– Buenos dias -le dijo Liz con una sonrisa-. ?Estas bien?

– Si, gracias -respondio Sophia y le acaricio la mejilla a Natasha-. Se acuerda de usted, de ayer.

– Eso espero. Esta despierta, pero muy tranquila.

– Es muy buena. Algunos bebes lloran durante todo el dia, pero ella no.

– Me han dicho que has pasado mucho tiempo con ella -dijo Liz.

– Con ella y con los demas. Me gusta estar con los bebes -respondio Sophia. Despues, apreto los labios.

?Por que? Liz no sabia lo que estaba pensando y no estaba segura de si debia preguntarselo.

– Sophia, ?cuantos anos tienes?

– Diecisiete.

Parecia mas pequena.

– ?Tienes familia por aqui?

– No. En el campo. Hay un trayecto largo en tren -respondio la chica y toco la manta que envolvia al bebe-. A ella le gusta que la tomen en brazos despues de comer y le gusta tomar el sol. Y que le canten.

– Has sido muy buena con ella -dijo Liz y sonrio-. La vas a echar de menos.

Sophia se encogio de hombros.

– Hay muchos bebes en Moscu. Bebes sin familia. Vendran otros que ocuparan su lugar. Estaran solos y tristes. El mes pasado hubo unos mellizos. Se marcharon a America. Natasha tendra una vida mejor alli, ?verdad?

– Si.

Liz estaba decidida a conseguirlo.

– Entonces, todo es perfecto.

La muchacha sonrio y se dio la vuelta, pero no antes de que Liz viera que tenia los ojos llenos de lagrimas. A Liz se le encogio el corazon. Debia de ser horrible encarinarse con aquellos bebes y despues ver como otra persona se los llevaba a otro pais. ?Seria suficiente la promesa de una vida mejor?

Liz no pudo evitar pensar en Sophia. ?Donde vivia y que hacia cuando no estaba ayudando en el orfanato? ?Realmente tenia familia o aquella muchacha estaba completamente sola?

Liz paso casi todo el dia con Natasha. Mientras la nina dormia, ella asistio a una reunion en la que Maggie Sullivan les explico el resto del proceso de adopcion y les hablo de lo que Liz y los otros padres adoptivos podrian esperarse del resto de su estancia en Moscu.

Poco despues de las cuatro, Liz recogio las escasas pertenencias del bebe y las metio en una bolsa. Aquella seria su primera noche como madre. Se colgo la bolsa del hombro, tomo a Natasha en brazos y se encamino hacia las escaleras. Miro a su alrededor en busca de Sophia, pero la adolescente habia desaparecido despues de comer y no habia vuelto.

Durante el corto trayecto hacia el hotel, Liz hizo lo imposible por convencerse de que todo iria bien. Cuando llegaron, se acerco a la silla de Natasha e intento desabrochar el cinturon de seguridad. Era Maggie quien lo habia abrochado para sujetar la sillita de Natasha al asiento del coche y en aquel momento, era Liz la que tenia que desentranar el complicado sistema de hebillas. En aquel momento, Natasha comenzo a gimotear y despues, a llorar. Liz no estaba segura de si la nina se quejaba porque tenia hambre o porque se le habian mojado los panales. De repente, no se acordaba de cuando le habia dado de comer a Natasha por ultima vez. ?Habia sido a las dos o a las cuatro?

Aquella informacion la tenia en la bolsa de los panales, pero eso no servia de nada. Mientras luchaba por levantar la sillita de Natasha con el bebe dentro, sosteniendo al mismo tiempo la bolsa con las cosas de la nina y su propio bolso, sintio un mar de dudas. Los gritos de Natasha se intensificaron.

– Shh -le dijo Liz, mientras caminaba hacia el hotel-. No pasa nada, carino. Estas bien. Yo estoy contigo.

Las noticias no impresionaron mucho al bebe, que siguio llorando. Liz estaba cada vez mas desanimada. Solo llevaba media hora a solas con Natasha y ya habia fracasado.

