esta. -Flair llevaba puestas gafas de lectura con cristales de media luna. Se aclaro la garganta y cambio de voz-. Los dos chicos que lo hicieron se llamaban Cal y Jim.
Dejo el papel y nos miro como si esperara un aplauso.
– Encontraron semen de Barry Marantz en ella -dije.
– Ah, si, pero Barry era un chico guapo, todo hay que decirlo, y los dos sabemos que eso influye: el mismo admite un acto sexual consensuado con tu joven y ansiosa senora Johnson aquella tarde. Todos sabemos que Chamique estuvo en su fraternidad, eso no se discute, ?no?
No me gusto, pero dije:
– No, eso no se discute.
– De hecho, los dos sabemos que Chamique Johnson habia trabajado alli como stripper la semana anterior.
– Bailarina exotica -corregi.
El se limito a mirarme.
– Y por eso volvio. Sin que hubiera intercambio de dinero. En eso tambien estamos de acuerdo, ?no? -No se molesto en esperar que contestara-. Y puedo presentar cinco o seis chicos que diran que se comporto afectuosamente con Barry. Vamos, Cope. Tu ya has pasado por esto. Es una stripper. Es menor. Se colo en una fiesta de una fraternidad. Se ligo al chico rico y guapo. El se la quito de encima, no la llamo o lo que fuera. Y ella se enfado.
– Y se llevo un monton de moratones -dije.
Mort golpeo la mesa con un puno que parecia capaz de aplastar un animal.
– Solo busca ganar dinero -repuso Mort.
– Ahora no, Mort -dijo Flair.
– ?Como que no! Todos sabemos de que va esto. Les esta acosando porque estan forrados. -Mort me dedico su mejor mirada petrea-. Sabes que la puta tiene antecedentes, ?no? Chamique -alargo su nombre de una forma burlona que me saco de quicio- tambien tiene su abogado para exprimir a nuestros chicos. Para esa zorra esto solo es como un dia de cobro. Nada mas. Un puto dia de cobro.
– ?Mort? -dije.
– ?Que?
– Calla y deja que hablen los adultos.
Mort me miro despreciativamente.
– No eres mejor que ella, Cope.
Espere.
– La unica razon que tienes para procesarlos es que son ricos. Y lo sabes. Estas jugando a esa mierda de ricos contra pobres ante los medios. No finjas que no lo haces. ?Sabes que es lo que da mas asco? ?Sabes lo que realmente me jode?
Aquella manana ya le habia tocado las pelotas a alguien, y ahora habia jodido a un abogado. Menudo dia llevaba.
– Dime, Mort.
– Que en nuestra sociedad esta aceptado -dijo.
– ?El que?
– Odiar a los ricos. -Mort levanto las manos, indignado-. No paro de oirlo. «Le odio, es tan rico.» Fijate en Enron y todos esos escandalos. Ahora es un prejuicio fomentado, odiar a los ricos. Si yo dijera que odio a los pobres, me lincharian. Pero ?insultar a los ricos? Adelante, via libre. Todo el mundo es bienvenido para odiar a los ricos.
Le mire.
– Tal vez deberian crear un grupo de apoyo.
– A la mierda, Cope.
– No, en serio. Trump, los chicos de Halliburton. El mundo no ha sido justo con ellos, caramba. Un grupo de apoyo. Eso es lo que se merecen. Tal vez un maraton televisivo o algo por el estilo.
Flair Hickory se levanto. Teatralmente, por supuesto. Casi me esperaba que hiciera una reverencia.
– Creo que ya hemos terminado. Nos vemos manana, guapo. Y tu…
Miro a Loren Muse, abrio la boca, la cerro, se encogio de hombros.
– ?Flair?
Me miro.
– Eso de Cal y Jim -dije-. Solo nos demuestra que dice la verdad.
Flair sonrio.
– ?Como es eso, exactamente?
– Tus chicos fueron listos. Se llamaron a si mismos Cal y Jim, para que ella dijera eso.
Arqueo una ceja.
– ?Crees que colara?
– ?Por que iba a decirlo ella si no, Flair?
– ?Disculpa?
– A ver, si Chamique deseaba jugarsela a tus clientes, ?por que no utilizar los nombres correctos? ?Para que se iba a inventar el dialogo con Cal y Jim? Ya has leido su declaracion: «Dale la vuelta hacia aqui, Cal», «Doblala hacia alla, Jim», «Uau, Cal, le encanta». ?Para que iba a inventarse eso?
Mort me respondio:
– Porque es una zorra sedienta de dinero y encima es estupida.
Pero me di cuenta de que le habia metido un gol a Flair.
– No tiene sentido -dije.
Flair se inclino hacia mi.
– La cuestion, Cope, es que no tiene que tenerlo. Y tu lo sabes. Puede que lleves razon. Puede que no tenga sentido. Pero eso da lugar a confusion. Y la confusion me da muchos puntos para mi tactica favorita: la duda razonable. -Sonrio-. Puede que tengas algunas pruebas fisicas. Pero si haces subir a esa chica a declarar, no me reprimire. Sera pan comido. Los dos lo sabemos.
Se dirigieron a la puerta.
– Nos veremos en el juzgado, colega.
Capitulo 4
Muse y yo permanecimos un rato callados. Cal y Jim. Esos nombres nos desanimaban. El puesto de investigador jefe normalmente lo ostentaba de por vida algun hombre, un tipo brusco que soltaba suspiros profundos y bastante quemado por todo lo que habia visto con los anos, con un buen barrigon y un abrigo gastado. Era tarea de ese hombre ayudar al candoroso fiscal del condado, un cargo politico como yo, a esquivar los escollos del sistema legal del condado de Essex.
Loren Muse media metro y medio y pesaba lo mismo que un alumno de cuarto. Mi eleccion de Muse habia causado bastante conmocion entre los veteranos, pero yo tenia mis propios prejuicios: prefiero contratar a mujeres solteras de cierta edad. Trabajan mas y son mas leales. Lo se, lo se, pero he descubierto que casi siempre es cierto. Encuentra a una mujer soltera de, digamos, mas de treinta y cinco anos, y veras que vive para su carrera y te dedicara las horas y la devocion que las casadas con hijos nunca te daran.
Para ser justo, Muse era tambien una investigadora increiblemente preparada. Me gustaba discutir los casos con ella. Diria que los «musitabamos» juntos, pero es un chiste malisimo. En ese momento estaba mirando fijamente el suelo.
– ?Que estas pensando? -pregunte.
– ?Tan feos son mis zapatos?
La mire y espere.
– En resumidas cuentas -dijo-, si no encontramos una forma de explicar lo de Cal y Jim, estamos jodidos.
Mire al techo.
– ?Que? -dijo Muse.
– Esos dos nombres.
– ?Que pasa?
– ?Por que? -pregunte por enesima vez-. ?Por que Cal y Jim?
– No lo se.
– ?Has vuelto a interrogar a Chamique?
– Lo hice. Su historia es terriblemente consistente. Utilizaron esos dos nombres. Creo que tienes razon. Lo hicieron para disimular, para que la version de ella pareciera mas estupida.
– Pero ?por que esos nombres?
– Probablemente porque si.
Hice una mueca.
– Estamos pasando algo por alto, Muse.