Estaba furioso, pensando que habia premeditado la conversacion, para que se la invitara a quedarse. Jennifer, a su vez, se indigno. No era su culpa si el asunto habia terminado con ese resultado. Despues de todo, concluyo, el culpable era el por tener una madre tan amable.

Ella hablo poco hasta el final de la comida, pero tuvo un gran control para no pelear con Ryden, cuando el senor Kilbane la invito a conversar un poco en la sala. El hijo, ni mas ni menos, intervino una vez mas:

– Lo lamento pero tienen que disculpar a nuestra invitada, ella prefiere retirarse, hacer el viaje la dejo agotada. – Sonrio a Jennifer sin obtener respuesta. Aunque no lo esta demostrado, siente mucho el dolor y necesita algunos analgesicos.

Ella queria estrangularlo, pero no veia otra opcion que quedarse quieta y tranquilizar a la Sra. Kilbane, diciendo que no le dolia tanto.

Una vez que la pareja se retiro, Jennifer se decidio. Ryden la trataba como si tuviera una enfermedad contagiosa, por lo tanto no tocaria ni un pelo mas de su cabello. Se mantuvo firme en su decision, cuando amenazo con su ayuda.

– No te atrevas a poner tu mano sobre mi. No necesito tu ayuda.

– No seas tan…

– Si me tocas, grito.

Se detuvo, al ver que ella no estaba bromeando.

A duras penas, Jennifer se levanto de su silla, segura de que a el solo le preocupaba que el escandalo alarmase a sus padres. Decidida, cojeando hasta la puerta, lamentando no haber insistido en llevar el baston.

Cruzo la sala, donde casi no habia muebles para apoyarse, llego al pie de la escalera, sintio que estaba realmente necesitada de los analgesicos a los que Ryden se habia referido.

– ?Oh, Dios! – Susurraba, apoyada en el pilar de la barandilla. La escalera parecia mas alta que nunca. Pero a pesar del que el dolor, no aliviaba su ira, todavia queria subir sin ayuda. Se concentro en lo que iba a hacer, no se dio cuenta de que Ryden se aproximaba.

– Veo que eres muy valiente, pero poco inteligente.

Fue incisiva al ver que el hacia intencion de levantarla en brazos:

– Te dije que no quiere ayuda.

Te gusto o no, vas a ser llevada arriba.

– Con cuidado – ordeno.

Al ponerse en contacto de nuevo con ese cuerpo deseado, la colera desaparecio, dando paso a la misma confusion de sensaciones de hacia unas horas, lo que le impidio pronunciar las palabras que el cerebro le mando: '. Bajame'

Completamente superada por la emocion, solo logro recobrarse un poco, cuando rozo con los pies la jamba de la puerta. Ryden la oyo gemir con un intento de protesta y la coloco en la cama con cuidado.

Incluso con su brazo alrededor de ella, la miro a los ojos. Jennifer se quedo sin aliento, deseaba que el no se moviera. De hecho, le gustaria que la abrazase. Se miraron durante unos segundos, magnetizados, sus labios se encontraron. El corazon de Jennifer parecia a punto de estallar al sentir la boca de Ryden sobre la suya. Se besaron con avidez. De repente se aparto, la atmosfera sensual que los rodeaba fue sustituida por el odio.

Al ver la expresion de su cara, se sacudio con un movimiento brusco, olvidandose de la pierna lesionada.

Ryden se levanto.

– ?Vete al infierno, tu y tus tacticas de seduccion! – Dijo con enojo, antes de salir dando un portazo.

Si Jennifer no habia dormido bien la noche anterior, debido al dolor, esa noche fue por otra razon. Nada atenuaba la angustia que Ryden habia dejado en su corazon, al decir esas palabras antes de salir.

