– No va a ir a ninguna parte sin que yo la lleve, tiene dos opciones: o ir conmigo o Broadhurst o regresar a Londres. ?Cual es la opcion?

– Ni lo uno ni lo otro. Yo prefiero mi casa.

El fingio no oir.

– En la casa de mis padres tememos un ama de llaves, la senora Stow, que puede ayudarte en lo que necesites. Como yo no estoy interesado en tus avances sexuales, considero que esta es la mejor opcion.

Jennifer empezo a pensar que no tenia salida, pero no perdio la oportunidad de burlarse de el.

– ?No tiene miedo a resistir?

– No me preocupa mi apetito sexual, pero si el tuyo. – Ella intento protestar, pero Ryden continuo: – De hecho, tus falsas lagrimas fueron las que me advirtieron. Si todo hubiese salido segun tus planes hoy en dia no solo te odiaria a ti, tambien a mi mismo.

No fue nada agradable para Jennifer oir esas palabras, pero tambien lo odiaba.

Sabia que no podia ir sola a ninguna parte, estaba totalmente a merced de ese ser terrible. Se mostro tan aborrecida con toda la historia como el. Sin embargo, no iba a entregarse con tanta facilidad.

– No te preocupes, no te voy a dar otra oportunidad de acercarte a mi. Y, en pensandolo bien, no te arriesgas demasiado en llevarme a tu casa? Pense que querias alejarme de tu hermano. – Por la expresion de su cara, Jennifer se dio cuenta de que era ella quien estaba en peligro, pero no se intimido. – Al final, cambie de opinion. Decidi casarse con Noel, aunque la perspectiva de contar con contigo como hermano que no me gusta lo mas minimo.

Ryden tenia un brillo asesino en los ojos por lo que llego a anticipar la sensacion de que aquellas manos la estrangulaban. Sin embargo, con un esfuerzo sobrehumano, se las arreglo para controlar a si mismo.

– Los dos sabemos que tipo de relacion esperas tener conmigo. Seria una tonteria que te lleve a casa, si no estuviera seguro de que Noel esta a salvo de tus garras, en Francia.

Jennifer fingio cierta docilidad y resignacion:

– Puesto que es asi, parece que pasare la noche en Broadhurst Hall…

– Como si no lo supiese. – Antes de que pudiera contestarle, Ryden agrego: – Te conozvo lo suficiente como para saber de lo que eres capaz. Sabes que mi padre estaba enfermo. Asi que escucha, Jenifer Cavendish: – Si haces algo que lo perturbe te arrepentiras de por vida. Ahorra tambien a mi madre de tu veneno.

Ryden hablaba serio. Jennifer le hubiera gustado preguntar que clase de persona que pensaba que era, para poder hacer dano a una pareja de ancianos que nunca habia conocido, pero no lo hizo. Vio que la batalla estaba perdida.

Ryden interpreto su silencio como si se hubiera acordado comportarse y arranco el coche.

Consternada, Jennifer penso en como le gustaria ver la cara de aquel desalmado cuando supiese en realidad quien era.

CAPITULO V

Jennifer estaba impresionada por la enorme extension de Broadhurst Hall. Viajaron a traves de campos interminables, bellamente arbolados. Y eso fue antes de ver la casa.

Pasaron una entrada majestuosa, anunciada por dos pilares de piedra, seguido por una avenida bordeada por pinos. A partir de ahi, se puedo avistar el cesped que parecia interminable.

Se acercaron a la mansion, un imponente edificio, de dos pisos, con fachada blanca y balcones en las ventanas.

Aun siendo un lugar encantador, ella preferiria haberse ido a su pequena casa. Pero como no iba a adelantar nada, diciendoselo a Ryden, se resigno, cuando se detuvo, abrio la puerta del coche para esperar a que viniese a buscarla.

Sacarla del coche fue tan dificil como lo fue para acomodarla. Cuando Ryden la recogio, Jennifer queria empujarlo, sin embargo, el dolor que le causo hizo que se aferrase los brazos que la sujetaban.

– Parece abatida – le oyo observar en tono delicado.

