Madrid'.

La palabra Madrid parecio cosquillear al camarada Montaraz, que en esos casos hacia crujir un cacahuete o se pasaba la mano por la cicatriz de la mejilla izquierda. Era un enamorado de la capital de Espana, lo mismo que Matias. 'Mi mujer es una especie de chotis elegante, aficionada a los toros, como yo. Por cierto, has visto torear a Manolete? Pues, a lo que ibamos… No se si Maria Fernanda conseguira adaptarse a esta Gerona de tus amores. Asi, de entrada, te dire que lo veo dificil, pese a sus hermosos campanarios'.

– Has dicho que estas aficionado a los toros?

– Si, y a la caza. Todos los albacetenses somos cazadores, mientras no se demuestre lo contrario. A mi me interesa la pieza mayor, y supongo que por aqui, por los Pirineos, podre matar algun jabali que otro, e incluso algun lobo.

– No te dedicaras a matar pajaros!

– Los he matado por centenares…

– Cuando regrese Mateo, te arreglara las cuentas.

El camarada Davila conocio, como no!, a Maria Fernanda, y con solo un dialogo breve y cordial dudo, en efecto, de que se aclimatara en Gerona. El apellido Bustamante sonaba a ABC. Sin embargo, la mujer estuvo de lo mas brillante. Al parecer se reia mucho con su marido, con las manias de su marido.

– Ya te habra hablado de los toros, verdad? Oh, claro! Manolete, el no va mas… Y seguro que te ha hablado de la cinegetica! Si, Jesus, a pesar de este nombre, no puede vivir sin disparar alguna de sus escopetas. Te ha hablado de las cacerias del Caudillo?

– Pues, no…

– Ah, claro, nunca ha sido fanfarron. Pero la verdad es que, a traves de Giron, ha ido a cazar dos veces al lado de Franco… -Maria Fernanda miro a su marido y concluyo-: Supongo que no es ningun secreto profesional, verdad?

– No, claro que no! Pero tampoco tiene tanta importancia.

El camarada Davila se quedo con la boca abierta.

– Hazme un resumen de Franco, te lo ruego!

El camarada Montaraz tardo un minuto en contestar.

– Pues, para resumirlo de la mejor manera, te dire que en el mas amplio sentido de la palabra es un excelente cazador, que lo mismo gana una guerra que se rie leyendo ' La Codorniz'…

* * *

El camarada Davila quiso evitar que su marcha fuera calificada de triunfal. Dirigio a toda la provincia una alocucion radiofonica, en la que se despedia de todo el mundo y agradecia su lealtad a todos cuantos, en la ciudad y en los pueblos, le hubieran prestado su colaboracion. Luego se celebro un acto sobriamente solemne en el teatro Municipal, que estaba lleno hasta la bandera: la bandera de Espana. Alli presento a su sucesor, sobre el que confluyeron todas las miradas. Se permitio una pequena broma. Al final de su discurso apostillo: 'Estoy seguro de que saldreis ganando'.

El camarada Montaraz, que tenia una voz acorde con el vello de su espalda, fue muy escueto. No le iban los discursos. Quiso relajar el ambiente y lo consiguio. 'No quiero deciros que tendre las puertas abiertas para todo el mundo, pero si que ayudare a quien sea en todo aquello que considere justo'. 'Por lo demas, sabed que no me gustan los regalos, pese a que colecciono relojes de pared, porque quiero saber siempre la hora exacta'. Luego hizo hincapie en los momentos criticos que atravesaba el pais, alegando que nadie tenia la culpa de que poco despues de la guerra civil hubiera estallado la guerra mundial. 'Hasta ahora el Caudillo ha conseguido el milagro de mantenernos al margen; os doy mi palabra de que, gracias a su patriotismo, ganaremos tambien la batalla de sobrevivir'.

El camarada Davila se despidio de las autoridades -todas estaban presentes en el escenario-, poniendo un calculado enfasis en la Voz de Alerta, por ser el alcalde. ' La Voz de Alerta' se sintio halagado y no supo si tenia que levantarse y sonreir. Por ultimo, cuando los presentes suponian que el acto habia terminado, el camarada Montaraz se acerco al obispo y haciendo una reverencia le beso el anillo. El obispo le correspondio con una bendicion, y estaba a punto de iniciar el canto del Credo; pero en ese momento el camarada Davila inicio el Cara al sol, y el publico se puso en pie y prorrumpio a seguido en los gritos de rigor.

