de mi madre y dijo que parecia poseer un caracter firme. Ella no se comporto ni por un instante como una borracha o una desarrapada. El juez tambien se inclino por mi madre. Emitio una orden formal. Senalaba a la querellante y al demandado que no se molestasen de ninguna manera el uno al otro. Dijo a mi padre que no rondara el apartamento de mi madre y mucho menos que irrumpiera en el. Le dijo que pasara a recogerme y a dejarme y que el resto del tiempo se mantuviera alejado.
La orden tenia fecha 29/2/56. Mi madre estaba a dos anos y cuatro meses vista del sabado noche. Las notas y registros catalogaban su vida en mala alianza. Podia dar la investigacion por exitosa. Sabia una cosa mas alla de toda duda. Ignoraba quien habia matado a mi madre. Pero sabia como habia llegado a King's Row.
31
No bastaba. Era una pausa momentanea y un punto de partida. Tenia que saber mas. Tenia que saldar mi deuda y obtener aquello que me pertenecia. Mi voluntad de mirar y aprender aun era fuerte y estaba perversamente sintonizada. Era mi padre, asomado a la ventana del dormitorio de mi madre. No queria que terminase. No queria dejar que terminase. No queria perderla otra vez.
King's Row no era mas que una ventana que se abria hacia atras. El Hombre Moreno no era mas que un testigo con unos cuantos recuerdos. Yo era un detective sin sancion oficial y sin reglas sobre pruebas que me limitaran. Podia dar por ciertas insinuaciones o rumores. Podia recorrer su vida a mi propia velocidad mental. Podia demorarme en Tunnel City y en El Monte y en todos los puntos intermedios. Podia envejecer mientras buscaba. Podia temer mi propia muerte. Podia revivir sus domingos en aquella iglesia junto a las vias del ferrocarril. Alli se predicaban reuniones celestiales. Podia aprender a creer en ellas. Podia dejar a un lado mi busqueda por un designio divino y esperar el momento en que fijaramos la mirada en una nube.
No sucederia. Ella se alejo de aquella iglesia. Acudia a ella a punta de pistola. Se sentaba en el banco y sonaba. La conozco lo suficiente para dar eso por seguro. Me conozco lo suficiente para declarar que nunca dejare de mirar.
No permitire que esto termine. No volvere a traicionarla ni a abandonarla.
James Ellroy