– Me siento un poco cansada. – Jennifer creyo ver una sonrisa en sus labios antes de volver la cara a un lado.

– Hay un dormitorio preparado para usted – Ryden anuncio mientras subian la escalera, se dirigio a traves de una enorme puerta de roble, rumbo a la sala.

Asi que esta fue la razon de la llamada, concluyo.

– Voy a saludar a mis padres antes de llevarla para arriba – continuo. – Debe estar necesitando un analgesico.

– Muy bien gracias – Jennifer le agradecio sin poder imprimir el tono ironico en su voz que queria. Tal vez ya estaba siendo contaminada por el ambiente tranquilo de la casa.

En este punto, sin saber de donde, aparecio delante una pareja de ancianos. Ella, una mujer delgada de pelo blanco, de unos sesenta anos, estaba acompanada por un hombre, tambien delgado, de unos diez anos mas.

– Ryden! – Exclamo la mujer, acercandose, visiblemente contenta de verlo.

El hombre tambien se unio a ellos, Ryden les presento a Jennifer. Desde el primer momento, sintio el calido clima de afecto que los unia. Era facil ver que, a pesar de su edad, la pareja aun se amaba.

Viendo a Veronica y Clifton Kilbane, recordo a sus propios padres, cuyo matrimonio no funciono. La Sra. Kilbane manifesto la alegria que sentia al ver a su hijo, espero a que su marido intercambiara unas palabras con el. Tambien entre padre e hijo habia una gran cantidad de afecto, que se hizo evidente cuando Ryden los beso.

Veronica se volvio a Jennifer:

– Estamos olvidando nuestra invitada. Lo siento carino, pero hace tanto tiempo que no nos vemos. Pobre Jennifer! Se entristecio as ver la pierna envuelta en vendajes. – Me alegro de que Ryden la haya convencido de venir con el.

Jennifer sonrio, cautivada por el calor que emanaba de aquella mujer. ?Como podria esa criatura dulce tenido un monstruo como Ryden?

– Jennifer esta agotada. Me la llevo arriba y luego me uno a vosotros – Ryden dio un paso adelante con una sonrisa. Una vez que llegamos al tope de la escalera, sin embargo, la expresion de su rostro cambio.

– Me gustaria tratar de caminar sola – Jennifer dijo rapidamente.

Fingiendo no haberla oido, entro en el dormitorio y la puso en la cama.

Era una habitacion bonita, muy iluminado, perfumado con rosas que crecian en el alfeizar de una enorme ventana.

– La senora Stow llegara en un minuto para ayudarte a arreglar las cubiertas – Dijo Ryden muy serio.

Jennifer estaba cansada de mentir. Ademas, hizo un sacrificio enorme para vestirse por la manana, no pretendia volver a hacerlo poniendose el camison.

– ?Acaso insinuas que me vas a dejar encerrada en esta habitacion?

– Te olvidas rapido de como sonreir, ?eh? – Ryden ironizo. Entonces, temiendo que el antagonismo entre ellos se reflejase y preocupase a sus padres, trato de suavizar: – Debes descansar. Ya que tuve que hacer el mayor trabajo para ponerla aqui, podria colaborar un poco, ?no? – Fue a la puerta, pero antes de salir incluso hablo: – Voy a dar ordenes a la senora Stow que te traiga el almuerzo. Si estas mas descansada por la noche, podras cenar con nosotros.

Jennifer se encontro a solas sin ninguna posibilidad de seguir protestando. Indignads, se levanto para explorar el lugar llendo al bano. A su regreso se encontro con la figura regordeta y maternal del ama de llaves, que le habia traido la maleta.

– Soy la senora Stow, encantada. ?Quiere que la lleve a la cama?

– Por favor. – Jennifer sonrio, simpatizando con ella.

– Asi que ven. – La senora le ofrecio el brazo. – Creo que necesitara un baston. Te voy a conseguir uno. Ahora voy quitarle los sus zapatos.

La jovialidad de la mujer de inmediato le recordo la senora Gemmill.

– Gracias, gracias… – Jennifer le dio las gracias con emocion.

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