creia -contesto Ellen, observando a Jock yendo de una a otra cuna.
Ella habia hecho todo lo posible. El iba a descubrirlo y si lo contaba… ?Lo contaria? ?Como saberlo? Desde luego ella no. Despues de doce meses trabajando con el, seguia siendo un desconocido para ella.
Hubo un tiempo en que lo conocio bien. Jock habia sido un nino estupendo, recordo. La madre de Jock era muy amiga de Ellen y Jock habia crecido con sus propios hijos. Cuando la madre murio, al cumplir Jock los diez anos, el padre sufrio una depresion y se lo llevo a vivir fuera. Ellen estuvo sin ver a Jock durante veinte anos, hasta que este volvio como un obstetra reputado, mucho mas reservado y enigmatico de lo que ella recordaba.
Y mucho mas alto…
Media casi dos metros y tenia un cuerpo impresionante. Con musculos y mas musculos… Su cabello era negro y su rostro de facciones duras. Los ojos, de un azul oscuro, parecian los de un aguila. La boca reia cuando menos lo esperabas, con una risa tan contagiosa que tenias que unirte a ella.
Sus pacientes lo amaban y todas las enfermeras solteras estaban enamoradas de el, sin dejar de preguntarse por que seguia sin pareja y desaparecia a Sydney cada vez que podia. Ellen sabia que tenia problemas. Fantasmas del pasado que lo perseguian y le mantenian apartado de todos. Era como si tuviera miedo de comprometerse con la vida. Con el amor…
Pero nada de eso tenia que ver con el problema que Ellen tenia en ese momento. ?Como explicar la existencia de una cuna de mas? No podia.
– Si no puedo llevar a Benjamin a su madre tendre que explicarle lo que esta pasando. Estara despierta preguntandose…
Pero Jock no era facil de convencer. Tenia en la mano una ultima carpeta y habia visto la cuna que le correspondia.
– Jason, aqui tienes -dijo a un bebe de una semana que lo ignoro por completo. Luego se giro. Sobraba una cuna. No se habia equivocado, habia un bebe de mas.
– Tengo que irme…
– ?Ellen, quedate! -gruno Jock, dirigiendose hacia la cuna cuya cesta rosa no tenia el historial-. Sabia que tenia razon -dijo satisfecho, con los ojos brillantes-. Mis matematicas no son del todo malas. Asi que, ?quien eres tu, pequena?
El bebe era una nina diminuta, quiza de cuatro o cinco semanas, que no hizo caso a Jock. Su rostro pequeno parecia concentrado en dormir. Tenia la cabeza cubierta por un pelo fuerte y un rostro precioso.
– Ellen…
– Doctor Blaxton, de verdad tengo que irme -repitio Ellen, ya en la puerta.
– No -protesto Jock, poniendo las manos sobre la cuna del bebe-. No hasta que me la presentes.