sobre su sillon. Grant aterrizo en el con una exclamacion.
La sangre le caia por la nariz y no hacia mas que gemir y toser. Dylan se miro los nudillos, pero no se habia cortado la piel. Aun asi, sentia un hormigueo en la mano y sabia que estaria dolorido durante un par de dias.
– Eso ha sido por Molly -le dijo-. No hables de ella como si fuera un desperfecto. Es diez veces mejor de lo que tu nunca seras. Me alegro de que tuviera el buen juicio de despacharte. Si vuelves a molestarla, volvere y dare fin a esto.
Entonces, salio del despacho. Cruzo la recepcion sin molestarse en decir adios a la bonita recepcionista. No le importaba nada salvo el hecho de que Molly no habia vuelto con Grant. La idea le dio esperanzas, hasta que recordo que no se habia puesto en contacto con el para darle la noticia. ?Estaba esperando a que el diera el primer paso? Despues de todo, habia sido Dylan el que habia insistido en que se mantuvieran en contacto y no habia hecho nada al respecto. El sabia que la razon era que no podia oir que se habia reconciliado con Grant, pero Molly no. Al entrar en el ascensor la esperanza volvio a brotar y, en aquella ocasion, no pudo negarlo. El ultimo dia, Molly le habia dicho que lo queria. En aquel momento habia creido que lo decia en sentido fraternal, que lo queria como a un hermano o a un amigo. Pero ya no estaba tan seguro. Y no le importaba.
Molly merecia lo mejor. Alguien valiente e increible. El no era ese hombre, pero no creia que pudiera hacerse a un lado sin mas. Las dos ultimas semanas le habian ensenado que no merecia la pena vivir la vida sin ella. Habia muchos hombres que estarian mas a su altura, pero ninguno la amaria tanto como el.
Las puertas del ascensor se abrieron en el aparcamiento. Dylan salio, pero apenas podia moverse. La amaba. El, Dylan Black, el hombre que habia jurado no creer en el amor, se preocupaba por Molly mas que por nada en el mundo. Era todo para el. La amaba y queria estar con ella. Para siempre.
Se dirigio apresuradamente hacia su motocicleta. ?Seria ya demasiado tarde? Molly no habia dicho nada sobre querer hacer su relacion permanente. ?Se arriesgaria a preguntarselo? ?Podia arriesgarse a dejarla marchar?
Sabia la respuesta a la ultima pregunta. Haria cualquier cosa para estar con ella. Era la persona mas maravillosa que habia conocido nunca. No solo su belleza y su fuerza, sino su gentileza, su sentido del humor, su compasion, todo en ella lo atraia. No podia pensar en envejecer lejos de Molly. La amaba.
Puso en marcha el motor y salio a la calle. Iria a verla enseguida, pero primero tenia hacer un alto en el camino.
Molly contemplo las cajas que llenaban su apartamento.
– Si, estoy segura -dijo mientras sostenia el telefono entre el hombro y la cabeza-. Janet, tendras que creerme. Quiero empezar de cero en otro sitio.
– No puedo creerlo -dijo su hermana-. Entiendo que no quieras volver con Grant, nunca pense que era lo bastante bueno para ti. Hasta entiendo que no quieras volver a tu trabajo. Creo que hacer el master es una buena idea, pero, ?por que pones a la venta tu apartamento?
– Ya te lo he dicho, quiero empezar desde cero. Quiero dejar atras mi antigua vida y empezar una nueva - Molly penso en decirle a su hermana que ya tenia tres ofertas de compra y que recibiria la entrada a fines de semana, pero supuso que seria demasiado para Janet en aquellos momentos-. San Diego no esta tan lejos - continuo, y se acomodo en el sofa-. Conseguire un trabajo y hare una solicitud para hacer el master en la universidad estatal. Confia en mi, hermanita. Estare bien.
– ?Estas segura?
– Seguramente por primera vez en la vida. Estoy nerviosa, pero no me estoy escondiendo y eso es lo importante -le dijo. Molly oyo que algo se rompia y el llanto de un nino.
Janet gimio.
– Tengo que dejarte. Te llamo luego, ?de acuerdo?
– Claro, adios.
