– No lo se -admitio-. No tengo ni idea. No tuve esa opcion. Siempre supe que iba a heredar la pasteleria.
– ?Tu, y no tu hermana pequena?
Nicole no queria pensar en Jesse.
– Ella nunca mostro mucho interes.
– ?Te gusta lo que haces?
– La mayoria de las cosas si. Estoy rodeada de magdalenas glaseadas, ?que puede tener eso de malo?
Hawk sonrio.
– Buena observacion. Yo siempre supe que queria ser jugador de futbol. Me crie en el norte de Seattle, a las afueras de Marysville. Es un pueblo pequeno, con un instituto pequeno. El futbol iba a ser mi salida.
– ?Y tu familia?
– Solo eramos mi madre y yo. Mi padre murio cuando yo era pequeno. Lo que recuerdo de el no es bueno. No teniamos mucho dinero, pero no era un problema. Mi madre estaba muy orgullosa de mi. Creia en mi de verdad. Cuando las cosas se ponen feas, pienso en mi madre -dijo Hawk. Tomo su copa de vino, pero no bebio-. Vivio hasta que entre en la universidad con una beca, pero no mucho mas. Ojala me hubiera visto llegar a la liga profesional.
– Quiza te viera.
El la miro.
– Me gusta pensar eso. Fue muy comprensiva cuando supo que Serena se habia quedado embarazada. Estabamos en el ultimo ano de instituto. Pense que iba a matarme, pero solo dijo que nos las arreglariamos.
– ?Y como se lo tomaron los padres de Serena?
– Se pusieron furiosos. Le dijeron que, si no daba al bebe en adopcion y dejaba de verme para siempre, no querian tener nada que ver con ella.
– No puede ser.
– Si. Ella se quedo destrozada. Yo le dije que ibamos a casarnos y que formariamos una familia. Serena tuvo que reunir mucha fe para creerme.
– Estaba enamorada.
– Yo tambien. Pero al principio fue muy angustioso. Nos casamos despues de la graduacion, y nos fuimos a vivir con mi madre. El entrenador de la Universidad de Oklahoma nos puso en contacto con gente de Norman, y ellos nos ayudaron mucho.
Nicole no sabia mucho de futbol americano, pero se imaginaba que el habia elegido la escuela mas adecuada.
– Vivir en un lugar en el que el futbol americano es el rey fue definitivo -bromeo ella.
– Lo se. Nos ayudaron. Viviamos fuera del campus, en una casita pequena pero estupenda. Se suponia que yo tenia que hacer el mantenimiento para pagar la renta, pero no habia mucho que hacer. Serena consiguio un trabajo con horario flexible y un sueldo digno. Nos lo pusieron muy facil. Siempre habia alguien que se ofrecia para cuidar a Brittany y que Serena pudiera venir a los partidos.
Nicole no se imaginaba como era aquella vida. Era como escuchar el argumento de una pelicula.
– Tuviste suerte.
– Si, tuvimos suerte. Pero incluso con toda aquella ayuda, seguiamos siendo un par de adolescentes que tenia que criar a una hija. Las noches en que Brittany tenia fiebre me aterrorizaban. Yo podia aguantar un golpe en un partido sin problemas, pero cada vez que ella se caia, pensaba que me iba a dar un ataque de nervios.
– Un padre dedicado.
– Las queria, a ella y a Serena. Muchos de los chicos del equipo no entendian como podia ser tan feliz estando con una sola mujer. Ellos ligaban todo lo que podian, y cuando juegas al futbol, eso es decir mucho. Pero para mi no era importante. Fue igual cuando me hice profesional, para nosotros fue la oportunidad de tener estabilidad financiera. Queriamos volver a Seattle, asi que compramos la casa en la que vivo ahora. Es bastante corriente, queriamos una vida normal.
– Un sueno poco habitual para un jugador de futbol.
– No necesito cosas caras para saber quien soy.
