John. Incluso mas, me atreveria a asegurar.

– Nyssa cumplira diecisiete el proximo 31 de diciembre -replico Bliss, dispuesta a echar por tierra las esperanzas de su amiga-. Como no esta prometida, la hemos traido a la corte para que haga una buena boda. Despues de todo, es una heredera: posee las tierras de Riverside, y las de su difunto padre y su padrastro la han dotado con una generosa suma de dinero. Nyssa es su ojito derecho y ella le adora como si fuera su padre, ya que Edmund Wyndham murio cuando la pequena solo tenia dos anos. Es una jovencita muy testaruda y me temo que necesita a un marido de edad que la guie con la mano firme.

Nyssa comprobo irritada que ambas damas hablaban de ella como si no se encontrara delante.

– ?Y tu no eras testaruda cuando eras joven, tia? -intervino en su propia defensa^. Por lo que cuenta mama, eras peor que yo.

– ?Cabezota, yo? -exclamo Bliss provocando las carcajadas de su sobrina y su amiga.

– Contadme como se encuentra vuestra familia -pidio lady Marlowe a Bliss cuando hubieron encontrado un lugar tranquilo y apartado donde sentarse.

Nyssa, a quien empezaba a aburrirle la insulsa conversacion de las damas, decidio continuar la exploracion del palacio por su cuenta. Paso de largo frente a los grupos de cortesanos que conversaban animadamente y se asomo a la ventana, desde la que se divisaba el jardin. En un rincon habia una puertecita y, sin pensarselo dos veces, la abrio y se encontro en el exterior. El cielo habia cambiado el color gris plomizo que habia lucido a primera hora de la manana por el azul anil y el sol brillaba con fuerza. Nyssa aspiro el aire fresco de la manana y emitio un suspiro de alivio. Las habitaciones de palacio estaban llenas de gente y su nariz le decia que, a pesar de los elegantes vestidos que lucian damas y caballeros, no todos los cortesanos eran tan escrupulosos con su higiene como ella.

Nyssa empezo a caminar sin rumbo. Las numerosas fuentes rodeadas de animales heraldicos de piedra colocados sobre pilares que adornaban el jardin llamaron su atencion. Los parterres estaban pintados de verde y blanco, los colores de la dinastia Tudor. Aunque estaban en pleno invierno y se encontraban vacios de flores y plantas, los jardineros los estaban preparando para la primavera. Enseguida se dio cuenta de que no estaba sola. Un joven se acerco a ella, le hizo una reverencia y le sonrio.

– ?Sois nueva en palacio, senora? -pregunto-. Conozco a todas las jovenes bonitas que viven aqui y estoy seguro de que no os habia visto antes. Me llamo Hans von Grafsteen y soy el paje personal del embajador de Cleves -se presento quitandose el sombrero y haciendo otra reverencia.

– Yo soy lady Nyssa Wyndham y he venido a la corte a servir a la reina. El rey me ha nombrado dama de honor.

– Estoy seguro de que le gustareis mas que cualquiera de esas jovencitas estiradas.

– Mis hermanos tambien seran pajes de su majestad

– le confio Nyssa. Aquel joven no le intimidaba tanto como el resto de los cortesanos-. ?Cuantos anos teneis? Pareceis menor que Philip y mayor que Giles.

– ?Cuantos anos tienen vuestros hermanos?

– Trece y nueve.

– Yo tengo once y soy sobrino del embajador. Gracias a el obtuve mi puesto como paje. ?A que se dedica vuestra familia, lady Nyssa?

– Mis padres son los condes de Langford -respondio Nyssa, que solia considerar innecesario explicar que en realidad Anthony Wyndham era su padrastro.

– Si no me equivoco, los Wyndham no estan entre los grandes de la nobleza de este pais -replico Hans-. Decidme, ?como conseguisteis un puesto tan prestigioso en la corte?

?Debo decirle la verdad?, se pregunto Nyssa. El joven le inspiraba tanta confianza que finalmente decidio hacerlo.

– Mi madre fue amante del rey hace muchos anos

– contesto-. Todavia siguen siendo buenos amigos y cuando mi madre le pidio ese puesto para mi, el no pudo negarse -anadio comprobando aliviada que la historia de su madre en la corte no parecia haber escandalizado a Hans.

– Entonces, ?sois hija de su majestad?

