(y Tuli, tambien) vivian en Washington y trabajaban en el programa de control del tiempo del Gobierno. Ted habia sentado la cabeza, siguiendo las directrices de uno de los mayores cientificos de la nacion, y veia como nuestros anos de lucha se convertian en un logro solido y perfecto.

Los delegados de las N. U. se reunieron en un pabellon especial al aire libre, construido a lo largo de las orillas del Potomac para esta ceremonia. Gente clave del Departamento de Meteorologia y del Congreso y del Gobierno estaba entre el publico. Mas alla de los asientos puestos en la hierba para los delegados y huespedes e invitados, una enorme multitud se agrupaba y escuchaba al Presidente.

Porque la tecnologia — decia -, es a la vez un constante peligro y una constante oportunidad. A traves de la tecnologia, el hombre ha alcanzado el poder para destruirse a si mismo, o el poder para unir este planeta en paz y libertad… libertad de la guerra, del hambre y de la ignorancia.

'Hoy nos reunimos para senalar un nuevo paso en el uso pacifico del creciente conocimiento tecnico del hombre: el establecimiento de la Comision de las Naciones Unidas para el Control Planetario del Tiempo…

Como la victoria de Ted sobre el Huracan Omega, esto era solo el primer paso. Hasta el total control del tiempo y la total solucion de los problemas humanos entranados, quedaba todavia a mucha distancia. Pero hablamos empezado a recorrer el camino adecuado.

En el bolsillo de mi chaqueta tenia una carta del Secretario General de las N. U. pidiendome que ingresase en el personal de la Comision de Control Planetario del Tiempo. Sabia que Ted recibio una carta semejante y que Tul la recibiria pronto.

Mientras permaneciamos sentados juntos, escuchando al Presidente, una gentil brisa nos acaricio, agitando los arboles color llama y templando el calor del sol. Era una tarde estupenda, animosa, de otono: un cielo azul brillante, un sol radiante, bocanadas ocasionales de algodonosas nubes redondas, cumulos de buen tiempo. Un dia perfecto para una ceremonia al aire libre.

Era natural.

FIN
Вы читаете Los fabricantes del tiempo
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×