– Podrian encerrarle quince anos -dijo, con voz preocupada-. Aunque le den por loco, no saldra antes de diez anos.
Me apoye contra la pared de la prision, repentinamente relajado.
– Digale al teniente que hare una declaracion.
En mi imaginacion vi a Sydney revoloteando a mi alrededor, con todo su talento y su bondad. ?Quince anos…, diez anos? Bueno, seria un cambio de ambiente, ?no?
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