– Si.
Se aparto de la chimenea y volvio sobre la pregunta de ella.
– Hay pruebas suficientes para condenar a uno y otro, pero el verdadero problema es que tambien hay pruebas suficientes para condenarlos a los dos. -Penso con repugnancia en el espectaculo que montarian los medios: sangre y muerte y sexo ilicito entre jaulas de pajaros. Todo y mas de lo que un publico avido de morbo podia devorar-. Aunque no es probable.
– ?Tu le crees a el? -pregunto Paola.
Brunetti tardo en responder.
– Me gustaria creerle. -Y, tras una pausa aun mas larga, anadio-: O eso me temo.
Paola espero hasta asegurarse de que el habia terminado y dijo:
– Vamos a la cama.
Brunetti, despierto en la cama, contemplaba el lejano Ortler que refulgia en su soledad.
– Mi talisman -dijo abrazandose a su mujer, y se durmio.
Donna Leon
![](/pic/2/9/9/1/7//pic_2.jpg)
![](/pic/2/9/9/1/7//pic_3.jpg)