Lo cual daba a entender muchas cosas sobre el. Nicole estaba empezando a preguntarse si aquella cena habia sido buena idea. No queria que Hawk empezara a gustarle de verdad. Le crearia una complicacion indeseada.
– ?Y por que te retiraste?
– Serena enfermo de cancer. Sabiamos que se estaba muriendo. Brittany solo tenia doce anos, asi que fue un golpe muy duro para ella. Serena y yo hablamos de lo que era mejor para nuestra hija, y que yo estuviera viajando y entrenando ocho meses al ano no lo era. Los padres de Serena habian retomado el contacto con nosotros, pero viven en Florida, asi que solo ven a Brittany una vez cada dos anos, mas o menos. No habia nadie que pudiera cuidarla, y la unica solucion era que yo me retirara.
?Habia dejado de jugar al futbol profesional, una ocupacion que lo convertia en una estrella, para volver a casa y cuidar a su hija?
– Me aburri a los tres dias -continuo el con una sonrisa-. Por eso se me ocurrio ser entrenador.
– ?Quieres decir que no estas en ello por el sueldo? -pregunto ella, medio en broma. No queria que Hawk fuera tan bueno como parecia.
– No necesito el cheque, si es lo que estas preguntando.
– Hablando de cheques y de sueldo, ?vas a ver a Raoul manana?
– No lo se. ?Por que?
– Tengo su cheque del mes. Ayer no trabajo, y se me olvido pagarle el dia anterior -dijo Nicole, que pensaba que el chico no andaria muy bien de dinero-. Tal vez se lo lleve a casa manana.
– Yo puedo hacerlo, si quieres.
– No, no pasa nada. Yo soy su jefa.
– ?Que tal va en la pasteleria?
– Es estupendo, un buen trabajador. Me alegro de tenerlo alli.
– ?Estas contenta de no haberlo enviado a la carcel?
– No voy a hablar de eso.
– ?Porque no quieres admitir que estabas equivocada?
– Mas o menos.
Hablaron durante toda la cena. A Nicole se le quedo la comida fria en el plato, mientras Hawk y ella charlaban de todo, desde la posibilidad de que los Mariners ganaran la final de la liga hasta el mejor sitio para tomar el cafe. Como estaban en Seattle, habia cientos de lugares.
– Me estas hablando de cafes con leche aromatizados -refunfuno el-, bebidas de chicas.
– Oh, ya. Tu eres demasiado varonil para eso.
– Pues si.
El la miro, y ella le devolvio la mirada. La chispa salto entre los dos, e hizo que ella se estremeciera. Cuando Hawk se inclino sobre la mesa y la tomo de la mano, Nicole deseo de repente que estuvieran en otra parte. En algun sitio solitario, tranquilo, donde el hecho de desnudarse no molestara a los demas.
– Si has terminado -dijo el-, estoy pensando que es hora de un poco de accion.
– Estoy a tu disposicion.
El le solto la mano y miro el reloj. Entonces solto un grunido.
– ?Que?
– Le dije a Brittany que volviera a casa a las once, lo cual significa que tengo que estar alli para asegurarme de que obedece. Son mas de las diez.
– Entonces no hay tiempo para ir a mi casa, divertirnos y que tu te vayas a la tuya antes de las once.
– Es culpa tuya. Normalmente, yo no me siento a charlar con una mujer durante mas de tres horas sin darme cuenta de como pasa el tiempo. Sobre todo, cuando hay otras maneras de pasar la noche.
Queria decir que podian haber estado en la cama. Nicole sonrio.
– Tipico de los tios. Echarle la culpa al otro -dijo.
Lo que el le habia dicho la habia hecho feliz. Le gustaba saber que Hawk tambien se lo habia pasado bien. Aunque no porque a ella le gustara, ni nada por el estilo. Bueno, si le gustaba, pero solo porque tenian un trato.