Su aspecto no resultaba atractivo, aunque sin duda mejoraria despues de que su equipo de peluqueria y maquillaje acabara con el. Una camiseta manchada de cafe se ajustaba a aquellos voluminosos musculos a cuyo mantenimiento Lance dedicaba varias horas diarias. Unas pulseras estrechas de yute trenzado -parecidas a la cinta que Meg llevaba en la frente pero mas desgastadas- rodeaban su muneca, y calzaba unas sandalias de lona y cuerda. Un habil dentista habia moldeado sus impecables dientes blancos, pero Lance nunca habia permitido que nadie tocara su ligeramente torcida nariz. Su oficina de prensa decia que se la habia roto en una pelea callejera entre adolescentes, pero en realidad fue al tropezar en los escalones de la casa de la hermandad universitaria a la que pertenecia y habia tenido miedo de operarse para que se la enderezaran.
– Georgie, te he dejado media docena de mensajes. Como no me contestabas, tenia miedo de que… ?Por que no has respondido a mis llamadas?
Ella aferro la barandilla de la escalera.
– Porque no queria.
Como la mayoria de los actores de papeles protagonistas de Hollywood, Lance no era excepcionalmente alto, apenas un metro ochenta, pero su mandibula de granito, su masculino menton partido, sus enternecedores ojos oscuros y su pronunciada musculatura compensaban su escasa estatura.
– Necesitaba hablar contigo. Necesitaba oir tu voz para asegurarme de que estabas bien.
Georgie deseaba que Lance se arrastrara a sus pies. Queria oirle decir que habia cometido el mayor error de su vida y que haria cualquier cosa para recuperarla, pero eso no parecia que fuera a suceder. Georgie descendio un escalon.
– Tienes un aspecto horrible.
– He venido directamente desde el aeropuerto. Acabamos de llegar de Filipinas.
Ella se obligo a terminar de bajar las escaleras.
– Viajas en un jet privado. El trayecto no puede haber sido muy duro.
– Dos personas de nuestro equipo se han puesto enfermas. Ha sido…
Lance miro por encima del hombro hacia Meg, quien montaba guardia detras de el; se habia quitado los botines naranja y, con sus desnudos tobillos emergiendo de las mallas azules de diseno de leopardo, parecia que la hubieran sumergido, cabeza abajo, en una cuba de pintura de distintos colores.
– ?Podemos hablar en privado? -pregunto Lance.
– No, pero a Meg siempre le has caido bien. Puedes hablar con ella.
– Ya no me cae bien -contesto Meg-. Creo que es un mamon.
Lance odiaba que no lo adoraran y el desanimo se reflejo en sus ojos. Estupendo.
– Enviame un e-mail -sugirio Georgie-. Tengo invitados y he de regresar a la fiesta.
– Cinco minutos. No te pido mas.
Una idea alarmante acudio a la mente de Georgie.
– Hay fotografos por todas partes. Si te han visto entrar…
– No soy tan estupido. Mi
A Georgie no le costo deducir quien le habia permitido la entrada a la finca. En la cocina habia un intercomunicador y seguro que Chaz sabia cuanto odiaria ella que Lance se presentara en aquellos momentos. Georgie introdujo el pulgar en el bolsillo de sus pantalones.
– ?Jade sabe que estas aqui?
– Claro. Nos lo contamos todo y ella entiende por que tengo que hacer esto. Ella sabe lo que siento por ti.
– ?Y que es, exactamente, lo que sientes por Georgie?
Bram descendio con gran calma las escaleras. Con su cabello rubio y despeinado, su mirada lavanda de hombre harto de la vida y su ropa blanca de Gatsby, parecia el supermimado y hastiado, pero potencialmente peligroso, heredero de una perdida fortuna licorera de Nueva Inglaterra.
Lance se acerco a su ex esposa en actitud protectora.
– Esto es entre Georgie y yo.
