– Durante todo el dia quise hacer eso -murmuro el al separarse y contemplar los relucientes ojos verdes.
– ?De veras? -inquirio con voz ronca y quiso que la besara de nuevo. Se percato de que Quin habia adivinado su deseo.
No obstante, dos besos no le bastaron a Bliss, quien para entonces ya se habia olvidado del decoro. Parecia que lo habia amado desde hacia tanto tiempo… Deseaba, necesitaba el aliento que sus brazos le ofrecian.
Quin, al ver los ojos de la chica, sus labios entreabiertos, gruno y la abrazo mas. Bliss estaba en el paraiso. Le echo los brazos a los hombros y se aferro a el.
La pasion desperto entre ambos cuando Quin la apreto mas y mas a su cuerpo viril. Bliss quiso exclamar el nombre de el, pero la boca masculina de nuevo capturo la suya. El interior de ella estaba en llamas. Lo abrazo y le devolvio beso por beso. Y cuando momentos despues descubrio que estaba acostada con el en su cama, apenas si tuvo la nocion de haberse movido.
Se deleito al sentir el cabello masculino en sus manos, se recreo con su piel mientras Quin le daba tiernos besos en la estructura facial que esa manana califico como fantastica. Bliss supo lo que era desear a un hombre cuando, mientras le daba besos en la garganta, Quin le acaricio el cuerpo.
– Querida -murmuro cuando le desabrocho los botones del vestido como por arte de magia, y le deslizo la prenda de los hombros.
– ?Quin! -jadeo Bliss y hundio la cara en el cuello de el, sabiendo que no era el momento de ser modesta.
El la beso de nuevo y yacio sobre ella mientras con tiernos movimientos su mano delineaba los senos. Bliss se aferro a el, entregandole el cuerpo cuando sintio su calido roce en su piel desnuda. Bliss nunca supo como fue que de pronto parecia no estar vestida, pues aparte de sus bragas, no tenia nada mas puesto. Pero tampoco era algo que le interesara saber. Deseaba a Quin, con todo su ser, y cuando el se desabrocho la camisa y dejo que ella le masajeara el pecho, Bliss supo, sin la menor duda, que el tambien la deseaba.
Quin le puso las manos en las caderas, las acaricio atrayendola hacia el, y las piernas de ambos se enredaron cuando inclino la cabeza hacia los senos y beso las puntas sonrosadas.
– ?Eres exquisita! -jadeo con voz ronca y cuando Bliss abrio los ojos, se percato de que no la miraba a la cara, sino que contemplaba sus pezones palpitantes e hinchados, sedosos contra su piel masculina. De pronto, se ruborizo mucho.
Fue en ese momento que Quin aparto la vista de los senos para verla a la cara. Bliss no tuvo la menor idea de como supo el que su rubor no se debia tan solo al deseo que le habia provocado, sino que en gran parte a que todo lo que ocurria era un territorio desconocido para ella. Sin embargo, de inmediato, Quin le quito las manos de las caderas y le apreto los antebrazos con fuerza. La chica se percato de que el parecia luchar con desesperacion por recuperar algo de control.
Bliss se quedo atonita cuando Quin apreto la mandibula y profirio una exclamacion en una lengua que a ella le resultaba incomprensible. Entonces, aun cuando unos minutos antes Bliss estuvo segura de que yacerian juntos hasta la manana siguiente, Quin bajo con brusquedad de la cama y, como si hubiera un incendio en otra parte de la casa, corrio para salir de la habitacion.
Capitulo 8
Los pensamientos que acompanaron a Bliss durante gran parte de la noche, de nuevo la asediaron al despertar.
Por la madrugada la invadio toda una gama de emociones. Esperanza, celos, desesperacion, verguenza. Quin la deseo. Aunque no estuviera segura de nada mas, podia estarlo de ello. Sin embargo, la rechazo. ?Por que?
?Acaso ella se mostro demasiado deseosa y disponible? ?Acaso el preferia conquistar a las mujeres? ?Le hizo Bliss muy faciles las cosas? De pronto, ya no pudo soportar mas pensamientos humillantes, pero se torturo aun mas cuando se pregunto si Quin no habia cambiado de idea por causa de Paloma Oreja. ?Penso el de repente en Paloma, su amor perdido, y sintio una fuerte y poderosa repugnancia al ser desleal a ese amor?
