trabajo tratar con los cadaveres que se les plantan en su terreno. Quiero meterme entre las rocas que hay alli.
Camino hasta el final del sendero, mientras las sombras del camuflaje manchaban su armadura, recortando el contorno de su figura hasta que parecio que el mismo se convertia en otra porcion irregular y rota del lugar por el que andaba.
Entonces emergio a la luz estelar, y su traje destello con los reflejos frios y puros.
—Hawks —dijo Barker con voz distante—, estoy ante la escotilla.
—Buena suerte, Barker.
Hawks ascendio por las rocas hasta que comenzo a jadear. Luego se detuvo, bien plantado en el suelo. Alzo el rostro al cielo, y las estrellas refulgieron contra el cristal. Tomo una detras de otra cortas bocanadas de aire, cada vez con mayor rapidez. Le lagrimearon los ojos. Parpadeo con fuerza, repetidamente.
—No —comento—. No, no caere en eso. —Volvio a parpadear una y otra vez, y anadio—: No te temo. Algun dia, yo, u otro hombre, te cogera en su mano.
6
Hawks T se paso el traje interior de color naranja por la cabeza y se quedo de pie al lado de la mesa donde se vestian, solo con los pantalones, mientras se quitaba el talco del rostro y del pelo. Las costillas le sobresalian bastante de la piel.
—Deberia salir a tomar el sol, Hawks —le dijo Barker, sentado sobre el borde de la mesa, observandole.
—Si —repuso distraidamente Hawks, mientras pensaba que no tenia modo alguno de saber si, realmente, en la granja habia tenido sobre la cama una manta lisa o una estampada—. Bueno, quiza lo haga. Seguro que podre encontrar un poco mas de tiempo ahora que todo sera mas rutinario. Tal vez vaya a nadar con una muchacha a la que conozco o algo asi. No lo se.
Habia una nota arrugada en la mano izquierda, mojada por el sudor, en el lugar donde la habia puesto antes de que le introdujeran en el traje la primera vez. La cogio con cuidado, tratando de abrir los pliegues sin romperla.
—?Recuerda mucho de lo que nos sucedio en la Luna despues de salir de la formacion? —le pregunto Barker.
Hawks nego con la cabeza.
—No, perdi el contacto con Hawks L poco despues. Y, por favor, intente recordar que nosotros jamas hemos estado en la Luna.
Barker se rio.
—Muy bien. Pero, ?cual es la diferencia entre estar alli y recordar haber estado alli?
—No lo se —farfullo Hawks, concentrado en la nota—. Quiza la Marina nos proporcione un informe de lo que Hawks L y Barker L hicieron despues. Puede que eso nos diga algo. Yo creo que lo hara.
Barker se echo a reir de nuevo.
—Es usted un pajaro raro, Hawks.
Hawks le miro de soslayo.
—Eso me resume, ?verdad? Yo no
—De
Hawks ya no le prestaba atencion. Finalmente consiguio abrir la nota y leer el borroso mensaje sin demasiada dificultad, ya que se trataba de su propia escritura y, de cualquier modo, el ya sabia lo que ponia. Decia:
«Dale mis recuerdos a ella».
El laberinto de la Luna
Ultramar Editores
Titulo original:
Traduccion: Elias Sarhan
Portada: Antoni Garces
1a edicion: Marzo, 1991
© 1960 by Algis Budrys
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Revision 1?: Centurion, noviembre 2002