– No precisamente. Hace un par de meses se publico en un periodico de Seattle un articulo bastante ofensivo contra ti. Al parecer, la periodista y tu pasasteis una noche juntos y ella no quedo satisfecha del todo. ?Quieres comentar algo?

– ?Estas haciendome una pregunta? -Reid esbozo su sonrisa mas encantadora.

– Voy a ponerme un poco dura y a exigirte una respuesta.

– No lo paso tan bien como nos habria gustado a los dos -el se encogio de hombros-. Podria darte mil excusas, pero no voy a hacerlo.

– ?Nada mas? -pregunto la periodista con tono de decepcion-. ?No vas a defender tu reputacion? Algunas mujeres que estuvieron contigo se han quejado publicamente de tu… rendimiento.

– No se me quejaron a mi.

– Las mujeres no solemos hacerlo. ?Es verdad lo que se dice de que la vanidad masculina es muy fragil? ?Crees que tus parejas de cama no dijeron nada para no hacerte dano?

– Si ese fue el motivo, ya lo habran olvidado. Adoro a las mujeres y las he adorado siempre. A pesar de lo que se dice, el mayor placer para un hombre es complacer a la mujer que esta con el -levanto una mano-. Para la mayoria de los hombres. Desde luego, lo es para mi. Si no paso, lo lamento. Siempre es mi intencion.

– Mucha gente, sobre todo mujeres, creen que los famosos no tienen que portarse muy bien en la cama porque no lo necesitan. ?Crees que ese es parte de tu problema?

Lori gruno. Dio un paso al frente, pero se detuvo. Reid no necesitaba que ella irrumpiera en el plato para decir a todo el mundo que era un amante excepcional.

– Odio a esa mujer -le dijo a su hermana.

– Yo tampoco le tengo mucho aprecio.

– No se que paso con la periodista que empezo con todo esto -contesto Reid-. Nunca ha hablado conmigo de nada. Se me presento en un bar. Que yo sepa, todo estaba preparado. Ha sido desagradable. Es algo que a ningun hombre le gusta tener que tratar. Como sabras, he estado eludiendo a la prensa.

– Lo se -ronroneo ella-. De todos los periodistas, me has elegido a mi -apoyo la mano en el brazo de Reid-. ?Intentas decirme algo?

Reid miro directamente a la camara.

– Si. Estoy aguantando estas preguntas porque me dan igual. Pueden decir lo que quieran, no me importa. Hay algo mucho mas importante que lo que la gente piense de mi vida amorosa, hay personas que mueren todos los dias cuando podrian seguir viviendo.

La periodista suspiro, como si supiera que la parte mas jugosa de la entrevista ya habia terminado.

– Te refieres a quienes estan esperando la donacion de un organo.

– Efectivamente. En otros paises, la donacion de organos es la norma.

Siguio con su tema, pero Lori no lo escuchaba. Se quito los auriculares y se volvio hacia su hermana.

– Lo ha conseguido. No puedo creermelo. ?Lo has visto?

– Ha estado perfecto -contesto Madeline con un suspiro-. De verdad, increible. Estoy muy agradecida.

– Yo tambien -Lori la abrazo-. Sigo sin creerme que estuviera dispuesto a aguantar esto por ti.

– No, Lori -Madeline sonrio-. No lo ha hecho por mi. ?No lo comprendes? Lo ha hecho por ti.

Capitulo17

– Bernardo es muy bueno -dijo Lucia Guiseppe mientras vertia un cazo de salsa sobre la pasta de Dani-. Su padre puso el restaurante hace unos cincuenta anos. Entonces eramos unos jovenes sonadores y tontos.

La diminuta mujer vestida de negro miro la resplandeciente cocina del restaurante.

– Quiza no tan tontos -siguio ella mirando el plato de Dani-. ?Come! ?Come!

Dani tomo otro bocado de la magnifica pasta. La salsa era tan deliciosa que por un momento penso en lamer el plato cuando hubiera terminado. Pero como todavia no habia empezado la entrevista, decidio que lo mejor era no perder los modales.

Habia llegado a las tres e inmediatamente la habian llevado a la cocina. Los cocineros estaban en plena faena y se gritaban e insultaban en italiano. Sin embargo, a tenor de sus expresiones y sus risotadas, podia entender lo que decian. Habia cosas en las entranas de los restaurantes que eran iguales en todas partes.