Bliss sabia que nunca podria volver a dormir. Salio de la cama para banarse y lavarse el cabello. ?Que pasaria ahora con ella? A pesar de que en la casa de la playa aseguro que habia decidido esperar a que el momento fuera el adecuado, no decidio nada cuando estuvo en brazos de Quin. Solo… sucedio.
Salio del bano con el deseo de ya no pensar mas en el asunto. Pero estaba tan herida que fue imposible. Se habria entregado a Quin si el se lo hubiera pedido… pero el la rechazo. Despues del abandono que experimento en brazos de el, Bliss no sabia como podria verlo a los ojos ahora.
No encontraba ninguna solucion para su dilema. Entonces, cuando fue al tocador para buscar su cepillo, vio algo que no noto antes. Alli estaba el libro que ella habia dejado caer en la casa de playa hacia dos dias.
Se sonrojo mucho al descubrir el motivo por el cual Quin llamo a su puerta la noche anterior. Debio estar caminando cerca de la casa de playa y encontro el libro. ?Que era mas natural que hubiera ido a su cuarto para devolverselo?
Oh, no, se lamento Bliss. De no ser porque estuvo tan tensa respecto a el, tan solo le habria dado las gracias y ese hubiera sido el final de la cuestion. Pero no… Incapaz de soportar mas, Bliss tomo su secadora. Sin embargo, no logro acallar sus pensamientos con el ruido del aparato como lo espero.
Su cabello brillaba mucho y ella se habia puesto un vestido elegante en dos tonos de verde. Faltaban todavia doce minutos para que llegara la hora en que solia presentarse a tomar el desayuno.
Doce minutos despues y con mas valor del que jamas imaginaria el hombre que ella amaba, Bliss salio de su cuarto. No se iba a esconder… ?para que? Amaba a Quin y estaba muy herida por el. No obstante, no permitiria que el se preguntara por que no iba a desayunar como siempre. Era obvio que Quin relacionaria su ausencia con lo ocurrido la noche anterior, y eso era algo que el orgullo de la joven no podia dejar que sucediera.
Llego a la puerta del desayunador y entonces se dio cuenta de que era inevitable sentirse dolida. Eso fue obvio desde que ella tuvo el mal tino de enamorarse de ese hombre. Inhalo hondo para tranquilizarse y abrio la puerta con la esperanza de que Quin ya hubiera desayunado y estuviera ahora en la oficina. Sin embargo, no fue asi.
– Buenos dias -saludo Quin con cortesia al verla entrar.
– Buenos dias -contesto y logro sonreir con frialdad al tomar asiento. Temblaba toda en su interior, pero si sus manos no lo revelaban, nadie se percataria de su turbacion-. Buenos dias, senora -le sonrio a la senora Gomez, aliviada al ver que tambien estaba en la habitacion.
Claro que el ama de llaves solo se quedo el tiempo necesario para servir el cafe y el pan tostado. El silencio reino en el cuarto cuando se marcho. Bliss alargo una mano para tomar una rebanada de pan y se alegro al ver que sus manos no temblaban.
Se dio cuenta de que ese era el momento en el que debia anunciar con frialdad, calma y sin emocion, su partida.
– Yo… -se interrumpio cuando Quin tambien empezo a decir algo-. Perdon -se disculpo con educacion y permitio que el dijera primero lo que queria.
– Estaba a punto de comentarte acerca de las ruinas incas de Tambo Colorado… dicen que son las mejor conservadas que se situan en costa del Peru.
– ?Ah, si? -dijo Bliss con un interes que no era cien por ciento genuino, como lo habria sido alguna vez.
– Parece ser que los frescos en los muros son sorprendentes -la informo con seriedad.
– No me digas -murmuro-. ?Estan lejos de aqui? -pregunto aunque esa no fue su intencion.
– Como a cincuenta kilometros -contesto Quin de inmediato. Sin quitarle la vista de encima, inquirio con naturalidad-. ?Quieres ir?
Por supuesto que no, ordeno el cerebro de Bliss.
– Mmm… ?cuando? -pregunto, a pesar de que intentaba decirle que se iba a marchar en una hora.
– Esta manana… -el consulto su reloj-. Como dentro de una hora.
– ?Y que pasara con tu trabajo? -cuestiono mientras trataba de rechazar la invitacion… y la oportunidad de pasar unas cuantas horas mas en su compania.
– ?Que hay con mi trabajo?