jefe con gran experiencia que trabajaba en el juzgado de Gotland desde hacia muchos anos. Con el tiempo, entre Knutas y el habia ido creciendo una confianza solida e inquebrantable. Tenian una larga lista de investigaciones a sus espaldas. Smittenberg habia nacido en Estocolmo, pero se caso con una cantante de Gotland a finales de los anos setenta. Estaba profundamente comprometido con su trabajo y participaba en las reuniones siempre que podia.

– Como todos sabeis, Martina Flochten, la joven holandesa de veintiun anos originaria de Rotterdam, ha sido hallada muerta en Vivesholm -comenzo Knutas-. La encontro esta manana, a las cinco y media, el dueno de una de las casas de veraneo que hay en la zona, un tal Kalle Ostlund. No cabe ninguna duda de que ha sido asesinada y Erik va a describirnos inmediatamente las lesiones que presenta. El forense esta de camino desde Estocolmo y hoy mismo examinara el cuerpo en el lugar donde fue encontrado. Se ha acordonado la zona vallada y en estos momentos se esta peinando con patrullas de perros policia. Tambien estamos buscando huellas en los alrededores de Warfsholm lo mejor que podemos, porque no nos es posible pedir que cierren todo el recinto. Creo que de momento eso es todo.

Hizo una senal con la cabeza a Sohlman, quien se levanto y se coloco junto al ordenador. Proyecto una vista aerea de la zona en la pantalla blanca que ocupaba la pared frontal de la sala.

– Esto es Vivesholm. Los terrenos son de propiedad privada y su dueno es un granjero que suelta a sus vacas a pastar por alli, pero estan abiertos al publico y hay mucha gente que acude para observar las aves o para contemplar las vistas.

– Tambien esta de moda entre los surfistas -intervino Thomas Wittberg-. Yo mismo he estado alli practicando windsurf en varias ocasiones, es un sitio muy chulo.

– Fuera, en el promontorio, hay una pequena area boscosa que esta cercada con una valla. Alli hay otra torre para la observacion de aves.

Sohlman proyecto otra imagen.

– Aqui dentro es donde se hallo el cadaver de Martina Flochten colgando de un arbol. En principio, solo entran alli el granjero y algun que otro amante de las aves que quiere conseguir un mejor punto de observacion desde la torre. Por eso no es raro que hayan pasado varios dias antes de que se encontrara el cuerpo. Vamos a ver las lesiones que presenta. Este asesinato es algo fuera de lo normal.

Algunos se estremecieron en sus sillas cuando aparecio una fotografia de Martina.

– Lo insolito es que al parecer la han asesinado de varias maneras -continuo Sohlman pensativo-. La victima ha sido estrangulada y apunalada. Mi experiencia me dice que el asesino primero la colgo de la soga y luego la apunalo. El propio aspecto de la incision indica que con toda probabilidad fue realizada cuando la victima ya estaba muerta. Puesto que el cuerpo no presenta otras lesiones, todo parece indicar que el agresor la pudo seccionar con toda tranquilidad, por decirlo de alguna manera. La joven no ha opuesto resistencia. Ademas hay otra cosa.

Sohlman hizo una pausa retorica y miro atentamente a sus colegas.

– Tampoco es seguro que muriera ahorcada. Algunas senales inducen a pensar que ya estaba muerta cuando la colgaron del arbol.

– ?Que senales? -pregunto Knutas asombrado.

– Como he dicho, esto son solo suposiciones, el analisis cien por cien fiable se lo dejo con gusto al forense. Pero he presenciado otros casos de personas que se han suicidado colgandose de una soga y, por lo tanto, han muerto al dar una patada a la silla o a lo que tuvieran debajo y la cuerda los ha estrangulado. El muerto presenta ciertas lesiones especiales. Se trata de moratones en el surco de la soga alrededor del cuello y hemorragias en la base de la musculatura proxima a la clavicula. Esos signos de vitalidad, que asi se llaman, son faciles de descubrir, cuando se tiene experiencia se ven inmediatamente. Martina no presenta tales senales. Hay algo que no encaja.

Karin miro sorprendida al perito.

– Eso significaria, por tanto, que el asesino no se ha contentado con matar a Martina de una manera sino de varias, de las cuales la horca y el corte en el vientre son dos. ?Que fue entonces lo primero que acabo con su vida?

Siguio un silencio tenso. Wittberg fue el primero en tomar la palabra.

