solucion. Si las artes adivinatorias predijesen el futuro, todos los adivinos serian ricos, felices y estarian casados.
El discipulo se acerco al maestro: -Durante anos he buscado la iluminacion -dijo-. Siento que estoy cerca. Quiero saber cual es el paso siguiente. -?De que vives? -le pregunto el maestro. -Todavia no he aprendido a ganarme la vida; me ayudan mi padre y mi madre. En cualquier caso, es un detalle insignificante. -El paso siguiente es mirar al sol durante medio minuto -dijo el maestro. El discipulo obedecio. Al acabar, el maestro le pidio que describiese el campo a su alrededor. -No puedo verlo, el brillo del sol cego mis ojos -respondio el discipulo. -Un hombre que solo busca la Luz, y deja sus responsabilidades a los demas, acaba por no encontrar la iluminacion. Un hombre que mantiene sus ojos fijos en el sol acaba por quedarse ciego -comento el maestro.
Un hombre caminaba por un valle de los Pirineos cuando se encontro con un viejo pastor. Compartio su comida con el y pasaron un largo rato conversando sobre la vida. El hombre decia que, si creyese en Dios, tendria que creer tambien que no era libre, ya que Dios dirigiria cada uno de sus pasos. Entonces el pastor lo llevo hasta un desfiladero donde se podia escuchar, con toda nitidez, el eco de cualquier ruido. -La vida son estas paredes y el destino es el grito de cada uno -dijo el pastor-. Todo aquello que hagamos sera llevado hasta Su corazon, y nos sera devuelto de la misma forma. «Dios acostumbra a actuar como el eco de nuestras acciones.»
El discipulo dijo al maestro: -He pasado gran parte del dia pensando cosas que no debia pensar, deseando cosas que no debia desear, haciendo planes que no debia hacer. El maestro invito al discipulo a dar un paseo por el bosque cercano a su casa. Por el camino, senalo una planta y le pregunto al discipulo si sabia que era. -Belladona -respondio el discipulo-. Puede matar al que coma sus hojas. -Pero no puede matar al que simplemente las contempla -dijo el maestro-. De la misma manera, los deseos negativos no te pueden causar dano alguno si no te dejas seducir por ellos.
Entre Francia y Espana hay una cadena de montanas. En una de esas montanas, hay una aldea llamada Argeles. En esa aldea, hay una ladera que lleva hasta el valle. Todas las tardes, un anciano sube y baja esa ladera. Cuando el viajero fue a Argeles por primera vez, no se fijo en nada. La segunda vez vio que se cruzaba con un hombre. Y cada vez que iba a aquella aldea, se fijaba en mas detalles, la ropa, la boina, el baston, las gafas. Hoy en dia, siempre que piensa en la aldea, tambien piensa en el viejecito, aunque el no lo sepa. El viajero converso con el en una unica ocasion. A modo de broma, le pregunto: -?Cree que Dios vive en estas montanas que nos rodean? -Dios vive -respondio el viejecito- en los lugares en los que lo dejan entrar.
Una noche, el maestro se reunio con los discipulos, y les pidio que encendiesen una hoguera para que pudiesen conversar en torno a ella. -El camino espiritual es como el fuego que arde ante nosotros -dijo-. El hombre que desee encenderlo ha de soportar el humo desagradable, que hace que la respiracion sea dificil y que produce lagrimas en los ojos. Asi es la reconquista de la fe. -Sin embargo, una vez que el fuego esta encendido, el humo desaparece, y las llamas lo iluminan todo, dandonos calor y calma. -?Y si alguien encendiera el fuego por nosotros? -pregunto uno de los discipulos-. ?Y si alguien nos ayudase a evitar el humo? -Si alguien hiciese eso, seria un falso maestro que puede dirigir el fuego a su voluntad, o apagarlo en el momento que quiera. Y como no enseno a nadie a encenderlo, puede dejar el mundo entero a oscuras.