– ?Naturalmente que no! -exclamo Nyssa enrojeciendo violentamente. Ahora tendria que explicarlo todo-. Mi padre fue Edmund Wyndham, tercer conde de Langford, y yo soy su hija legitima. Cuando mi madre estuvo aqui en palacio mi padre ya habia muerto y ella todavia no se habia casado con mi padrastro. El heredero y sobrino de mi padre se convirtio en mi padrastro y es el unico padre que he conocido

– Ahora lo entiendo… -asintio Hans.

– Habladme de la reina Ana -pidio Nyssa-. He oido que es una dama bella y bondadosa y estoy encantada de haber sido escogida para servirla. ?Como es? ?Como debo dirigirme a ella?

– ?Hablais aleman, senora? -pregunto Hans sonriendo divertido.

– ?Aleman? -repitio Nyssa, desconcertada-. Pues no…

– Entonces no es necesario que os preocupeis. No podreis dirigiros a ella porque no entiende una palabra de ingles.

– ?Y como hablara con el rey?

– ? Quien ha dicho que van a hablar? Mi senora viene a establecer una alianza y a darle herederos… No tendra que hablar mucho.

– Me temo que os equivocais, Hans -replico Nyssa-. Mi madre asegura que el rey prefiere las mujeres cultas, inteligentes e ingeniosas aficionadas a la musica, la danza y los juegos de cartas. La belleza no lo es todo para el, aunque le gustan las damas hermosas.

– Entonces mi senora esta condenada a caer en desgracia -suspiro Hans, apesadumbrado-. Lady Ana no es hermosa y no sabe musica. Tampoco baila ni sabe jugar a las cartas porque esos frivolos pasatiempos estan prohibidos en la corte de su hermano.

– ?Vaya por Dios! -se lamento Nyssa-. ?Que le ocurrira a la pobre dama cuando el rey descubra que no es como el espera? Hans, debeis ensenarme algo de aleman para que pueda ayudar a su majestad a aclimatarse a nuestro pais y nuestras costumbres -pidio.

?Que muchacha tan bondadosa!, se dijo Hans. Ninguna de las damas que habia conocido se habia molestado en averiguar como podian hacer la estancia de su majestad en Inglaterra mas agradable. ?Desde luego que iba a ayudar a Nyssa Wyndham! Llevaba viviendo en palacio tiempo suficiente para saber que a su senora no le iba a resultar facil adaptarse a la corte de Enrique Tudor. Habia crecido en un ambiente tan estricto y represor que no iba a saber como comportarse.

– Os ensenare mi idioma, senora -prometio-. ?Conoceis otras lenguas?

– Se algo de frances y latin -contesto-. Y tambien leo un poco de griego. Creci en el campo y no he recibido una educacion muy esmerada.

– ?Que otras cosas sabeis hacer?

– Se sumar, leer y escribir y un poco de historia

– respondio Nyssa-. Los idiomas se me dan bien, pero las sumas… Mama insistio en que una mujer debe saber de cuentas para que las criadas y los comerciantes no la estafen.

– Vuestra madre parece una mujer muy practica

– rio Hans-. En Cleves nos gustan las mujeres practicas. Mi senora Ana tambien es una mujer practica.

– Tendra que utilizar todos sus encantos ocultos cuando se de cuenta de que el rey esta decepcionado. ?Pobrecilla! Solo es una joven que viene a un pais extrano para casarse con un hombre a quien no conoce. ?Creeis que le costara aprender ingles?

– Lady Ana es una mujer muy inteligente -aseguro su amigo-. Aunque al principio sera duro para ella, se que acabara gustandole Inglaterra y sus costumbres desinhibidas. Mi tio la conoce bien y afirma que es una mujer alegre y animosa a quien la corte de Cleves le resulta opresiva. Las virtudes mas apreciadas alli son la docilidad y la modestia.

– Me temo que no va a tener mas remedio que cambiar su rigida mentalidad alemana si quiere sobrevivir aqui -rio Nyssa-. No son estas las cualidades mas valoradas aqui.

– Vuestro rostro es todavia mas bello cuando sonreis -dijo Hans muy serio-. Siento ser tan joven y venir de una familia demasiado humilde para casarme con la hija de un conde, pero espero que podamos ser amigos.

La franqueza con que el joven habia hablado sorprendio a Nyssa, que consiguio esbozar una sonrisa.

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