– Una cosa es que un asesino utilice una violencia extrema, por ejemplo cuando tras un apunalamiento continua dandole tajos sin sentido aunque la victima ya este muerta, o le dispara una cantidad de tiros innecesaria. Eso es algo que sucede en un acceso de furia, si el asesino esta bajo el efecto de las drogas o si se ha vuelto loco sencillamente. Pero en este caso parece que se trata de algo diferente.

– Parece un asesinato ritual -balbucio Knutas mientras observaba las fotos.

– Si -convino Birger Smittenberg-. El agresor debio de tomarse su tiempo para tranquilizarse entre los diferentes pasos.

– ?Y el motivo? -dijo Karin pensativa-. Tenia un proposito manifiesto al asesinarla de varias formas. Eso simboliza algo. La forma de actuar se asemeja de alguna manera a una practica ritual, como dice Anders. Ademas, cabe preguntarse tambien por que esta desnuda y que significa eso.

– No hay ningun signo externo de agresion sexual, pero la autopsia demostrara si la violaron. Aunque esta claro que el hecho de que no tenga nada de ropa hace pensar en un movil sexual.

– ?Que huellas habeis encontrado? -pregunto Wittberg.

– Hasta ahora, no muchas -respondio Sohlman-. Estamos recorriendo todo el cabo que, como sabeis, es bastante grande.

– Seguimos interrogando a todos los vecinos -intervino Knutas-. Esperemos que aporten algo.

– ?Cuantas casas hay ahi abajo? -pregunto Smittenberg.

– Alrededor de veinte.

– ?La muerte se produjo en el lugar donde ha aparecido?

– No lo sabemos aun -dijo Sohlman-. Yo no he visto rastro de lucha por los alrededores, aunque, por otra parte, tampoco hemos tenido tiempo de inspeccionarlo detenidamente. El forense tiene que examinar el cadaver antes de que podamos mover el cuerpo. Teniendo en cuenta que ya ha comenzado el proceso de descomposicion, calculo que llevara muerta dos o tres dias. De momento, no puedo ser mas preciso, pero es probable que fuera asesinada en la noche del sabado al domingo. Es casi imposible adentrarse en la zona boscosa con un vehiculo, asi que, si la asesino primero en otro lugar, probablemente tuvo que cargar con ella. Son doscientos metros por lo menos con ella a cuestas, lo cual significa que tendremos que vernoslas con un tipo forzudo. Martina no era precisamente pequena, era alta y musculosa.

– Eso me lleva a pensar en el caballo degollado en Petesviken -dijo Karin-. Si existe alguna relacion. Aquello tambien parecia un ritual.

– Trataremos logicamente de investigar las similitudes entre ambos casos -senalo Knutas-. Tenemos que averiguar mas cosas del pasado de Martina Flochten. ?Quien era? ?Que hizo las semanas anteriores a su muerte? ?Paso algo raro? ?Cambio su forma de comportarse? ?Y como era realmente como persona? ?Puedes ocuparte de ello, Karin?

– Claro.

– Tambien es importante que hablemos enseguida con todos y cada uno de los propietarios de las casas proximas a Vivesholm y, en particular, con los huespedes que se alojaron en el hotel durante el fin de semana. Thomas, tu puedes hacerte cargo de eso. Hay que interrogar tambien a todos los arqueologos, tanto a los alumnos que participan en el curso como a los profesores y al personal de la universidad. Ademas, me aterra pensar que los medios de comunicacion se enteren de esta connotacion ritual, no digais nada de ello, a nadie. A nadie, ?entendido?

Knutas miro seriamente a sus colegas sentados alrededor de la mesa.

– Si esto sale de aqui estamos perdidos. Entonces tendremos a los periodistas detras de nosotros todo el santo dia. Se levanto.

– Esta tarde a las cuatro daremos una rueda de prensa, Lars y yo nos ocuparemos de ella.

Staffan Mellgren parecia desolado cuando Knutas bajo a recibirlo a la recepcion. Tenia el rostro demacrado y los ojos enrojecidos y brillantes. Todo el rezumaba nerviosismo y llevaba la ropa tan arrugada que podria pensarse que habia dormido con ella puesta. Subieron hasta el despacho de Knutas, donde pudieron sentarse tranquilos. Mellgren rehuso la taza de cafe que le ofrecio el comisario.

– ?Que tal esta? -le pregunto Knutas cuando se sentaron en su despacho, el uno enfrente del otro.

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