Justo entonces, la puerta se abrio y alguien extendio las manos para tomar la silla.

Liz se quedo boquiabierta. Sin dar credito, se quedo mirando fijamente el rostro atractivo y sonriente de David Logan.

Capitulo 5

– ?Que estas haciendo aqui? -pregunto Liz, tan sorprendida como encantada.

– Me dijiste que ibas a traer a Natasha al hotel y pense que quiza necesitaras algo de apoyo moral -le contesto el. Agarro la sillita con una mano y con la otra, le abrio la puerta para que pasara-. Parece que ademas, necesitas un animal de carga.

Ella entro en el vestibulo del hotel. Estaba emocionada. Era la primera vez que alguien hacia por ella algo tan maravilloso como aparecer justo cuando mas lo necesitaba. Sobre todo, despues de lo que habia ocurrido la noche anterior.

– Pero nosotros… -comenzo a decir. Sin embargo, miro a su alrededor y se dio cuenta de que habia mas parejas con sus hijos.

Maggie se acerco a ella.

– Has venido en la segunda furgoneta. ?Ha ido todo bien? -le pregunto, sonriendo-. Parece que si, porque estas aqui.

– Mas o menos -admitio Liz-. Ya estoy reventada.

– No te preocupes, estaras bien. Tienes el numero de mi habitacion, por si acaso tienes preguntas o necesitas apoyo.

Liz asintio.

– Si todos los padres tienen tu numero de habitacion, no vas a dormir mucho esta noche.

– Es uno de los riesgos del trabajo -dijo Maggie y miro a David-. Parece que tu lo tienes todo controlado.

David sonrio.

– He venido a ofrecer musculo, no ayuda con la nina. No se nada de bebes.

– Liz -dijo Maggie, riendose-, este hombre necesita un cursillo basico.

Liz penso que ella tambien lo necesitaba, pero en vez de decirselo a la asistenta social, se despidio de ella y se dirigio junto a David al ascensor. Natasha se habia tranquilizado y estaba mirando a su alrededor con curiosidad.

Subieron hasta el piso de Liz y David la siguio hasta su habitacion. Liz abrio la puerta y le cedio el paso para que entrara con la sillita de Natasha.

La habitacion era grande y luminosa, con ventanas orientadas al sur y un pequeno rincon perfecto para la cuna, que ya estaba situada alli. Habia montones de panales preparados en el escritorio, con toallitas de bebe y latas de leche en polvo. Habia tambien un hornillo y una cacerola para calentar los biberones.

– Has venido bien preparada -dijo David, mientras posaba la sillita con cuidado en una butaca.

Liz dejo el bolso y la bolsa con las cosas de Natasha en el suelo.

– Todo, incluidos la cuna y el hornillo, nos lo proporciona Children's Connection a los padres adoptivos. Tambien los panales y la leche en polvo. Es lo que esta acostumbrada a comer, para que no se ponga mala del estomago. Yo tengo una marca que he traido de Estados Unidos. La ire mezclando poco a poco con la que ella ha estado tomando. ?Ah! Y tambien he traido comida para bebes. Los europeos, normalmente, comienzan a darles a los bebes comida solida mucho antes que nosotros. Claro que, en Francia, los ninos de seis anos toman vino con la cena, asi que hay diferencias culturales que… -Liz se interrumpio, se quito el jersey y suspiro-. Estoy divagando.

– Estas nerviosa.

Ella asintio y lo miro a la cara.

– No puedo evitarlo. Anoche todo fue estupendo, pero extrano.Yo normalmente no…

– Yo tampoco -dijo el. Se acerco a ella y le puso las manos en los brazos-. Ocurrio y despues los dos tuvimos dudas.

– Y por eso sali corriendo -murmuro Liz-. No es precisamente un signo de madurez.

Вы читаете Rozados por el Peligro
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату