Sara repitio el final varias veces en voz alta antes de pillarlo. Se echo a reir tan fuerte que le saltaron las lagrimas.

Eddie sonrio, y se le ilumino la cara, como si la risa de su hija le llenara de alegria.

– Dios mio, papa -dijo Sara, secandose las lagrimas y todavia riendo-. Es el peor chiste que he oido nunca.

– Si -admitio Eddie, echandole un brazo por los hombros y atrayendola hacia si-. Ha sido bastante malo.

VIERNES

18

Lena estaba sentada en el suelo, en medio de su habitacion; rodeada de cajas que contenian todo lo que poseia en el mundo. Casi todas sus pertenencias quedarian almacenadas en casa de Hank hasta que encontrara un trabajo. Llevaria la cama a casa de Nan, y dormiria en la habitacion de invitados hasta que tuviera dinero suficiente para instalarse por su cuenta. La universidad le habia ofrecido el puesto de Chuck, pero, dadas las circunstancias, no queria volver a ver aquella oficina de seguridad. Ese cabron de Kevin Blake no le habia indemnizado. A Lena la consolaba el hecho de que aquella manana la junta de gobierno hubiera anunciado que iban a buscarle un sustituto al decano.

La puerta chirrio, empujada por Ethan. Nadie habia reparado la cerradura desde que Jeffrey la rompiera dias atras. Ethan sonrio al verla.

– Te has recogido el pelo.

Lena resistio la tentacion de volver a soltarselo.

– Creia que te ibas de la ciudad.

Ethan se encogio de hombros.

– Siempre me ha costado irme de donde no me quieren.

Ella se permitio sonreir.

– Ademas -dijo Ethan-, ahora es muy dificil que te acepten en otra universidad, teniendo en cuenta que esta esta siendo investigada por violacion de la etica profesional.

– Estoy segura de que todo se arreglara -dijo Lena.

Solo llevaba unos meses trabajando en la universidad, pero sabia como funcionaba todo aquello. Habria sanciones y noticias en los periodicos durante algunos meses, pero dentro de un ano nadie se acordaria de nada, las sanciones seguirian sin pagarse, y otro profesor apunalaria a alguien por la espalda -en sentido literal o figurado- para asegurarse fama y fortuna.

– Bueno -dijo Ethan-, supongo que arreglaste las cosas con ese poli.

Lena se encogio de hombros, porque no tenia ni idea de como estaban las cosas con Jeffrey. Tras interrogarla por lo de Richard Carter, le dijo que se pasara por la comisaria a primera hora del lunes. No habia manera de saber lo que queria decirle.

– ?Siempre que encuentran unas bragas imaginan cosas raras? -pregunto Ethan.

– Se precipitaron sacando conclusiones. A veces pasa. -Volvio a encogerse de hombros-. Rosen era rarito. Probablemente se las robo a alguna chica.

Imagino que Andy esnifaba algo mas que pegamento en sus solitarias noches de viernes. En cuanto al libro, probablemente Lena lo habia leido alguna noche, aprovechando la paz de la biblioteca antes de que llegara la hora de irse a su covacha a dormir.

Ethan se inclino sobre la puerta abierta.

– Queria que supieras que no me voy -dijo-. Por si me ves por aqui.

– ?Te vere por aqui?

El se encogio de hombros.

– No se, Lena. Hago todo lo que puedo por cambiar.

Ella se miro las manos, sintiendose como un monstruo.

– Si.

– Quiero tener una relacion contigo -dijo Ethan-. Pero no asi.

– Claro.

– Podrias mudarte y empezar otra vez. -Espero un momento antes de decir-. A lo mejor, cuando consiga trasladarme de universidad, podriamos irnos juntos.

– No puedo irme -le dijo ella, sabiendo que el nunca lo entenderia.

Ethan habia dejado a su familia y su modo de vida sin mirar atras. Lena nunca podria hacerle eso a Sibyl.

– Si cambias de opinion…

– Nan volvera pronto -le dijo Lena-. Mas vale que te vayas.

– De acuerdo -asintio Ethan, comprendiendo-. Ya nos veremos, ?de acuerdo?

Lena no contesto.

El le hizo la misma pregunta que habia hecho ella.

– ?Te vere por aqui?

Sus palabras quedaron suspendidas en el aire como la niebla. Ella le miro, se fijo en sus tejanos holgados y su camiseta negra, su diente desportillado y sus ojos azules, muy azules.

– Si -dijo Lena-. Nos veremos.

Ethan empujo la puerta para cerrarla, pero el pomo no giro. Lena se levanto y arrastro una silla hacia la puerta, apoyandola bajo el pomo para que no se abriera. Nunca podria volver a hacer eso sin pensar en Richard Carter.

Fue hacia el cuarto de bano. Al verse reflejada en el espejo del lavabo se dijo que tenia mejor aspecto. Las magulladuras del cuello habian adquirido un color amarillo verdoso, y el corte de debajo del ojo ya tenia costra.

– ?Lena? -pregunto Nan.

Oyo que la puerta golpeaba la silla cuando Nan intento abrirla.

– Un momento -dijo Lena, abriendo el botiquin.

Sacudio la tabla del fondo, que estaba suelta, y saco su navaja. Aun habia rastros de sangre en el mango, pero la lluvia la habia borrado casi por completo. Al sacar la hoja, vio que la punta se habia partido. Con cierto pesar, Lena comprendio que no podria quedarsela.

La silla volvio a golpear el pomo. La voz de Nan era de preocupacion.

– ?Lena?

– ?Voy! -grito Lena.

Cerro la navaja con un chasquido, guardandosela en el bolsillo trasero antes de abrirle la puerta a Nan.

***
,

[1] Aves y cerdos. (N. del T.)

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