Penso en su pasado, en como lo habia traicionado Caro. En como tenia miedo a confiar en los demas.

– Hay que darle un respiro -dijo con firmeza.

Charity vacilo.

– Marsha cree que es posible que abandone el pueblo.

Pia se quedo sin aliento.

– ?Se marcha? ?Por que? Tiene el campamento, que es lo que lo trajo aqui. Y tiene planes para cursos intensivos. Jamas renunciaria a ello.

Miro a su amiga.

– Es imposible que haya tomado esa decision el solo. ?Que ha pasado? ?Es que Marsha lo ha echado?

– No, pero le ha dejado claro que estaba decepcionada. ?Como habra asumido el eso?

– No lo se -admitio Pia. ?Se marcharia? Si no se sentia comodo en el pueblo, tal vez lo hiciera. Odiaba imaginarse Fool’s Gold sin el.

– Lo siento -le dijo Charity.

– Yo tambien -anadio Pia-. Quiero que este aqui. Quiero que se quede. Y ya que estoy, quiero que me ame.

– No puedes decidir nada de eso -le recordo su amiga.

«Ojala las cosas fueran distintas», penso Pia con tristeza. Pero no era asi.

El plan de Raul de esperar hasta que oscureciera duro como una hora. Camino de un lado a otro del despacho, intento trabajar, y despues contuvo el deseo de tirar el maldito ordenador contra la pared.

Estaba furioso, avergonzado y decepcionado… y todo ello consigo mismo.

Habia llegado alli con grandes ideas y con la intencion de ser como Hawk y cambiar vidas. Todo lo que habia visto en Fool’s Gold lo habia atraido y se habia sentido bien recibido. Pero entonces, ?que habia hecho? Lo habia echado todo a perder.

Anos atras, en la facultad, la habia fastidiado bien y Hawk lo habia sacado del mal camino. Desde entonces, el habia aprendido a encontrar su camino solo. Hasta ahora.

No sabia que habia ido mal. En el caso de Pia suponia que habia sucedido al pedirle que se casara con el para que el pudiera tener todo lo que queria sin poner nada de su parte ni arriesgar nada. Habia optado por el camino mas facil y le habia supuesto un infierno.

Deberia haber sabido que no podia conseguirlo de un modo gratuito. Fue como pactar con el diablo. Si parecia demasiado bueno para ser verdad, lo era.

En cuanto a Peter, habia olvidado que trataba con un nino de diez anos. Se habia hecho amigo suyo y habia querido salvarlo, aunque finalmente habia terminado haciendole dano otra vez.

Sintiendose como una bestia enjaulada en su despacho, fue hacia la puerta y la abrio. Casi se esperaba un recibimiento con antorchas y horquetas, pero el pueblo tenia el mismo aspecto de siempre. Las hojas flotaban con la suave brisa, el cielo era azul y el sol se encontraba un poco mas bajo sobre el horizonte que un mes antes. El invierno estaba llegando.

Habia querido ver el pueblo cubierto de nieve, experimentar el paso de las estaciones. Habia querido esquiar en la pista, tumbarse con Pia junto al fuego, ver como iba engordando por los dos bebes. No le costo mucho anadir a Peter a la mezcla. Podia ver al nino jugando junto al fuego, o riendose mientras jugaban a los videojuegos.

Cuando salio a la calle, encontro que la solucion era obvia y simple. Podia tenerlos a los dos, si estaba dispuesto a entregar todo lo que el era. ?Que habia dicho Josh? Corazon, alma y pelotas. Sin Pia, no podia darles ningun uso a ninguna de esas cosas. En cuanto a Peter, el chico se merecia lo mejor, pero el esperaba que estuviera dispuesto a aceptar lo que le ofrecia.

Medio se esperaba que los cielos se abrieran y los angeles cantaran. Lo entendia. Por fin lo entendia. Despues de todo ese tiempo y de evitar la unica cosa que queria, lo habia comprendido.

No se trataba de donar dinero o de cederle el campamento a una escuela, sino de dar todo lo que tenia, todo lo que era. Se trataba de arriesgar su corazon.

Pia, penso freneticamente. Tenia que hablar con Pia.

Giro hacia su oficina y al hacerlo se topo con una docena de mujeres de mediana edad. Estaban mirandolo y eso no era nada bueno.

– Hola -dijo la que iba delante-. Soy Denise Hendrix, la madre de Dakota. Nos conocimos en el Festival del Otono.

– Si. Encantado de volver a verte -asintio hacia las otras mujeres-. Senoras.

Las otras mujeres lo miraron sin responder. Se fijo en que Bella estaba entre la multitud, pero no parecia tan contenta como el dia que habia ayudado tambien a rescatarlo de las agresivas turistas.

– Tenemos que hablar contigo -le dijo Denise.

– No me viene bien en este momento.

– ?Te parece que estamos rejuveneciendo? -dijo secamente la mayor del grupo-. Vas a escuchamos, jovencito, y vas a escuchamos bien. Podemos hacer que tu vida sea un infierno. ?De verdad quieres que lo intentemos?

Como todo buen deportista, sabia cuando tenia delante a un oponente superior.

– No.

– Eso me parecia. Adelante, Denise.

– Hemos estado hablando -dijo la madre de Dakota-. Te hemos investigado en Internet. No se que te paso con tu primera mujer, pero no era alguien en quien nosotras confiariamos.

Las otras mujeres asintieron.

– Llevas soltero varios anos, asi que esta claro que lo has superado. Llegaste aqui en busca de un hogar, lo que demuestra que eres inteligente. Pareces un hombre muy simpatico, ademas.

Estaba claro que esas mujeres no habian estado hablando con la alcaldesa Marsha.

– Pero te has quedado atorado.

Bella se abrio camino entre las mujeres y se situo frente a el.

– Pia te quiere y nosotros queremos que te tenga.

Denise le dio una palmadita en el brazo a su amiga.

– Bella, creo que tenemos que ser mas delicadas. Puede que Raul no este enamorado de Pia. Puede que tengamos que explicar algunas cosas.

– Lo entiende -dijo otra mujer-. ?Como no iba a hacerlo? Es maravillosa. Si no la ama, no la merece.

– Estoy de acuerdo -dijo alguien-, pero ya lo he dicho antes. Si esperamos al hombre que merecemos, jamas nos casaremos.

– Por lo menos es guapo.

– Y rico.

– Tiene un pelo muy bonito -les dijo Bella.

– Y un trasero fantastico.

El ultimo comentario colmo la paciencia de Raul.

– Chicas, agradezco vuestra intervencion y se que Pia estara muy agradecida cuando se entere de vuestro apoyo -«humillada», penso mientras sonreia por primera vez en horas. Humillada, pero agradecida-. Pero esto es entre Pia y yo. Ahora, si me disculpais, tengo que ir a hablar con ella.

Denise lo agarro del brazo con sorprendente fuerza.

– No tan rapido. ?Que vas a decir?

Las miro a todas. Aunque podia decirles tranquilamente que no era asunto suyo, no habia cambiado de opinion en lo que concernia a quedarse alli. Fool’s Gold seria su hogar durante mucho tiempo y esas mujeres serian sus vecinas.

– La verdad es que estoy desesperadamente enamorado de ella y voy a suplicarle que me de una segunda oportunidad.

Algunas de las mujeres suspiraron.

Denise le dio un empujon.

– No te quedes ahi. Ve a buscarla.

El echo a correr mientras pensaba adonde ir primero. Era media tarde. Empezaria por su oficina.

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