horas de descanso, llego a la conclusion de que deberia haber estar liberada y se levanto. Se vistio, se sento en la silla, planeando arreglarse mejor una vez que hubiese descansado un poco. En ese momento, entro Ryden. Llevaba una camisa de manga corta y pantalones vaqueros.
Sus ojos se movieron lentamente de la cama a donde estaba ella. Jennifer parecia distante, recordando los besos que intercambiaron la noche anterior. Pero si el tambien se acordaba, no lo demostro cuando sus ojos se encontraron.
Ella se recompuso, mientras Ryden ponia la bandeja de cafe sobre la mesa. Por frunciendo el ceno, se dio cuenta de que no cambiaria de opinion.
Indignada, recordo el dia anterior, la forma en que la habia dejado sin darle la oportunidad de decir una palabra, vio que ya era hora de que supiera que no volveria a suceder.
'Mi paciencia se ha terminado – dijo, mostrando en su voz toda la tension que sentia.
– La mia tambien – dijo, con los dientes apretados. – ?Puedo dejar la bandeja aqui?
– Haz lo que quieras. Quiero irme a casa, me pregunto que excusa tiene ahora para no llevarme.
– Ninguna.
– ?Que quieres decir…
– Con mucho gusto. Tome el cafe y vistase. – En la puerta, se volvio Ryden. – ?Se puede vestir sola o quiere ayuda?
– Ni aunque estuviese con los dos brazos rotos.
Ya vestida, con una falda gris, que dejaba las vendas a la vista y unos zapatos planos, Jennifer se dio cuenta que su aspecto no era el mejor.
– ?Esta lista? – Ryden pregunto, abriendo la puerta.
No tenia intencion de pedir disculpas, pero al ver la mirada jocosa que le habia dirigido se justifico.
– No podia usar los pantalones vaqueros. No me entran.
– No se ha reducido la inflamacion de la rodilla? – Pregunto el al cruzar el cuarto para conseguir las maletas.
– Un poco…
Ryden llego con el equipaje sin hacer ningun comentario, regresando minutos mas tarde. Mientras tanto, Jennifer estaba pensando en como podia caminar hasta el coche.
Hizo un gran esfuerzo para levantarse de la silla, cuando Ryden la subio inesperadamente en sus brazos. Por la muestra de la entrada en el garaje, se dio cuenta de que el viaje seria doloroso. Se detuvo delante de un coche que debia haber costado una fortuna, le dijo que se asegurase bien, para poder abrir la puerta.
Una vez dentro del coche, cerro los ojos para que Ryden no pudiera ver reflejado el dolor que sentia en ellos. Minutos despues los abrio. Le puso unas almohadas debajo de su pierna lesionada, sorprendiendola con tal consideracion.
De repente, Jennifer dijo:
– Mi coche! ?Como… – Dejo de hablar cuando se dio cuenta de su expresion de impaciencia.
– Dame las llaves. Voy a enviar a alguien para entregartelo.
Busco en el interior del bolso, entregandole las llaves. Se sorprendio al ver que Ryden esperaba para salir.
– ?Hay algun problema?
– Me olvide mi bola de cristal, ?te importaria decirme donde debo llevarte?
En ese momento se le ocurrio que la venganza iba a venir, sin embargo, penso, tal vez no supiese que Gypsy vivia en Cawley. Tenia razon.
– Yo vivo en Stanton Verney. – Se dio cuenta de su reaccion de repugnancia al pronunciar el nombre del lugar. – Esta cerca de… empezo a explicar.
– Se muy bien donde esta. Por desgracia, muy cerca de Comberford.
– No todo siempre es como queremos, ?no? – Senalo, sin darse cuenta de que Ryden pensaba en su hermano. Vivir tan cerca, seria dificil para que Noel el pudiese controlar el deseo de verla y evitar otra decepcion.
Como faltaba poco tiempo para que Ryden se deshiciera de ella, no se preocupo mas por la cuestion de su verdadera identidad. 'Ademas', penso, es capaz de dejarme aqui mismo, si se me ocurre mencionar el nombre de Noel de nuevo.
En el camino, todo lo que Jennifer obtuvo de su companero irascible fue un profundo silencio. No veia la hora de llegar a casa y olvidar toda la historia. Pensaba que los hermanos Kilbane habian hecho sus vacaciones en un desastre total, cuando, por ultimo, el declaro:
– ?Tu amigo estara alli?
– Yo vivo sola. No tengo ningun amigo, si eso es lo que quieres decir.
Freno de repente la sacudida causo a Jennifer un dolor en la rodilla.
– Que el dano. – Miro a Ryden, que no parecia preocupado. – ?Que fue lo que dije ahora?
– Estoy casi seguro de que Noel menciono que compartias un apartamento con una joven.
Ese comentario le recordo a la Sra. Gemmill.
– Hasta hace poco vivia con una amiga – dijo con tristeza. – Ahora vivo sola.
– ?Mientes!
– No, no! – Jennifer grito indignada. Ya no aguantaba mas que la llamasen mentirosa.
Durante unos segundos en los ojos de ambos saltaros chispas.
Ryden no aceptaba estar equivocado. Tamborileaba nerviosamente en el volante, negandose a admitir que Noel se habia equivocado.
Jennifer no queria perder el tiempo, le sonrio ironicamente:
– El paisaje es muy bonito, pero si no te importa, prefiero ir a casa.
– Y me diras como vas a aguantar estar alli tu sola? Apenas eres capaz de arrastrarte!
– Me las arreglare
.
?Y como vas a cocinar si no eres capaz de aguantar de pie durante un minuto?
Le dije que me las arreglare y punto final – reitero, acordandose que la despensa estaba casi vacia.
Presa del panico ante la idea de que la llevara de vuelta a Londres. No lo permitiria.
Ryden parece que ha decidido que hacer. Puso el coche en marcha y continuo en la misma direccion. Jennifer se considero una tonta al pensar que aquel hijo de mala madre podria preocuparse por ella.
No habian andado mucho cuando Ryden se detuvo de nuevo. Asombrada, le vio descender y entrar en una cabina telefonica. Estaba intrigada por saber a quien llamaba por telefono. ?Cual seria la razon? Tal vez el habia prometido llamar a alguna novia.
Observo como volvia de nuevo al coche y se sientaba detras del volante. Casi le pregunto sobre la llamada telefonica, pero, despues de haber recibido la fria mirada de costumbre, desistio.
Ryden volvio a poner el coche en marcha. Se quedaron en silencio hasta que, casi llegando a Stanton Verney, se equivoco de camino. Jennifer suspiro, demasiado tarde. Deberia haberle dado todos los detalles unos minutos antes.
– Alli atras era donde debia tomar la izquierda. Pero no hay problema, usted puede dar vuelta el…
– No vamos a Stanton Verney.
– ?No?! – Una senal donde se leia a Comberford llamo su atencion. – Vamos a Broadhurst Hall!
– ?Chica inteligente?.
Ella ignoro la ironia.
– Usted tiene que recoger algo antes de dejarme en casa?
– Por favor, perdoname tus representaciones. Sabes muy bien que pasaras el fin de semana alli.
– Aqui es donde te equivocas. Ni siquiera voy a…
– Muy gracioso. Pense eso te dejaria contenta.
– Pues no me dejo. Para el coche de inmediato!
Redujo la velocidad y se desvio para aparcar. Sin embargo, Jennifer se dio cuenta que su actitud no tenia nada que ver con lo que le habia mandado, habia aparcado solo para darle algunas instrucciones antes de llegar a Broadhurst Hall. Se sentia frustrada por no poder descender alli mismo.
– Me niego a ir a su casa.