– Por supuesto que si -Hannah miraba a Francis como si fuera un insecto repugnante-. Estare encantada. La horca es demasiado buena para alguien como el.

– Puede que no llegue a tanto, pero sera igual de efectivo. Te vere en el juicio. Francis. Ahora, largate.

– Pero…

– ?Ahora!

Cuando el abogado se marcho, todos quedaron en silencio durante unos minutos. Escucharon como arrancaba el coche y se alejaba por el camino. Molly se separo de Jackson, pero el la abrazo de nuevo.

– ?Donde crees que vas?

– Yo… um. ?A ningun sitio?

– Asi es. A ningun sitio -dijo Jackson. Miro a Angela y a Guy y continuo-. Gracias por traerlos hasta aqui.

– No ha sido nada -Guy contesto-. Solo el hecho de que mi coche ha reventado el radiador y que Angela y yo nos hemos perdido un estupendo dia en la cama…

– ?Guy! -exclamo Angela, pero Guy sonrio.

– Os regalare un bonito coche el dia de la boda -dijo Jackson.

– Guau. Quedara muy bien al lado de las ollas y de las tostadoras.

Pero Molly, se habia quedado de piedra.

– Jackson Baird, ?crees que puedes ir gastandote el dinero por ahi en un…?

– Eh, ?de que te quejas? -interrumpio Angela-. Deja que malgaste lo que quiera -sus ojos brillaban de felicidad-. ?Que tal si anadimos unos brillantes a la lista de la compra, ya que estas?

Molly se quedo sin aliento.

– Angie…

– No me lo digas. Estabas a punto de decirme ?callate! De acuerdo, se cuando me estoy metiendo donde no me llaman -Angela miro a Sam-. Sam, los Lionel llevan mucho rato metidos en esa caja.

– Ya -dijo el nino.

– Vamos a ensenarles su nueva casa -agarro a Guy de la mano y despues a Sam. Tambien, sonrio a Hannah-. ?Que le parece, senora Copeland? ?Le apetece venir a ver como liberamos a las ranas y dejar a estos dos a solas?

– Me encantaria -dijo Hannah-. Si lo que esta a punto de ocurrir, va a ocurrir, entonces, estoy a punto de vender mi granja. Y si vendo este lugar, entonces, tendre que dejar una buena poblacion de ranas. Adelante, jovencito Sam.

– Hey, yo tambien quiero ver como las liberais -dijo Molly.

– ?Quieres ver a las ranas o quieres quedarte un rato mas donde estas? -pregunto Angie-. Elige ahora. ?Ranas o principe?

Y solo habia una posible decision.

– Principe, por favor -dijo Molly, y sello su destino alli mismo.

Por fin, se quedaron a solas. Juntos y abrazados. Tenian muchas cosas que decirse, pero no era el momento de hablar. Solo era el momento de sentir sus cuerpos unidos. Dos corazones latiendo como si fueran uno.

Era una union sin palabras. Una sensacion de paz y alegria tan grande, que Molly no sabia como aceptarlo.

Jackson la abrazaba como si nunca fuera a dejarla marchar. Le acariciaba la espalda mientras ella apoyaba el rostro dolorido en su hombro.

– ?Donde esta Cara? -susurro Molly, pero ya no le importaba. Cara ya no le importaba. Lo que el amor verdadero unia, ningun hombre podria separarlo… y el amor verdadero, habia unido a esa pareja.

– Cara y yo hemos decidido que vivir juntos en la granja seria una locura.

Ella se separo de el para verle la cara.

– ?Por que?

Jackson sonrio y a Molly le dio un vuelco el corazon.

– He sido un idiota.

– No te creo.