Colgo el telefono y contemplo las cajas, algunas de ellas ya precintadas. Ya habia separado lo que iba a dar y lo que iba a guardar. Tal vez Janet tenia razon en que queria mudarse demasiado deprisa, pero no le importaba. No podia quedarse alli. Ni siquiera volver a estudiar seria suficiente para distraerla. Se habia prometido que seguiria adelante con su vida al margen de todo. Le habian dado una segunda oportunidad y habia aprendido una leccion importante. No iba a meter la pata otra vez.
Ojala pudiera olvidarse de el, pero no podia. Los pensamientos sobre Dylan ocupaban su mente todo el dia, y por eso habia decidido mudarse. En otra ciudad podia crear nuevos recuerdos en los que el no estaria. Siempre lo amaria, ya habia aceptado aquel hecho. Pero al menos, si iba a algun otro sitio, se distraeria.
– Asi que eso es todo -dijo, poniendose en pie.
– Todavia no.
La voz era deliciosamente familiar. Todas sus terminaciones nerviosas se pusieron alerta. Pero, por un segundo, creyo haberla imaginado.
– ?Molly?
El sonido era tan real que se volvio.
– Dylan -susurro al verlo en el umbral, sin saber si podia dar credito a sus ojos. Llevaba unos vaqueros y su chaqueta negra de cuero. Tenia el pelo demasiado largo y parecia que no hubiese dormido en semanas. Seguia igual de atractivo-. ?Que haces aqui?
Dylan se quedo mirandola fijamente.
– Habia preparado un discurso por el camino y ahora no recuerdo ni una sola palabra -se acerco a ella y le tomo las manos-. Asi que perdoname si no lo digo tan bien como quisiera.
No sabia que pensar. El corazon le latia con tanta fuerza que penso que iba a salirsele del pecho. Tenia la garganta tensa y le temblaba todo el cuerpo. Queria creer que iba a pasar algo maravilloso, pero se asusto. Cielos, seguia amandolo tanto.
– No puedo dejarte marchar -le dijo-. Lo he intentado una y otra vez, pero no dejo de pensar en ti, en lo mucho que te deseo y te necesito en mi vida. Eres increiblemente fuerte y valiente y te mereces a alguien mucho mejor que yo, lo se. Pero tambien se que nadie te amara mas que yo -le apreto las manos con fuerza-. Te amo, Molly. Me encanta como reimos juntos, lo inteligente que eres, como estas al levantarte por las mananas. Me encanta tenerte en mis brazos y en mi cama. Quiero estar siempre contigo. Quiero casarme contigo y que tengamos hijos juntos. Quiero que mi vida sea una aventura… junto a ti.
Molly estaba demasiado perpleja para moverse o hablar. Las palabras se filtraron lentamente en su cerebro. La amaba. Queria casarse con ella. ?Con ella!
Dylan solto una de sus manos y saco algo del bolsillo de su pantalon. Al ver el anillo, Molly se quedo sin aliento. Aquel no era el simple anillo de oro que habia comprado para su hermana hacia diez anos. Aquel era un hermoso diamante redondo que centelleaba a la luz de la tarde. Le tomo la mano izquierda y se lo coloco en el dedo.
– Molly Anderson, ?quieres casarte conmigo?
Entonces volvio a sentir y a respirar. El amor y la necesidad y una felicidad indescriptible la invadieron, se arrojo a sus brazos y lo estrecho.
– Si, Dylan. Te amo. Quiero estar siempre contigo.
Sintio las lagrimas en su rostro. Lagrimas de alegria. Era tan maravilloso estar con el. Dylan la beso y permanecieron abrazados. Los dos murmuraron palabras de amor y felicidad.
– Me alegro tanto de que hayas vuelto – le dijo, preguntandose si alguna vez saciaria la necesidad de estar junto a el.
– Me estaba volviendo loco -reconocio-. Pensaba que habias vuelto con Grant y que eras feliz.
– Imposible -dijo Molly, haciendo una mueca.
– Me alegro -siguio abrazandola, luego fueron al sofa y se acurrucaron alli-. Explicame lo de las cajas -le dijo, senalandolas.
– Voy a vender el apartamento -lo miro a los ojos y sonrio-. Tampoco acepte la oferta de trabajo. Decidi que queria volver a la universidad y hacer un master.
– La Universidad de California en Riverside no esta muy lejos de donde vivo.
– Bien -Molly se apreto contra el-. Estoy dispuesta a confesar que realmente me gustaba tu casa. No me importaria vivir alli contigo.
– ?Y que te pareceria trabajar para una empresa pequena pero con futuro? El jefe puede ser duro a veces,