– No pasa nada. Es importante elegir bien la fragancia.

– ?No te gusta ninguno de estos? -le pregunto Jesse a Gabe.

Gabe nego con la cabeza.

– ?Ni siquiera este? -pregunto Jesse, tomando la muestra del primero.

– No.

– Tal vez debamos tomarnos un descanso en la compra del perfume -le dijo Jesse al nino-. Quiero comprarle un jersey a la abuela, asi que vamos a hacer eso y despues lo intentaremos en otra tienda.

– De acuerdo -dijo Gabe, y le dio la mano a su madre-. A la abuela le gusta el rojo.

– Es cierto -dijo Jesse mirando a Matt-. ?Te estas volviendo loco con todo esto?

– Todavia no.

Ella sonrio. Fue una sonrisa facil que le transmitio a Matt, al menos por el momento, que ella habia olvidado estar en guardia. Entonces la sonrisa se desvanecio y Jesse aparto la mirada.

– Vamos al piso de arriba -dijo-. Alli he visto jerseis.

Matt vacilo.

– Yo voy a buscar un cafe. ?Quieres uno?

– No, gracias.

El espero hasta que ellos llegaron al ascensor y despues volvio al mostrador de los perfumes, donde adquirio el que le habia gustado a Jesse. Quiza demostrarle que habia prestado atencion fuera de ayuda.

Los alcanzo junto a la zona de jerseis y chaquetas.

– Creo este le sentaria muy bien a Paula. ?Tu que piensas?

– Estoy de acuerdo.

Ella miro el precio y pestaneo. Despues de encogio de hombros.

– Se lo merece.

Matt queria decirle que con el dinero que el le habia depositado en la cuenta bancaria podia estar comoda, pero penso que no era un buen movimiento. Tampoco se ofrecio a pagar el jersey. Jesse podia tomarselo como un insulto.

– ?Vamos a comprar ahora el perfume? -pregunto Gabe mientras se ponian a la cola para pagar.

Jesse asintio.

– Hay un Sephora en este centro comercial. Vamos a intentarlo alli. Quiza te gusten las esencias de la Filosofia -dijo, y miro a Matt-. Son limpias y atractivas.

– Entonces vamos alli.

Jesse pago el jersey. Despues, Matt tomo la bolsa de manos de la cajera.

– Yo lo llevare.

Jesse vacilo.

– Gracias.

Volvieron al ascensor. Cuando se detuvieron para esperar a que un par de senoras pasaran delante de ellos. Matt poso la mano en su espalda, a la altura de la cintura. Sintio el calor de su cuerpo a traves de la tela de su camiseta de manga larga. Ella no reacciono en absoluto. ?Habria sentido su contacto, estaba aguantandose por Gabe? ?Que pensaba cuando lo miraba?, ?consideraba la posibilidad de perdonarlo?

Paso a paso. Habia hecho un plan y habia resultado un desastre. En aquella ocasion iba a vivir el momento, haciendo todo lo posible por demostrar que sus intenciones eran sinceras.

Salieron del centro comercial y Matt senalo la joyeria Ben Bridge.

– Tengo que entrar aqui.

Jesse arqueo las cejas.

– ?De veras?

– Quiero comprarle unos pendientes a mi madre.

No menciono el hecho de que durante los cinco anos anteriores no se habia molestado en comprarle un regalo a Paula. Estaba demasiado enfadado como para intentarlo. Otra relacion que tenia que arreglar, penso. Aunque Paula habia aceptado sus disculpas sin reservas.

Jesse siguio a Matt al interior de la joyeria. Las preciosas piezas brillaban y despedian destellos desde sus vitrinas protectoras. Con Gabe tomado de la mano, siguio a Matt mientras este se acercaba al dependiente que habia tras el mostrador.

– Me gustaria ver lo que tiene con perlas negras de Tahiti -dijo con decision.

Jesse parpadeo. Eso si que era un hombre que sabia lo que queria. Ella no estaba muy segura de lo que eran las perlas de Tahiti.

– Por aqui, senor -dijo el hombre, y se movio hacia la izquierda. Abrio la parte trasera de una vitrina y saco varios pares de pendientes.

Ella observo las perlas negras. Eran preciosas y sofisticadas. Matt senalo el par que tenia la perla mas grande, acompanadas de unos brillantes de buen tamano.

– ?Que te parecen? -le pregunto Matt.

– Son maravillosos -le dijo ella-. Las perlas oscuras le quedaran muy bien a Paula.

– Me los llevo.

– Mama, mira -dijo Gabe, tirandole de la mano, y senalo hacia una vitrina de pulseras de diamantes. Algunas de ellas parecian tan caras como un coche pequeno.

– Son bonitas.

– Me gusta esa.

Ella miro el aro de oro blanco con brillantes.

– Es muy bonita.

Matt se acerco a ella.

– ?Cual es la que te gusta? -le pregunto a Gabe.

El nino la senalo.

– Deberias probartela, Jesse.

Ella dio un paso atras.

– No, gracias.

– ?No es tu estilo?

Era demasiado bonita como para que ella dijera eso.

– No tendria ocasion de lucirla.

El vendedor saco la pulsera de la vitrina.

– Hoy en dia, las mujeres llevan pulseras como esta habitualmente.

En su mundo no, penso ella. Solto a Gabe y puso las manos detras de la espalda.

– Gracias por ensenarnosla -dijo.

– Solo pruebatela -insistio Matt-. Para ver como es.

– Yo… -los tres hombres la estaban mirando fijamente. Jesse suspiro-. Esta bien. Me la probare.

– Es un brazalete Journey. Dos quilates de brillantes engarzados en oro blanco -dijo el dependiente, y se la ajusto en el brazo.

Le quedaba perfectamente, y era increible. Jesse nunca se habia puesto nada tan bonito en su vida. Los diamantes eran perfectos, tan brillantes que irradiaban arco iris cuando atrapaban la luz.

– Nos la llevamos -dijo Matt.

Ella solto un jadeo.

– No, claro que no.

– ?Por que no? Te gusta y te queda perfectamente bien.

– Es una locura. No puedo llevarme esto.

– Tu pulsera es muy bonita, mama -dijo Gabe.

Era demasiado. Significaba algo…, ella no sabia que, pero algo.

Matt se inclino hacia ella.

– Que un hombre le regale algo a la madre de su hijo es una tradicion.

– Si, pero cuando nace el nino -murmuro ella-. No puedo. Y aunque pudiera, esto es un despilfarro.

– Es tu regalo con intereses. Por favor, Jesse. Quiero regalartela.

– No demuestra nada -susurro Jesse-. No vas a conseguir caerme mejor.

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