Aparecio un policia en el monticulo frente a ellos, extendia la cinta de plastico de acordonar azul y blanca. Annika corrio hacia la verja y oyo a Bertil Strand caminar con pasos cortos y pesados tras ella. El fotografo aprovecho los ultimos metros hacia la verja para quitarse la mochila y sacar una Canon y un teleobjetivo. Se hallaban a tres metros de la tela gris cuando Bertil Strand comenzo a disparar una serie de fotografias a traves del follaje. A continuacion el fotografo se separo medio metro y lanzo un disparo mas. El policia de la cinta de plastico grito algo, los hombres de detras de la verja tambien advirtieron su presencia.

– Lo conseguimos -informo Bertil Strand-. Tenemos fotos de sobra.

– ?Joder! -grito el policia con la cinta de plastico-. ?Estamos acordonando la zona!

Un hombre con una camisa hawaiana y pantalones bermudas se acerco hacia ellos desde dentro del cementerio.

– Ahora os teneis que ir -anuncio.

Annika miro a su alrededor y no supo que hacer. Bertil Strand ya se dirigia hacia el camino que bajaba hacia Sankt Goransgatan. Los dos policias, tanto el de atras como el de delante, parecian muy enfadados. Comprendio que pronto tendria que moverse, si no la obligarian. Instintivamente, se dirigio lateralmente hacia el lugar desde donde Bertil Strand habia sacado su primera fotografia.

Miro por entre los barrotes negros de la verja, y alli yacia la joven mujer. Sus ojos miraban fijamente a los de Annika desde una distancia de dos metros. Eran velados y grises. La cabeza estaba echada hacia atras, los brazos reposaban alejados del cuerpo, los antebrazos estaban abiertos sobre su cabeza y una de las manos parecia herida. La boca, completamente abierta como en un grito sin sonido, mostraba unos labios marron oscuro. El cabello se le agitaba ligeramente con la imperceptible brisa. Tenia un gran moraton en el pecho izquierdo y la parte inferior de su abdomen parecia mudar a verde.

Annika registro toda la imagen, nitidamente, en un instante. La aspera dureza de la piedra en segundo plano, la vegetacion apagada, el juego de sombras de las hojas, la humedad y el calor, el repugnante olor.

Entonces un pedazo de tela convirtio la escena en gris. Los policias no cubrian el cuerpo, sino la verja.

– Ya es hora de que se vaya -dijo el policia de la cinta de plastico y poso la mano sobre el hombro de Annika.

?Que convencional!, alcanzo a pensar Annika al tiempo que se daba la vuelta. Su boca estaba completamente seca y noto que todos los sonidos le llegaban desde muy lejos. Se dirigio como flotando hacia el camino donde Berit y Bertil Strand la esperaban detras del acordonamiento. El fotografo parecia aburrido y reprobador, pero Berit casi sonreia.

El policia la siguio con el hombro pegado a su espalda. Tiene que dar mucho calor ir de uniforme un dia como este, penso Annika.

– ?Te dio tiempo a ver algo? -pregunto Berit.

Annika lo confirmo con el gesto y Berit escribio algo.

– ?Hablaste con el inspector de la camisa hawaiana?

Annika nego con la cabeza y paso por debajo de la cinta de acordonamiento con la ayuda interesada del policia.

– Que pena. ?No dijo nada?

– Ahora os teneis que ir -cito Annika y Berit sonrio.

– Y tu, ?como estas? -pregunto esta, y Annika cabeceo.

– Bien, estoy bien. Y es muy probable que fuera estrangulada, los ojos parecian salirse de sus orbitas. Intento gritar antes de morir, tenia la boca abierta.

– Entonces quiza alguien haya oido algo. Luego podemos hablar con los vecinos. ?Era sueca?

Annika sintio que necesitaba sentarse un rato.

– Se me olvido preguntar…

Berit volvio a sonreir.

– ?Rubia, castana, joven, vieja?

– Maximo veinte anos, pelo largo y rubio. Grandes pechos. Seguramente silicona o sal comun.

