El abogado de Neguezt le envia una fotografia y un escueto mensaje: «Mi cliente quiere que usted tenga esto.» Es la imagen de tres jovenes sonrientes, la blancura de sus dientes resplandece como los colores de sus tunicas. Al fondo, un paisaje reseco en el que una solitaria acacia tiende sus ramas hacia el infinito vacio.

Reconoce a Neguezt y no tiene que preguntarse quienes son las otras. Gran asunto, la era digital, la facilidad con que nos llega el pasado.

Toma su movil sin desenchufarlo, manipula el teclado. Ahi esta otra parte del pasado: mas reciente. Un pasado que no habria podido cumplirse si a Iennku y Setota no les hubieran segado la esperanza.

Diana Dial marca el numero del celular de Tariq. Funcionara, esta segura. Le manda la fotografia de Cora Asmar y Salvador Matas a traves del telefono.

Se queda ahi sentada, ante su escritorio. Mece la cuna vacia. Y espera.

Cinco minutos despues, suena el telefono. Recuerda que si habla mientras el aparato se carga puede darle un calambre. Maquinalmente arranca el cargador.

– Estan en el piso de el -dice, antes de que el otro hable-. Y no espera un bebe tuyo ni de nadie

– No he podido hablar con ella, ni siquiera usando un prepago… -La voz de Tariq suena rota-. Ahora lo entiendo. Ellos… Yo, yo… No tengo a nadie. Solo a usted.

Diana sonrie.

– Eso es, hijo. Se van. Manana, en un Mercedes Cupe rojo. Se marchan a Damasco. Con los veinte millones de dolares que han obtenido gracias a ti, sacandoselos a la vieja Asmar.

Silencio, al otro lado.

– ?Tariq? -Sabe que el otro sigue ahi.

Finalmente, responde:

– ?Lo tenian planeado desde el principio?

– Desde el principio, Tariq. Te utilizaron. -Pausa-. ?Mataste al embajador?

– Cora me juro que iba a denunciarnos, que sabia lo nuestro. Lo senti. Era un buen hombre…

– Iennku y Setota tampoco merecian morir.

– ?Quienes son? -pregunta el joven, desconcertado.

– Las criadas de Asmar. Puede que a ti no te importen, pero a mi si. Incluso tu me importas, mi pobre Tariq. La pareja se larga a disfrutar de su amor y del dinero. Tu, aqui, con la policia detras.

– Eso no es problema. Se donde esconderme. Ya te dije que tengo amigos.

– Lo se, querido Tariq. Lo se. Como se que haras algo para que nunca lleguen a Damasco, ?lo haras? Claro que si. Y esta vez no habra danos colaterales. ?Me explico? Eso me lo debes a mi. Solo los culpables deben morir. Graba esta ensenanza mia en tu cerebro. Para ahora. Para siempre.

Corta la comunicacion. Elimina la fotografia de la memoria del telefono. Cora y Salva han dejado de sonreir.

EPILOGO

Martes, 6 de octubre de 2009

Mas que abrazarla, Lady Roxana la estruja. Es una calida bienvenida en el mas que refrigerado aeropuerto de Luxor, en donde el avion de Egypt Air ha aterrizado despues de un viaje de poco mas de cuatro horas, con escala en El Cairo para abastecerse de turistas.

Tras un rato de «Que bien estas» y otros saludos femeninos que tan gratos le resultan a una viajera necesitada de olvido, Diana Dial recibe las palabras que desea que alguien pronuncie.

– ?He pasado tanto miedo! -exclama la otra-. La CNN no deja de dar la noticia; Al Jazira y Al Arabiya, lo mismo.

– ?Que…? -se hace la tonta.

– ?Por Dios, Diana! ?Gracias a Dios que ya estabas volando! ?Otro atentado en Beirut! ?Y esta vez contra espanoles! ?Oh, que contenta estoy de que hayas dejado ese maldito pais para siempre!

El chofer de Lady Roxana se hace con su unica maleta, se meten en el coche.

Poco despues, con un te de menta en la mano, asomada al Nilo, en el mirador de la villa que su amiga posee al lado del hotel Winter, Diana pregunta:

– ?En que consiste ese trabajo que tienes para mi?

Lady Roxane abre los brazos y la tunica amarilla que la cubre se despliega como el sol sobre el rio.

– ?Un crucero a la antigua usanza con muchas, muchas sorpresas! -exclama.

– Cuentame -la alienta Diana.

Mas tarde le pedira ayuda para obtener el visado de Joy, de quien se ha despedido dejandole una carta con instrucciones y un sobre con dinero. «Nos veremos pronto. Liquida el piso. Despideme de Georges. Te llamare. No aguanto este pais.»

De cuanto ha quedado atras, Joy es lo unico que quiere recuperar. Ni siquiera se ha despedido de Fattush.

Algun dia. Algun otro dia.

Maruja Torres

Maria Dolores Torres Manzanera, mas conocida como Maruja Torres, nacio en Barcelona en marzo de 1943. De familia murciana, ejerce como periodista, columnista, escritora y guionista de cine. Comenzo a trabajar a los catorce anos como mecanografa, y acabo siendo secretaria de redaccion de la seccion “Pagina femenina” del diario La Prensa y colaboradora de la revista de cine Fotogramas. Fue enviada especial en los frentes del Libano y Panama para el diario El Pais, periodico para el que tambien es columnista.

En 1986 publico su primera obra: ?Oh, es el! Viaje fantastico hacia Julio Iglesias, enfocado en la figura del cantante con tono humoristico. Su segunda novela, Mientras vivimos, obtuvo el Premio Planeta del ano 2000, y Esperadme en el cielo (2009) obtuvo el Premio Nadal. En la obra autobiografica Mujer en guerra (1999) narra su vida periodistica. Es colaboradora de las revistas Que leer y El espectador.

Si bien no tuvo formacion academica periodistica, ha cultivado todas las areas del periodismo, desde el reportaje de guerra hasta la cronica de sociedad. Son rasgos definidores del estilo de Maruja Torres la agudeza, el humor corrosivo, la parodia de las ideas y las frases hechas, la critica burlona y tambien despiadada dirigida a las mentiras del poder y a la supuesta superioridad que da la riqueza.

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