La habia recibido Bernardo, el propietario de Bella Roma, pero lo habian llamado por telefono y habia dejado a Dani con su madre. Esta le habia ofrecido una comida increible y Dani no tenia queja.

– He indagado -le comento Lucia-. Se que eres una Buchanan, como los restaurantes. Tu abuela no es muy simpatica.

Dani no supo que replicar.

– Puede ser… exigente.

– ?Ahora se llama asi? Bueno, no elegimos a la familia. ?Que se le va a hacer! Yo tengo cuatro hijos. Cuatro. Dios se porto bien con nosotros. De los cuatro, solo Bernardo ha querido seguir con el negocio familiar. Con uno basta, ?no? Ahora, mis nietos estan creciendo. Uno quiere ser abogado, otro medico y Nicolas, peluquero -ella sacudio la cabeza-. Sin embargo, es de la familia y lo adoro. ?El restaurante? A Alicia le encantaba trabajar aqui, pero se va a Nueva York para casarse. ?Que te parece? ?Acaso no podemos celebrar una boda en Seattle? -Lucia suspiro-. ?Que se le va a hacer! ?No estas casada?

– No. Lo estuve. Mi marido y yo… El…

– Lo entiendo -intervino Lucia Guiseppe-. Algunos hombres son buenos y otros no tan buenos. Bernardo es bueno. Su mujer murio -hizo una pausa pensativa-. Eres demasiado joven para el. Es una pena.

Dani estuvo a punto de atragantarse. Bernie, como le habia pedido el que lo llamara, tenia casi cincuenta anos. El hombre en cuestion entro precipitadamente en la cocina.

– Perdona -se disculpo con Dani-. Mi hija va a casarse dentro de un mes. Tenemos que salvar una crisis cada cuatro horas. ?Te ha torturado mucho mi madre?

– En absoluto -contesto Dani con la mirada en su plato-. Me ha dado de comer muy bien. Me encanta todo.

– ?Una chica que come! -exclamo Lucia-. Me gusta.

– Voy a ir con Dani al despacho, mama -Bernie suspiro-. Vamos a hablar de trabajo. Querras dejarnos solos un rato…

– Ya. Soy una vieja. ?Que se yo de esas cosas? No me gustaria interferir en nada importante. ?Acaso no levante este sitio con tu padre? ?No trabaje todas la horas del dia mientras criaba cuatro hijos?

– No le hagas caso -le susurro Bernie mientras salian de la cocina-. Puede ponerse melodramatica.

– Me encanta -replico Dani sinceramente.

– Si no tienes cuidado, puede organizarte toda tu vida.

Dani penso que ella no estaba haciendolo muy bien y que quiza fuera buena idea que alguien lo intentara.

Se sentaron en el abarrotado despacho de Bernie. Este miro el monton de papeles y carpelas que tenia en la mesa.

– Tengo que ordenar todo esto -gruno-. Nunca tengo tiempo. Por eso quiero contratar a alguien. Alicia, mi hija, se ocupaba de hacerlo, pero se ha ido a Nueva York para estar con su novio. Esperaba que le interesara a alguno de mis hijos o sobrinos, pero no. Les encanta comer aqui, claro, pero trabajar, no tanto.

Dani penso que Bernie se parecia mucho a su madre y reprimio una sonrisa. Le impresiono que los dos pudieran trabajar juntos todos los dias sin matarse.

– Nos llevamos muy bien -le explico el-. Casi todos los empleados llevan anos aqui. La mitad de los clientes son habituales. ?Sabes lo que significa eso?

Dani capto que no era una mera conversacion y que la entrevista habia empezado.

– Los clientes habituales son una fuente de ingresos fija y quieres que esten contentos -contesto ella-. Tienen sus gustos. Algunos se resisten a los cambios. Esperan mucho. Quieren que se acuerden de ellos y que los traten de una manera especial porque estan ofreciendo algo que no se puede comprar con dinero: fidelidad.

– Efectivamente -Bernie lo dijo complacido-. Durante un tiempo, casi todos nuestros clientes eran jubilados y padres de familia. Estaban envejeciendo. Entonces el vecindario empezo a cambiar. De repente, estamos en la

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