Mathias volvio a su libreria, y Antoine, a su despacho; y los dos amigos se volvieron a encontrar despues de comer delante de la escuela.

Sentados al pie del gran arbol que oscurecia la placita, Antoine y Mathias miraban la campana que anunciaria el final de las clases.

– Valentine me ha pedido que recoja a Emily, ella esta ocupada en el consulado -dijo Antoine.

– ?Por que mi ex mujer llama a mi mejor amigo para pedirle que recoja a mi hija?

– Porque nadie sabia a que hora llegarias.

– ?Ella llega tarde a menudo a recoger a Emily a la escuela?

– ?Te recuerdo que cuando viviais juntos, no llegabas a casa ningun dia antes de las ocho de la tarde!

– ?Tu eres mi mejor amigo o el suyo?

– Cuando dices cosas como esa, consigues que dude sobre si es a ti a quien vengo a buscar a la escuela.

Mathias ya no escuchaba a Antoine. Desde el patio de recreo, una nina le brindaba la sonrisa mas bella del mundo. Con el corazon saliendosele del pecho, el se levanto y su rostro se ilumino con la misma sonrisa. Al mirarlos, Antoine se dijo que solo la naturaleza habia podido imaginar una semejanza tan bella.

– ?De verdad te vas a quedar? -pregunto la nina mientras su padre se la comia a besos.

– ?Te he mentido alguna vez? -No, pero siempre hay una primera vez. -?Y tu estas segura de que no mientes sobre tu edad? Antoine y Louis los habian dejado solos. Emily estaba decidida a descubrirle su barrio a su padre. Cuando entraron de la mano en el restaurante de Yvonne, Valentine los esperaba sentada en el mostrador. Mathias se acerco a ella y la beso en la mejilla, mientras Emily se instalaba en la mesa donde solia hacer sus deberes. -?Estas cansada? -pregunto Mathias, a la vez que se sentaba en un taburete.

– No -respondio Valentine. -Si, estoy seguro, tienes aspecto de estar cansada. -No lo estaba antes de que me preguntaras, pero puedo llegar a estarlo si quieres. -?Ves como lo estas! -Emily esta deseando dormir en tu casa esta noche.

– Pues ni siquiera he tenido tiempo de echarle una ojeada. Mis muebles llegan manana.

– ?No has visto tu piso antes de mudarte?

– No he tenido tiempo, todo se precipito. Tenia muchas cosas que arreglar en Paris antes de venir aqui. ?Por que sonries?

– Por nada -respondio Valentine

– Me gusta cuando sonries asi por nada.

Valentine pestaneo.

– Yo adoro cuando tus labios se mueven asi.

– Ya vale -dijo Valentine con voz dulce-. ?Necesitas que yo te eche una mano para instalarte?

– No, ya me las arreglare. ?Quieres que desayunemos juntos manana? Vamos, si tienes tiempo.

Valentine respiro hondo y le pidio a Yvonne un diabolo frio.

– Puede que no estes cansada, pero en todo caso, estas contrariada. ?No sera porque voy a instalarme en Londres? -repuso Mathias.

– Pues claro que no -dijo Valentine mientras acariciaba con la mano la mejilla de Mathias-, al contrario.

El rostro de Mathias se ilumino.

– ?Como que al contrario? -pregunto el con un hilo de voz.

– Tengo que decirte una cosa -susurro Valentine-, y Emily todavia no esta al corriente de la misma.

Inquieto, Mathias acerco su taburete.

– Me vuelvo a Paris, Mathias. El consul acaba de proponerme la direccion de un servicio. Es la tercera vez que me ofrecen un puesto importante en el Quay d'Orsay. Siempre he dicho que no, porque no queria cambiar de escuela a Emily. Se ha construido una vida aqui, y Louis se ha convertido en un hermano para ella. Ella ya piensa que le quite a su padre, asi que no quiero que me reproche tambien haberle quitado a sus amigos. Si no hubieras venido a instalarte a Londres, probablemente lo hubiera rechazado de nuevo; pero ahora que tu estas aqui, todo cuadra.

– ?Has aceptado?

– No se puede rechazar cuatro veces una promocion.

– ?Esta habria sido la tercera vez, si las cuentas no me fallan-repuso Mathias.

– Creia que lo comprenderias -dijo Valentine con calma.

– Lo que entiendo es que ahora que llego, tu te vas.

– Vas a hacer tu sueno realidad, vas a vivir con tu hija -dijo Valentine sin apartar la mirada de Emily, que estaba dibujando en su cuaderno-. La voy a echar muchisimo de menos.

– Es tu hija. ?Que crees que va a pensar ella?

– Te quiere mas que a nada en el mundo, y ademas, la custodia compartida no tiene por que ser obligatoriamente una semana cada uno.

– ?Insinuas que es mejor si vive tres anos con cada uno?

– Simplemente vamos a cambiar los papeles, tu me la enviaras durante las vacaciones.

Yvonne salio de la cocina.

– ?Todo va bien? -pregunto ella, tras dejar el vaso de diabolo frio ante Valentine.

– ?Formidable! -respondio Mathias vivamente.

Yvonne, dudando, los miro alternativamente y se volvio a sus cazuelas.

– Sereis felices juntos, ?no crees? -pregunto Valentine tras sorber por la pajita.

Mathias estaba haciendo trizas un trozo de madera que salia del mostrador.

– ?Si me lo hubieras dicho hace un mes, todos podriamos haber sido felices… en Paris!

– Venga, ?no crees que todo ira bien? -pregunto Valentine.

– ?Todo ira formidablemente bien! -dijo grunendo Mathias, que acabo de arrancar el trozo de mostrador-. Ya adoro el barrio. ?Y cuando piensas hablar con tu hija?

– Esta tarde.

– ?Formidable! ?Y cuando te vas?

– A finales de semana.

– ?Formidable!

Valentine poso su mano sobre los labios de Mathias.

– Todo saldra bien, ya veras.

Antoine entro en el restaurante y se dio cuenta enseguida de la cara de circunstancias de su amigo.

– ?Estas bien? -pregunto el.

– ?Formidable!

– Me voy -dijo inmediatamente Valentine, a la vez que abandonaba su taburete-. Tengo un monton de cosas que hacer. ?Vienes, Emily?

La nina se levanto, beso a su padre y despues a Antoine, y se reunio con su madre. La puerta del establecimiento se cerro tras ellas.

Antoine y Mathias estaban sentados uno al lado del otro. Yvonne rompio el silencio al dejar un vaso de conac sobre el mostrador.

– Toma, bebetelo, es un remedio… formidable.

Mathias miro a Antoine y a Yvonne por turno.

– ?Cuanto tiempo hacia que lo sabiais?

Yvonne se excuso diciendo que tenia mucho trabajo en la cocina.

– ?Tan solo unos dias! -respondio Antoine-. Y ademas, no me mires asi, no me correspondia a mi decirtelo… Y no era algo seguro…

– ?Bueno, pues ahora lo es! -dijo Mathias, bebiendose el conac de un trago.

– ?Quieres que te lleve a ver tu nueva casa?

– Me parece que por ahora no hay gran cosa que visitar -repuso Mathias.

– Hasta que recibas tus muebles, te he instalado una cama en tu habitacion. Ven a cenar con nosotros - propuso Antoine-. Louis estara encantado.

– Quiero a Mathias para mi-dijo Yvonne, interrumpiendo su conversacion-; hace meses que no lo veo, tenemos muchas cosas que contarnos. Venga, Antoine, tu hijo se impacienta.

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