* * *

Los Davila abandonaron Gerona, rumbo a Santander, y el tiempo cuidaria de juzgar su labor. Y pronto los Montaraz completaron el trio: llego, una semana despues, Angel, con un equipaje muy escueto, pues no sabia si iba a quedarse o no en Gerona. Trabajaba en el taller de un arquitecto madrileno, Nemesio Valles, aunque ardia en deseos de establecerse por su cuenta. Sus padres, logicamente, deseaban que se quedara; pero tampoco querian hipotecar su porvenir. El camarada Montaraz, que en aquellas jornadas habia cumplimentado personalmente, una a una, a las autoridades -sin excluir al padre Forteza, a mosen Alberto y a Agustin Lago-, se habia enterado, por boca de la Voz de Alerta, de que faltaban arquitectos en Gerona, puesto que los dos mas conspicuos, Ribas y Massana, que antes y durante la guerra fueron los amos, se habian exiliado y se encontraban trabajando en Mejico. Su puesto no habia sido cubierto por nadie, y era la ocasion para un muchacho con ideas nuevas y profesionalmente audaz.

Angel dio largas al asunto. Antes queria conocer un poco la ciudad, y tambien la Costa Brava. La Costa Brava, a juzgar por la voz popular, era una maravilla y a buen seguro que alli, tarde o temprano, los 'nuevos ricos' querrian construirse su torre o chalet, aunque los tiempos parecian mas propicios para los bloques-colmena, que el detestaba cordialmente, puesto que se consideraba 'urbanista'. Curiosamente, quienes mayormente le aconsejaron que se quedara fueron el profesor Civil y Marta. Marta le dijo: 'Es tu ocasion. Esta provincia, y te doy mi palabra de que la conozco a fondo, saca de las piedras pan y, efectivamente, el puesto de Ribas y Massana, que llevaban mandil, no lo ha ocupado nadie'. En cuanto al profesor, era partidario de una inyeccion juvenil, y Angel rebosaba vitalidad por todos los poros. 'Prueba a ver. Si eres competente, te abriras camino, y ello al margen de la politica. Toda la provincia a tu disposicion, y no solo la Costa Brava. El Pirineo no solo sirve para cazar, sino que es de prever que tambien en la montana se levantaran urbanizaciones. Te buscas un taller en un atico, con mucha luz y le dices a tu querido maestro Nemesio Valles que el medico te ha aconsejado un cambio de aires'.

Angel prestaba oido a todo el mundo, y tambien a su propio corazon. Visito el barrio antiguo. No levanto el brazo ante las escalinatas de la catedral, porque no queria asociar el ritual de la Falange con el de la Iglesia; pero se entusiasmo. San Felix le pego tambien una estocada, lo mismo que los Banos Arabes y las murallas, pero acabo rumiando para si 'que no era valido vivir de los antepasados'. Desde Montjuich contemplo los tejados de la ciudad y la interminable planicie hasta Rocacorba; en efecto, sobraba terreno para edificar, si el gobierno daba un empujon o se lo daban los millonarios de turno. A sus padres les dijo: 'Esperare a ver… Me quedare un mes con vosotros y tomare una decision'.

– Quedate, por favor, Angel! -le suplico Maria Fernanda.

– Dejalo -corrigio el camarada Montaraz-. No te has dado cuenta de que ya no lleva chupete?

No, Angel era todo lo contrario de un chaval sin experiencia, aunque con la guerra se quedo en Roma al lado de su madre, sin entrar en Espana para luchar. Y es que, estaba harto de Espana, de sus defectos, de la guerra civil y de cualquier otra guerra. A gusto se hubiera quedado en Italia, donde aprendio a reverenciar las monumentales obras propiciadas por el Duce. Era profascista, siempre y cuando el fascismo se desarrollara, como habia pretendido el conde Ciano, por medios pacificos. Detestaba a Hitler y no le gustaba ni pizca la arquitectura nazi, oficial. 'Es una arquitectura pesada, que no parece flotar en el aire, como debe ser'. Discutia con su padre acerca de Jose Antonio, porque este hablo de punos y pistolas, y asimismo acerca de Franco, porque Angel pretendia saber que el Caudillo no movio jamas un dedo para salvar la vida del Fundador. 'Tuvo muchas oportunidades para canjearlo por prisioneros republicanos, y no dijo nunca ni pio'.

Angel era, a la vez, solteron y mujeriego. Bajo y rechoncho, no se parecia en absoluto a los rascacielos, que en realidad estimaba como la arquitectura del porvenir, por lo cual militaba en favor de los Estados Unidos. No queria casarse. En muchas noches en que le ganaba el insomnio, la vida se le antojaba absurda, por lo que se prometio a si mismo no tener hijos. Llevaba el reloj de pulsera en la mano derecha, pese a que alguien, sin venir

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