Una amiga tomo a sus tres hijos y decidio irse a vivir a una pequena hacienda en el interior de Canada. Queria dedicarse solo a la contemplacion espiritual. En menos de un ano, se enamoro, se caso otra vez, estudio las tecnicas de meditacion de los santos, lucho por un colegio para sus hijos, hizo amigos, hizo enemigos, descuido su tratamiento bucal, tuvo un absceso, hizo autostop bajo tempestades de nieve, aprendio a arreglar el coche, a descongelar las tuberias, a estirar el dinero de la pension para llegar hasta fin de mes, a vivir del subsidio de desempleo, a dormir sin calefaccion, a reirse sin motivo, a llorar de desesperacion, a construir una capilla, a hacer reparaciones en casa, a pintar paredes, a dar cursos sobre contemplacion espiritual. -Finalmente comprendi que la vida en oracion no significa aislamiento -dijo-. El amor de Dios es tan grande que hay que compartirlo.
– Cuando empieces tu camino, encontraras una puerta con una frase escrita en ella -dice el maestro-. Vuelve y dime que dice esa frase. El discipulo se entrega en cuerpo y alma a la busqueda. Un dia ve la puerta y vuelve junto al maestro. -Estaba escrito al comienzo del camino: «Esto no es posible» -dice. -?Donde estaba eso escrito, en un muro o en una puerta? -pregunta el maestro. -En una puerta -responde el discipulo. - Pues pon la mano en la manecilla y abre. El discipulo obedece. Como la frase esta pintada en la puerta, se va moviendo con ella. Con la puerta totalmente abierta, ya no puede leer la frase, y sigue adelante.
Dice el maestro: Cierra los ojos. Ni tan siquiera necesitas cerrar los ojos, basta con que imagines la siguiente escena: una bandada de pajaros volando. Vale, ahora dime cuantos pajaros ves, ?cinco, once, diecisiete? Sea cual sea la respuesta, y practicamente nadie puede decir el numero exacto, algo queda claro tras esta pequena experiencia. Puedes imaginar una bandada de pajaros, pero el numero de aves escapa a tu control. Sin embargo, la escena era clara, nitida, exacta. En algun lugar hay una respuesta para esta pregunta. ?Quien especifico el numero de pajaros que debia aparecer en la escena? No fuiste tu.
Un hombre decidio visitar a un ermitano que vivia cerca del monasterio de Sceta. Despues de caminar sin rumbo por el desierto, acabo encontrando al monje. -Necesito saber cual es el primer paso que hay que dar en el camino espiritual -dijo. El ermitano lo llevo hasta un pequeno pozo y le pidio que mirase su reflejo en el agua. El hombre obedecio, pero el ermitano empezo a tirar piedras al agua e hizo que la superficie se moviese. -No podre ver bien mi rostro mientras usted siga tirando piedras -dijo el hombre. -Del mismo modo que es imposible para un hombre ver su rostro en aguas turbulentas, tambien es imposible buscar a Dios si la mente esta ansiosa con la busqueda -dijo el monje-.Este es el primer paso.
En la epoca en que el viajero practicaba meditacion zen budista, habia un momento en el cual el maestro iba hasta la esquina del
Un paciente de treinta y dos anos busco al terapeuta Richard Crowley. -No consigo dejar de chuparme el dedo -dijo. -No se acostumbre a ello -respondio Crowley-.Pero chupese un dedo distinto cada dia de la semana. A partir de ese momento, cada vez que el paciente se llevaba la mano a la boca, se veia instintivamente obligado a escoger el dedo que debia ser objeto de su atencion ese dia. Antes de que acabase la semana, estaba curado. -Cuando el mal se convierte en un habito, es dificil lidiar con el -dice Richard Crowley-.Pero cuando nos exige nuevas actitudes, decisiones, elecciones, entonces nos concienciamos de que no vale la pena tanto esfuerzo.
En la antigua Roma, un grupo de hechiceras conocidas como las Sibilas escribio nueve libros que contaban el futuro de Roma. Le llevaron los nueve libros a Tiberio. -?Cuanto cuestan? -pregunto el emperador de Roma. -Cien monedas de oro -respondieron las Sibilas. Tiberio, indignado, las expulso. Las Sibilas quemaron tres libros y volvieron. -Siguen costando cien monedas -dijeron. Tiberio se rio y no acepto. ?Pagar por seis libros lo mismo que pagaria por nueve? Las Sibilas quemaron otros tres libros y volvieron con los tres restantes. -Siguen costando cien monedas de oro -dijeron. Tiberio, mordido por la curiosidad, acabo pagando,