corazon de que
Fabia trato de hablar, pero tenia la garganta cerrada. Sentia que estaba temblando en sus brazos, pero cuando se percato de que algo de ese temblor provenia de Ven, comprendio que debia estar bajo gran tension, y, por el, rompio su barrera del miedo.
Tosio para aclarar su garganta y pronuncio con dificultad:
– ?Que quiere decir
– Querida -respondio el sin titubear y con el corazon latiendo como un loco, ella derribo otra barrera.
– ?Y
La respuesta de Ven fue tomar su barbilla con la mano y mirandola con sinceridad, tradujo:
– Te amo.
– ?Ay, Ven! -exclamo la chica con lagrimas en los ojos.
– ?Amor mio! -susurro el hombre con voz ronca y como tratando de creer lo que los ojos de ella le estaban diciendo, la abrazo con fuerza-. ?Son esas lagrimas, las que apenas puedes contener, lagrimas de alegria? -le pregunto angustiado.
– Yo tambien te amo -respondio Fabia con sencillez.
Eran las palabras que el habia deseado escuchar y con un grito de alegria y con ambas manos rodeandola, la presiono mas contra el. Le hablo en una mezcla de checo y de ingles.
–
– Ayer -la verdad era que Fabia no podia creerlo-. Ayer, frente a la estatua del poeta -le comunico con voz suave.
– Dulce, hermosa Fabia, amor mio -musito besando sus labios.
– ?Ay, Ven! -susurro la joven sonriendo le pregunto-. ?Y tu, cuando?
– Lo supe hoy, definitivamente. Pero ha estado aumentando para que yo lo confirmara, si hubiera podido…
– ?No querias estar enamorado?
– No tenia esa experiencia, no queria reconocerlo, pero ya estaba alli cuando mi corazon se debilito al ver la cortesia que le mostraste a mi ama de llaves, la sonrisa que le ofreciste; estaba alli cuando te invite a cenar sin siquiera saber por que lo habia hecho, solo que seguro no era por la entrevista. Alli, en el hecho de que, durante esa misma velada, te prometo que siempre he sido un hombre sincero, pero asombrado descubri que estaba diciendo mentiras.
– ?Me has dicho mentiras? -pregunto la joven sin recordar que ella habia hecho eso y mas.
– Perdoname, querida -le suplico con tanto encanto que Fabia estaba dispuesta a dejarse seducir por el-. Me preguntaste acerca de tu auto, y te dije que les tomaria una semana o mas localizar el repuesto.
– ?Y no era verdad?
– Esa manana habian entregado tu auto aqui -le respondio para su asombro y ella abrio mucho los ojos-. Estaba y todavia esta, encerrado en una de los edificios exteriores.
– Pero, ?por que? -tuvo ella que decir-. ?Para que mentir? ?Por que no podias…?
– ?Por que no podia revelartelo? -Fabia sintio-. ?Para que? -dijo el con arrogancia-. Quiza te lo hubiera dicho, pero me puse furioso cuando almorzaste con mi secretario y celoso, claro -inserto-, y luego pasaste la cena platicandome de eso de todas maneras -termino sonriendo-, aunque no queria admitir el poder que tenias sobre mi, creo que desde entonces no queria saber que podias irte adonde yo no podria localizarte con facilidad.
– ?Eres un demonio! -exclamo la muchacha con ternura.
– ?Me quieres?
– Tanto -susurro ella y se derritio ante sus ojos, despues el inclino la cabeza y la beso en los labios.
– Mi angel -dijo con respiracion entrecortada unos minutos despues, al contemplar su hermoso rostro y sus mejillas ruborizadas por sus besos.
– ?Ay, Ven! -suspiro y lo adoro mas cuando el se inclino y le planto un tierno beso en la frente.
– ?No es natural, que, aunque fui demasiado terco para aceptar lo que me estaba sucediendo, no puedo negar que aquella noche me dio un brinco el corazon.
– ?Cuando?
– Cuando en esta habitacion, despues de describirte lo de la fuente que canta, tu dijiste: que maravilla y pense que eras la criatura mas adorable en cuerpo y alma, que jamas habia conocido.
– ?Me dices las frases mas conmovedoras! -ella suspiro.
– Te digo solo la verdad, amada mia -y esa vez Fabia levanto la cara y lo beso y luego descubrio que ella era la que estaba recibiendo el beso, con tal pasion que cuando Ven se hizo hacia atras ella sintio que estaba en otra orbita.
– ?Este, tu… hmm… ya no me has dicho mas mentiras? -estaba tratando de recuperar el control de si misma, aunque por lo visto los besos de Vea tenian el poder de impedirle pensar con sentido comun-. ?Solo la de… mi auto? -logro decir con cierta coherencia.
– ?Ah! -dijo Ven y confeso-: Bueno, en una ocasion, despues de estar pensando en ti toda la noche, te llame al hotel esperando que no te molestara.
– Fue el jueves pasado -ella lo recordo al instante. -Correcto.
– Tenias que ir a Karlovy Vary y me invitaste a ir contigo.
– Incorrecto -replico el y Fabia lo contemplo admirada-. Estaba impaciente por hablar contigo, por verte -le revelo-. Cuando vi que Ivo iba a enviar un paquete por correo a la prima de su esposa en Karlovy Vary, le dije que iba a ir para alla y que se lo dejaria en la tienda donde trabaja la prima de Edita.
– ?Entonces no tenias para que ir a Karlovy Vary? -le pregunto ella asombrada.
– Para nada, solo que tu habias dicho que deseabas conocerlo, y queria estar contigo.
– ?Ya te dije que eres muy capaz?
– ?Ya te dije que eres adorable?
– ?Oh, Ven! -al tiempo se detuvo mientras se abrazaban y se besaban. Luego, Ven se aparto de ella.
– Creeme… jamas tuve la intencion de acostarte en el sofa de mi sala -comento el, con la intencion de aclararlo todo.
– Lo siento -la joven se disculpo conteniendo el aliento, estaba tan confundida para entonces que no sabia de que se estaba disculpando.
– Y deberias -reclamo Vendelin con tono severo, hizo una pausa, trago saliva, y luego pregunto-. ?De que estabamos hablando? ?Que fue lo que te dije?
– Hmm -Fabia estaba fascinada de que estuviera igual de confundida que ella-. Creo que hablabamos de Karlovy Vary.
– Ah, si. Esa manana, de nuevo por celos, me enfureciste cuando estabamos tomando cafe y te atreviste a mencionar a otro hombre -recordo el-. Comprendi en ese momento que mi decision de mandar a mi secretario de viaje de negocios era la correcta.
– ?Lo mandaste de viaje por mi? -pregunto atonita.
– ?Puedes estar segura! -replico con tono fuerte y sin disculpas. Aunque luego sonrio al recordar-. ?Pero la pasamos mucho mejor, verdad?
– Ay, si, fue maravilloso -declaro-. Almorzamos en un lugar llamado Becov y…
– Y cuando estacione el auto sentia que tenia una necesidad abrumadora de besarte.
– ?De veras?
– Si -confirmo y la beso.
– ?Ven! -musito.
– Si te hubieras fijado en mi entonces, cuando te deje en tu hotel, cuando me deje vencer por esa necesidad y te bese… aunque sea en la mejilla, estoy seguro que hubieras pensado, 'pobre Ven'.