– Lo siento, tio. -Bram acabo de bajar las escaleras-. Perdiste tu oportunidad de mantener una conversacion privada con ella cuando la cambiaste por Jade. ?Pobre imbecil!
Lance dio un amenazante paso al frente.
– No sigas por ahi, Shepard. No digas una palabra mas acerca de Jade.
– Relajate. -Bram apoyo el codo en el primer poste de la barandilla-. Lo unico que siento por tu esposa es admiracion, pero eso no significa que alguna vez deseara casarme con ella. El mantenimiento es demasiado caro.
– Nada de lo que tengas que preocuparte -dijo Lance con voz tensa.
Aunque Bram era bastante mas alto que su ex marido, la estupenda forma fisica de Lance deberia hacer que su presencia resultara mas imponente, pero, de algun modo, la perfecta elegancia de Bram le proporcionaba ventaja en aquella pelea de machos. Georgie no pudo evitar preguntarse como una mujer como ella habia acabado casada con dos hombres tan impresionantes. Se acerco a Bram.
– Di lo que tengas que decir, Lance, y despues dejame en paz.
– ?Puedes venir fuera un momento?
– Georgie y yo no tenemos secretos el uno para el otro. -Bram dejo que su voz fuese un murmullo tipo Clint Eastwood anos setenta-. A mi no me gustan los secretos. No me gustan en absoluto.
Georgie considero la posibilidad de sobreponerse a aquellos instintos machistas, pero solo durante un instante.
– Bram es muy posesivo. La mayor parte de las veces, de una forma positiva.
El curvo la mano en la nuca de Georgie.
– Y procuraremos que siga asi.
La oleada de diversion que Georgie experimento le indico que llevaba demasiado tiempo viviendo con el demonio. Aun asi, aquella era su batalla, no la de Bram, y aunque apreciaba mucho su apoyo, tenia que librarla ella sola.
– No parece que Lance vaya a marcharse asi como asi, de modo que sera mejor que solucione esto de una vez por todas.
– No tienes por que hablar con el. -Bram le solto la nuca-. Nada me gustaria mas que una buena excusa para enviar a la calle a este bastardo de una patada en el culo.
– Se que lo harias, carino, pero siento estropearte la diversion. ?Te importa dejarnos solos unos minutos? Te prometo que te lo contare todo. Se lo mucho que te gusta reirte.
Meg le lanzo una mirada furibunda a Lance y cogio a Bram del brazo.
– Vamos, colega. Te preparare otra copa.
?Justo lo que Bram no necesitaba! Pero la intencion de Meg era buena.
El fijo la mirada en Georgie y ella se dio cuenta de que intentaba decidir la duracion e intensidad del beso que iba a darle. Sin embargo, con gran sabiduria, resto enfasis a la escena y solo le rozo la mano.
– Estare cerca por si me necesitas.
Georgie queria quedarse en el vestibulo, pero Lance tenia otra idea y entro en el salon obligandola a seguirlo. Su pasion por las superficies lisas y las lineas duras y modernas harian que desdenara aquella encantadora habitacion, con sus naranjos chinos, las telas tibetanas y los cojines indios con espejitos. Ademas, aunque la casa de Bram era espaciosa, podria haber cabido en una esquina de la enorme finca en la que ella y Lance habian vivido.
Georgie recordo algo en lo que deberia haber pensado antes.
– Siento lo del bebe. Lo digo de corazon.
Lance se detuvo delante de la chimenea y parecio que la enredadera que crecia a lo largo de la repisa surgia de su cabeza.
– Ha sido duro, pero ocurrio muy al inicio y Jade se quedo embarazada con tanta facilidad que no hemos permitido que eso nos deprima. Todo ocurre por alguna razon.
Georgie no estaba de acuerdo. Ella creia que a veces las cosas ocurrian simplemente porque la vida podia ser una mierda.
– Aun asi, lo siento.