Berit la miro interrogativamente. Ella se dejo caer sobre la hierba con las piernas cruzadas.

– Los pechos estaban erguidos a pesar de que yacia boca arriba y tenia una cicatriz en la axila.

Annika sintio que su presion arterial desaparecia, apoyo la cabeza sobre las rodillas y respiro hondo.

– No ha sido una vision agradable, ?verdad? -dijo Berit.

– Me encuentro bien -contesto Annika.

Despues de algunos minutos se sintio mejor. El sonido regreso con toda su fuerza y golpeo su cerebro como una fabrica en plena produccion: el trafico zumbando por Drottningholmsvagen, dos sirenas que sonaron a destiempo, gritos que crecian y desaparecian, los disparos de las camaras, un nino llorando.

Bertil Strand se habia unido a la pequena concentracion de prensa que se formo abajo en la entrada, conversaba con el fotografo del Konkurrenten.

– ?Que hacemos? -pregunto Annika.

Berit se sento junto a Annika, estudio sus apuntes y comenzo a bosquejar.

– Debemos partir de la base de que es un asesinato, ?no te parece? Entonces, antes de nada, el articulo debe basarse en la misma noticia. Esto es lo que ha ocurrido, se ha encontrado a una mujer joven asesinada. ?Cuando, donde, como? Debemos buscar a quien la encontro y hablar con el, ?tienes su nombre?

– Un drogadicto, su companero dejo una direccion care of para recibir el dinero por la informacion.

– Intenta localizarlo. El centro de emergencias conoce todos los detalles sobre la llamada -continuo Berit y tacho algo de sus anotaciones.

– Ya los he llamado.

– Bien. Luego debemos conseguir a un policia que hable, el portavoz de prensa nunca dice nada off the record. ?Dijo su nombre el policia de la camisa de flores?

– No.

– Que pena. Enterate de eso tambien, no lo habia visto antes, quiza sea nuevo en la brigada. Ademas tenemos que saber cuando murio la joven y como, si tienen a algun sospechoso, cual va a ser el siguiente paso en la investigacion, en resumen, todos los aspectos policiales de la historia.

– Okey -dijo Annika y anoto algo en su cuaderno.

– Dios, que calor hace. ?Ha hecho alguna vez tanto calor en Estocolmo? -pregunto Berit y se seco el sudor de la frente.

– No se -respondio Annika-. Vivo aqui desde hace solo siete semanas.

Berit saco un Kleenex de su bolso y se seco el cuero cabelludo.

– Bueno, luego tenemos a la victima. ?Quien es? ?Quien la ha identificado? Seguramente tiene familiares en alguna parte que estan totalmente desconsolados, deberiamos considerar la posibilidad de ponernos en contacto con ellos. Hay que conseguir una fotografia de la muchacha viva, ?crees que tenia mas de dieciocho anos?

Annika recapacito y recordo los pechos de plastico.

– Si, seguramente.

– Entonces quiza haya una foto de bachiller, hoy en dia casi todos los jovenes lo acaban y la gorra de graduacion siempre sienta bien. Tambien es importante lo que digan sus amigos y si tenia novio.

Annika escribia.

– Luego contamos con la reaccion de los vecinos. Este lugar esta practicamente en el centro de Estocolmo, en los barrios de alrededor viven mas de trescientas mil mujeres. Un crimen como este influira en cuestiones de seguridad, en la vida nocturna y en la ciudad en general. En realidad eso son dos articulos. Si tu te ocupas de los vecinos yo me encargo del resto.

Annika asintio sin levantar la vista.

– Por ultimo, hay un aspecto mas -continuo Berit y dejo que el cuaderno cayera sobre sus rodillas-. Hace doce o trece anos se cometio un crimen parecido a solo cien metros de aqui.

Annika la miro sorprendida.

– Si no recuerdo mal, se cometio un crimen con agresion sexual contra una joven, en una escalera en la parte norte del parque -explico Berit pensativa-. El asesino nunca fue detenido.

– Dios mio -exclamo Annika-. ?Puede ser la misma persona?

Berit se encogio de hombros.

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