Deberia estar furiosa, sin embargo, este no era el sentimiento que la dominaba. Ademas, no le importaba saber el motivo por el que Ryden habia salido tan de repente. Todas indignacion fue apagada por la revelacion de la verdad: la razon de esa sensacion de desmayo, falta de aliento, el corazon acelerado… No era posible, no podia creer lo que las pruebas le mostraban. Ni siquiera simpatizaban con el, ?como podria?…

Paso la noche tratando de convencerse a si misma mas de una vez de que era su fertil imaginacion la que lo manifestaba. Inutil. Nada podia transformar la realidad. Cuando amanecio, Jennifer tuvo que aceptar la dura realidad de que amaba al hombre equivocado. El hombre que la habia maltratado y pisoteado durante esos dias. Estaba perdidamente enamorada de Ryden Kilbane!

CAPITULO VI

El domingo, Jennifer tenia mas evidencia de que, si dependiera de un buen tratamiento, se recuperaria pronto. La Sra. Stow, siempre de buen humor, le trajo una taza de cafe y le pregunto si habia dormido bien y si la rodilla estaba mejor.

Ella mintio acerca de la noche sin dormir diciendo que se sentia mejor. Muchas otras cosas la preocupaban, mucho mas que dano.

Entonces, antes de los pensamientos que la perturban regresasen, la senora Kilbane, todavia vestida con una bata, vino a hacer mas o menos las mismas preguntas.

Obligada a mentir de nuevo sobre la noche pasada en el claro, Jennifer sonrio, mostrando que no habia razon para preocuparse.

– La hinchazon bajo y mi rodilla esta mucho menos dolorida.

– Muy bien. No hay necesidad forzarla ahora, pero si se siente mejor despues del desayuno, Ryden podria venir a buscarla para que se reuna con nosotros en la sala.

Jennifer estuvo de acuerdo, pero en cuanto la anfritiona salio, se puso de pie para poner a prueba la pierna. Se dio cuenta de que aun no era capaz de saltar obstaculos, sin embargo, hacia progresos.

Ya habia ido a la cama otra vez, cuando el ama de llaves le llevo una bandeja con el desayuno.

– Voy a volver a ayudarla a vestirse – advirtio antes de salir, demostrando que estaba al tanto de los planes para despues del desayuno.

– Creo que me puede arreglar sola – Jennifer le dio las gracias, pensando en algo que la molestaba: Ryden. Espero hasta que la senora Stow salio, bebio una taza de cafe negro y se levanto.

Si bien tomara un bano se vestiria, preocupada por la reaccion que tendria al encontrarlo. Aprensiva sobre el estado de descontrol que tenia cuando estaba en sus brazos, penso que era mejor no dejar que llevase de nuevo. Espero unos minutos para que la familia terminara el desayuno y se preparan para pasar la jornada en la sala.

No conseguia quitarse a Ryden de la cabeza. Se preguntaba sobre como habia surgido aquel el amor por alguien que la hacia sufrir tanto.

Lo unico que sabia era que a su lado sentia emociones que nunca habia experimentado antes. De hecho, se dio cuenta de que se habia enamorado desde el primer momento en que lo vio. Su subconsciente debia haber estado atento a lo que le sucederia a partir del momento en que se conocieron. Eso explica la extrana necesidad de oponerse a el, como si algun mecanismo de defensa estuviese siendo accionado. La colera que la habia invadido todas las veces que Ryden la habia llevado en sus brazos era una prueba. Ciertamente, evitaba la sensacion que esos brazos le proporcionaban.

El descubrimiento de los verdaderos sentimientos hacia Ryden la dejo frustrada. Seria mas facil sentir odio.

Se dirigio hacia las escaleras lo mas rapido que pudo para disipar las preocupaciones. Estaba segura de que todos estaban alli, pero de repente oyo unos pasos detras de ella. Inmediatamente sabia a quien pertenecian. Apenas podia contener su propia emocion, sin embargo, continuo como si nada hubiera sucedido. Ryden se acerco.

– Valiente, ?eh? – Dijo en broma.

Jennifer no pudo evitar el impulso para enfrentarse a el, confirmando una vez mas lo que sentia por este hombre: amor, mucho amor.

– Creo que es mi problema, ?no? – Respondio secamente.

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