– Entonces, te equivocas. Molly… -le agarro las manos e intento explicarle algo que el mismo acababa de empezar a comprender-. Molly, tuve una infancia muy mala. En el unico lugar donde encontraba la paz fue en el colegio interno, O con las nineras. Despues, en la universidad y en el mundo de los negocios. Esas cosas seguian unas normas que yo podia comprender. Hacian que me sintiera seguro. Asi que intente organizar mi vida personal del mismo modo. Cara es mi hermanastra. Ella tuvo la misma vida que yo, con los mismos resultados de fracaso emocional. Asi que cuando la vida se ponia dificil, solo nos teniamos el uno al otro.

– Cara es tu… ?hermanastra? -Molly se quedo de piedra.

– Si. Y hasta ahora, Cara y yo hemos vivido bajo las mismas reglas. Autoproteccion a toda costa. Una vez intente saltarme la regla y fue un desastre -acerco los labios al cabello de Molly y suspiro-. Pense que amaba a una mujer. Ella me queria solo por mi dinero. Yo era joven e ingenuo, pero me hizo desconfiar de la vida. Solo que entonces, no te habia conocido. Un hombre puede ser estupido…

Ella no podia creer lo que estaba oyendo. «Por favor…»

Era una pequena suplica que le salia desde lo mas profundo del corazon, pero al sentir que Jackson la atraia hacia su cuerpo para que oyera el latido de su corazon, obtuvo la respuesta.

– ?Y ahora?

Un martin pescador cantaba en el exterior, y su trino, parecido a una risa, parecia una burla de los amantes. Pero a ellos no les importo. «Podria ser un ruisenor», penso Molly, y sintio ganas de pellizcarse por si estaba sonando.

– Ahora, Cara ha conocido a Raoul. Y…

– ?Y?

– Y yo he conocido a Molly. Mi Molly. Mi amor. Mi maravillosa, valiente, fiel, y carinosa Molly, y me doy cuenta de que no sabia de que estaba huyendo. Creia que huia del amor, pero hasta que te conoci, no sabia lo que era. Hemos pasado tres semanas separados y te he echado de menos en cada momento. Te deseo, Molly. Quiero que seas mi esposa. Ahora y para siempre. ?Te casaras conmigo?

?Se casaria con el? ?Si y si! Pero habia una cosa que queria decirle, aunque su futuro, y su felicidad, dependieran de ella.

– Jackson, vaya a donde vaya, tengo que llevar a Sam. Yo… el forma parte de mi vida. Y yo tengo que…

Pero parecia que Sam no era un problema.

– Por supuesto que si. ?Como iba a ser de otra manera? Es un chico estupendo, y yo tengo muchos planes…

– ?Planes?

– Nos mudaremos aqui -le puso un dedo sobre los labios para que no hablara-. Querias que las cosas no cambiaran para Sam, asi que te mudaste a la ciudad. Pero las cosas han cambiado, te guste o no. Yo se que el podria ser feliz aqui. El colegio de la zona es mas pequeno que al que va ahora, y estara mas contento. Aqui podra criar ranas. Tendra su propio cachorro y nos ayudara a criar el ganado, comera las paviovas de la senora Gray y dejara de parecer un nino sin…

– Ya basta -Molly estaba llorando y riendose a la vez-. Haces que parezca maravilloso. Me entran ganas de aceptar solo por Sam.

– ?Crees que te haria chantaje?

– No -lo miro a los ojos y cambio de opinion-. ?Si! Si quieres conseguir algo, harias todo lo que hiciera falta para conseguirlo.

– Solo te quiero a ti.

Ella lo sujeto. Con las manos entrelazadas, formaron un circulo perfecto, de confianza y felicidad.

– ?De veras, Jackson?

– De veras -se inclino y la beso en la boca con delicadeza. Era un beso lleno de promesas. Un beso lleno de felicidad.

– Y lo tengo todo arreglado.

– Has estado muy ocupado.

– Tres semanas es mucho tiempo. Un hombre puede pensar mucho en todo ese tiempo.

– ?Y que has decidido? -estaban derritiendose con la mirada.

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