– Eso me da pesadillas -acepto la rubia Georgia y observo el cabello color cafe oscuro que le llegaba a Farran a los hombros-. Pero como es parte esencial de la administracion de un negocio, no puedo evadirlo -hizo una pausa y estudio la palidez del cutis perfecto de Farran-. ?Que fue lo que no funciono? -pregunto con suavidad. - Yo… -se detuvo y explico-… he renunciado a mi empleo… el… -se interrumpio.

– Un hombre, ?cierto? -calculo Georgia. Tenia veintiocho anos y era mucho mas prudente y sensata que Farran-. Puedes contarmelo cuando quieras, pero mientras tanto la senora Fenner ha preparado una cena esplendida y…

– Me levanto, de inmediato -afirmo Farran.

Diez minutos mas tarde al oler la sabrosa comida, se percato de que estaba muerta de hambre.

De nuevo le estuvo agradecida a Georgia cuando, al hacerle su padrastro preguntas, sobre Hong Kong, esta cambio de tema. Hablaron de la muerte de la senorita Hetty Newbold.

– Pobrecita -murmuro Georgia. El lazo de sangre familiar con la anciana no era muy claro-. Debi ir a verla o escribirle -se lamento y aparento sorpresa al recordar algo-. No me acuerdo de cuando fue la ultima vez que fui a High Monkton.

– ?Que nadie ha ido a verla desde que yo me fui? -exclamo Farran. Antes de ir a Hong Kong, ella misma fue varios fines de semana al pueblo de High Monkton en nombre de Georgia y de su padre. La tia Hetty siempre se alegro mucho de verla y oir las noticias de sus familiares. Con el tiempo, Farran fue a verla por desarrollarse entre ambas un afecto mutuo.

– Ya sabes como es esto -se disculpo Henry Preston-. Georgia y yo siempre estamos muy ocupados y, de cualquier manera, un dia que la llame por telefono me pregunto si solo porque yo tenia casi sesenta anos, habia dejado de conducir mi auto.

– A veces hacia comentarios muy acerbos -tuvo que reconocer Farran-. Pero los queria mucho a los dos y…

– Es por eso que la tia nos ha dejado a papa y a mi su fortuna -intervino Georgia.

– Es algo natural -declaro Farran, ya que sabia que la tia Hetty tenia mucho dinero. Pero la sorprendio algo la sequedad del comentario de Georgia.

– Estoy en graves apuros si no es asi -anuncio esta ultima-. Pero, como me mostro una copia de su testamento la ultima vez que fui a visitarla, creo que no tengo que preocuparme de nada.

– ?Tienes… problemas financieros? -pregunto Farran.

– ?Quien no los tiene? -contesto Georgia.

– Pero pense que tu negocio iba de maravilla.

– Asi es -confirmo Georgia-, pero no tan bien como para poder comprar la verduleria que esta al lado, que acaba de ponerse a la venta.

– ?Quieres abrir una verduleria? -su padre dejo de contemplar el mantel para hacerle la pregunta, y Georgia alzo la vista al techo.

– No, papa, no quiero abrir una verduleria -replico, pero sus ojos brillaron de emocion al explicar-: Desde que llamaste al salon de belleza esta manana, he estado haciendo todo tipo de averiguaciones. Primero llame al Departamento de Planeacion Urbana para ver si les parecia bien el cambio de negocio. Como Banford ya tiene demasiadas verdulerias, no hubo problemas por ese lado.

– Ah, estas pensando en convenir la verduleria en otro salon de belleza -advirtio su padre.

– Asi es -Georgia prosiguio con las explicaciones-. Aunque tengo intenciones de ampliar el salon que ya tengo y no de abrir otro. Es por eso que hoy tuve que ir a una compania constructora, a agentes de bienes raices, a prestamistas y abogados.

Farran no supo que pensar de lo que oia. Parecia que la tia Hetty apenas dio la ultima boqueada cuando Georgia ya sabia como gastar la mitad de la fortuna que le correspondia.

– Las cosas… parecen tener un ritmo acelerado -comento.

– En los negocios no puedes quedarte cruzado de brazos -y Georgia revelo-: Con la ayuda del banco, ya asegure la propiedad.

