– ?Tenia celos de ella? -le pregunto una mujer elegantemente vestida-. ?Le daba envidia su matrimonio y el dinero que tenia?

– ?Como? -se extrano Samantha-. ?Que tiene que ver mi relacion con Helen con la pagina web?

– Estamos buscando un motivo, senorita Edwards.

– Yo no he sido -se defendio Samantha-. Me encanta mi trabajo y jamas pondria en peligro a los ninos. De hecho, esa ha sido la prioridad absoluta de mi equipo, que los ninos estuvieran siempre en una pagina segura. Quiero que sepan que la pagina estaba perfectamente disenada y que lo que ha ocurrido ha sido porque alguien ha entrado en el servidor. Ha sido un ataque desde fuera, no podiamos evitarlo.

– ?Como que no? Tendria que haber pensado en ello, senorita Edwards -le espeto Baynes-. Claro, si no hubiera estado usted tan pendiente de hacerse famosa…

– ?Que?

– Si, ya hemos visto lo mucho que le gusta a usted tener contacto con la prensa.

– De eso, nada. No me gustaba nada, pero era la directora del proyecto y no me quedaba mas remedio que representar a la empresa.

– Algo de lo que normalmente se encarga David Hanson.

– Trabajamos juntos.

– Eso dice usted.

Samantha vio claro de repente que aquellas personas habian decidido que necesitaban una cabeza de turco y que iba a ser ella.

– Por mucho que busquen, no van a encontrar ningun motivo que me haya llevado a sabotear esta empresa porque yo no he tenido nada que ver con lo que ha sucedido. No tengo absolutamente nada en contra de esta empresa ni de ninguno de sus empleados. Me contrataron para hacer un trabajo y lo he hecho lo mejor que he podido.

– Hemos hablado con su ex marido, senorita Edwards. Nos ha dicho que es usted una persona emocionalmente muy inestable y nos ha contado como, despues de separarse de el sin razon aparente, pidio el divorcio y luego cambio de opinion y le dijo que queria volver con el. Ademas, por lo visto, ha amenazado usted a sus hijos.

Samantha se sintio como si le hubieran dado un tiro en el corazon. Maldito Vance. Le habia jurado que algun dia se vengaria de ella y ahora Baynes se lo habia puesto en bandeja.

– Mi ex marido miente, pero da igual lo que yo les diga porque no estan dispuestos a creerme -contesto intentando mantener la calma-. ?Que quieren de mi?

– Su dimision -contesto Baynes.

Claro, asi podrian publicar que habian encontrado al culpable y habian depurado responsabilidades. Al Consejo de Administracion no le importaba en absoluto averiguar quien habia sido el verdadero culpable, solamente querian salvar el precio de las acciones de la empresa en Bolsa.

– Quieren que dimita porque no tienen ninguna razon para despedirme.

– Ya se nos ocurrira alguna, le aseguro que no tardaremos mucho. Sin embargo, si se va usted por las buenas, no filtraremos a la prensa lo que nos ha dicho su ex marido.

Samantha no sabia que hacer. Su instinto le decia que luchara, pero sospechaba que, si se quedaba, no haria sino complicarle las cosas todavia mas a Jack.

Podria verselas con las mentiras y las amenazas pero no queria hacerle dano a Jack.

– Esta bien, presentare mi dimision.

Capitulo 14

El equipo legal y Jack hicieron un descanso a las tres y Jack se dirigio a su despacho por si habia nuevas noticias.

En el camino, se encontro con David.

– El Consejo sigue reunido, pero ya han encontrado a una victima -le informo su tio.

– Vaya, que rapido trabajan -se sorprendio Jack.

– Se trata de Samantha.

Jack no desacelero el paso, pero, en lugar de dirigirse a su despacho, bajo al piso donde estaba reunido el Consejo de Administracion.

– Jack, piensa antes de actuar -le aconsejo su tio.

– ?Por que? Ellos no lo han hecho. La han entrevistado durante ?cuanto? ?Un cuarto de hora? Tu y yo sabemos que Samantha es incapaz de hacer algo asi. El responsable pagara por ello. No pienso consentir que Samantha cargue con el mochuelo.

– ?Que vas a hacer?

– Poner a cada uno en su sitio.

Jack entro en la sala de reuniones sin llamar a la puerta. El Consejo estaba interrogando a tres empleados del departamento de informatica. Jack les hizo una senal con la cabeza y los tres abandonaron la sala.

A continuacion, Jack se acerco a la mesa a la que estaban sentadas aquellas siete personas que querian regir su destino.

– Me han dicho que alguien ha admitido su culpabilidad -comento-. ?Por que nadie me ha informado de ello?

– No te pases de listo, Jack -le advirtio Baynes.

– Aqui el unico listo eres tu -le espeto Jack-. ?No te gusta mi manera de hacer las cosas? ?Y que vas a hacer? ?Me vas a despedir? Seria el mejor favor que me podrias hacer. ?Como habeis conseguido esa confesion?

– La senorita Edwards no ha confesado, pero, siendo la responsable del proyecto, hemos pensado que lo mejor seria que…

– El responsable del proyecto soy yo -lo interrumpio Jack dando un punetazo sobre la mesa-. Os recuerdo que yo estoy al mando de esta empresa, asi que no teneis derecho alguno a despedir a mis empleados a mis espaldas sin razon.

– Tienen una razon, ?verdad? Anda, Baynes, diselo -lo urgio David.

El presidente del Consejo de Administracion no abrio la boca.

– Quieren sacarlo en los informativos, que la gente se crea que ya esta todo resuelto para que los precios de las acciones no bajen -continuo David.

– Nos preocupamos por esta empresa, no como vosotros -lo ataco Baynes.

– Hemos hecho todo lo que hemos podido para que esta empresa vaya bien, hemos trabajado como locos. Os gustaba el nuevo proyecto -le recordo Jack.

– Si, hasta que han aparecido problemas -contesto Baynes-. Obviamente, has contratado a gente incompetente. La senorita Edwards es una persona problematica que…

– ?Como? ?Que demonios estas diciendo?

– Hemos hablado con el ex marido de la senorita Edwards -contesto Baynes-. Nos ha sido de gran ayuda.

– Ya me imagino -se lamento Jack.

A continuacion, dio un paso atras porque sabia que, si seguia alli, lo unico que iba a conseguir iba a ser enfadarse todavia mas.

Necesitaba encontrar a Samantha, hablar con ella, asegurarse de que estaba bien.

– Si quereis echarle la culpa alguien, echadmela a mi -se despidio-. Dimito.

Baynes se puso en pie.

– No puedes dimitir. Firmamos un contrato. Si no lo cumples, te demandaremos. Piensa en que seria de tu carrera judicial.

Jack se quedo mirando fijamente al presidente del Consejo de Administracion y David le tiro del brazo.

– Venga, vamonos, aqui no se nos ha perdido nada -le dijo.

– Tienes razon -contesto Jack yendo hacia los ascensores-. ?Donde esta Samantha?

– Estoy aqui, llorando en tu sofa, como de costumbre ultimamente -le dijo Samantha a Helen.

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