El fin de semana paso con rapidez. El sabado era el dia mas ocupado de toda la semana para Georgia, y Farran permanecio en casa para arreglar sus maletas y ropa. Esa noche, la discusion giro en torno a la fortuna de la tia Hetty. Henry Presten se percato de que ahora podria comprar el torno que necesitaba con tanta urgencia. El domingo, Farran ayudo a Georgia con sus cuentas y, cuando todo estuvo en orden, hacia la hora de la comida, los tres acordaron que irian a High Monkton en el auto de Georgia para asistir al funeral de la tia Hetty, el martes.

El lunes, Farran desayuno con Georgia, quien despues fue a su negocio con gran entusiasmo. Farran fue a buscar algo adecuado para asistir al funeral y ademas se dio cuenta de que tendria que empezar a buscar un trabajo. Sin embargo, nada la entusiasmo en esos momentos.

Georgia llego a casa tarde por la noche. Henry Preston ya habia cenado y estaba en su taller, cuando Georgia se quejo con Farran de que dos peluqueras cayeron enfermas y de que tuvo que buscar sustitutos con rapidez.

– Luego, el contratista que dijo que estaria alli a las cinco no aparecio y llego hasta pasadas las seis.

– ?Vas a construir algo?

– Son alteraciones -corrigio Georgia-. Pedi prestadas las llaves de la verduleria para ensenarle el lugar, pero el tipo me dijo que no se podrian hacer muchas cosas debido a una vigas y al reglamento de construccion… Entonces, despues de llamar a un arquitecto, el resultado es que manana nos encontraremos a las once horas para discutir el asunto alli mismo. No se como podre hallar tiempo, puesto que dudo que Linda y Christy lleguen antes del martes, pero…

– No me gusta presionarte mas -intervino Farran-, pero, ?acaso has olvidado que la tia Hetty sera enterrada manana al medio dia?

– ?Dios! -exclamo Georgia, horrorizada-. Lo olvide… -se quedo pensativa unos instantes-. No puedo ir - concluyo con rapidez-. Tu y papa tendran que ir sin mi.

– ?No… hay forma de que puedas asistir? -Farran pensaba que el hecho de que hubiera un lazo de sangre entre la tia Hetty y Georgia, hacia mas importante el que su hermanastra fuera y no tanto que ella misma estuviera presente.

Pero Georgia nego con la cabeza.

– ?Como?

Farran apenas la vio a la manana siguiente en que Georgia partio muy temprano para su trabajo.

– Espero que tengas un dia mas facil hoy -deseo Farran al verla marcharse.

– Es algo imposible -contesto Georgia. Estaba a punto de salir por la puerta cuando se regreso-. Ya se lo mencione a mi padre, pero es probable que lo olvide. Como iran a Selborne antes y despues del funeral -Selborne era el nombre de la casa de la tia Hetty-, ?podrias recogerme el testamento?

– ?No crees que la senora King, quien lo ha arreglado todo, le habra dado ya el testamento al abogado de la tia Hetty? -pregunto Farran, despues de entender a que se referia su hermanastra.

– No lo creo -replico Georgia-. Solo los mas allegados a la familia saben que la tia guardaba sus papeles de importancia en una caja de galletas, en la parte del fondo de ese viejo armario de su vestidor.

Farran sintio afecto por su hermanastra al oir que esta la incluia como parte de 'los allegados a la familia', puesto que la tia Hetty le mostro varias veces a Farran la caja de marras. La chica le prometio que traeria el testamento a su vuelta. Georgia comento que llevaria el testamento a sus propios abogados para acelerar las cosas, el miercoles. Luego se fue al trabajo.

Como no quiso molestar a su padrastro, Farran espero a que solo faltaran cuarenta minutos para que partieran al pueblo de High Monkton, antes de decirle que se preparara.

Al acercarse a la puerta del taller, olio algo raro. El olor se intensifico y, al entrar, vio que su padrastro tardaria varias horas en quedar limpio.

– He tenido un ligero accidente con el aceite -alzo la vista para explicar lo sucedido. A Farran le parecio que tuvo intenciones de inundar el piso con aceite y, a juzgar por su rostro y cabello, tambien se dio un bano con el-. Acaba de suceder, pero sera mejor que limpie este desastre.

Farran lo miro a el y al piso, que parecia necesitar varios kilos de detergente, y tomo una decision.

– ?Puedo tomar tu coche prestado?

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