crimenes escabrosos? La fascinacion del hombre por la muerte se remontaba a miles de anos atras. Los violentos mitos griegos y romanos habian aliviado el temor de los seres humanos ante lo desconocido. Desde entonces, habia constancia de practicas igual de horrorosas en todas las generaciones.

Doreen Rodriguez. ?Era posible que el asesinato tuviera las mismas caracteristicas que ella habia descrito? El ritmo del corazon se le acelero al imaginar el dolor y el horror que habia sufrido aquella muchacha.

No le serviria de nada pensar en la victima ahora. Rowan recordo los mas de diez anos de entrenamiento que le habian ensenado a guardar las distancias con las cosas. Cuando una historia se convertia en algo personal se cometian errores.

Ignoro el timbre de la puerta y el telefono. Entro en Internet y encontro la pagina del periodico local de Denver. Todavia tenia la esperanza de que se tratara de un error, de un malentendido. Pero el asunto ya estaba en los titulares. Las malas noticias viajan rapido, y la prueba de ello era la jauria que se habia instalado a la entrada de su casa.

Todo lo que Annette le habia contado estaba en la pantalla. Rowan se pregunto que tipo de detalles ocultaba, en realidad, la noticia. Calculo cuanto tardaria la policia en venir a interrogarla. Si la prensa habia mostrado interes por la coincidencia, la policia no podia estar lejos. Ya conoceria los detalles cuando la vinieran a buscar.

No. No podia implicarse. Dentro de dos horas tenia una reunion en los estudios. Habia creado una vida nueva para si misma, una vida tranquila. Por nada de este maldito mundo dejaria que un asesino desquiciado controlara su futuro. Por segunda vez.

Se dirigia a su habitacion para vestirse cuando en la puerta sono una llamada familiar. La policia.

Vaya, que rapido han llegado.

– Senora Smith -llamo una voz en sordina-. Senora Smith, es la policia. Tenemos que hablar con usted.

Se volvio hacia la puerta. Todo habia comenzado.

Se sentaron alrededor de la mesa del comedor, frente a la ventana con su imagen de postal que enmarcaba las aguas verdiazules del Pacifico. Desde ahi, a unos seis metros por encima de la linea de playa y unos buenos treinta metros hacia el interior, todavia se podian ver las olas, una tras otra, con sus cabriolas, agitadas por un ligero viento. Habia marea baja y la playa estaba vacia.

Rowan puso dos tazas bien llenas de cafe caliente ante los inspectores y abrio la ventana. Respiro hondo y el aire penetrante y salado la relajo. Tenia que estar tranquila y alerta pero, sobre todo, tenia que saber controlarse.

Se sento frente a los inspectores con su propio tazon de cafe entre las manos.

Ben Jackson era un hombre bajo y delgado y el color de su piel era igual al del cafe cargado de su taza. Su cara de poquer no conseguia disimular unos ojos inteligentes. Por su postura rigida y unos musculos que se adivinaban debajo de su impecable abrigo, Rowan penso que el tipo estaba en forma y se tomaba su trabajo en serio. Habia volado desde Denver de madrugada para hablar con ella.

Por lo visto, el Departamento de Policia de Denver no escatimaba medios. Era evidente que creian que el asesinato de Rodriguez estaba vinculado a su novela.

Jim Barlow pertenecia al Departamento de Policia de Los Angeles. Era mayor y, comparado con Jackson, el color de su piel era el de un fantasma. Tenia el aspecto del poli arquetipico, con un ligero sobrepeso. El tipo de poli que vestia pantalones arrugados y chaqueta deportiva demasiado ajustada con parches de cuero en los codos. Con sus ojos de color azul claro parecia no perderse ni un detalle, mientras hacia gestos con la mano como si tuviera un cigarrillo entre los dedos. Un ex fumador, penso Rowan, con un reflejo de simpatia.

Los dos le causaron buena impresion. Su instinto le decia que podia confiar en ellos.

– Se habra enterado del asesinato de Doreen Rodriguez -dijo Jackson, haciendo un gesto vago hacia la entrada de la casa. Los reporteros empezaban a irse. La amenaza de los polis de detenerlos por violacion de propiedad privada tenia su peso, penso, lo cual le arranco una ligera sonrisa.

– He leido la noticia en la pagina web del periodico de Denver -asintio Rowan.

– Usted trabajo en el FBI.

– Seis anos.

– Es probable que se ganara unos cuantos enemigos. Asi fue en mi caso.

– ?Que quiere decir?

– Creo que su vida corre peligro y que deberia contratar un servicio de seguridad.

– Soy una ex agente del FBI, inspector. Tengo experiencia y se como defenderme.

– Si, es probable. Y es probable que todavia duerma con una pistola bajo la almohada. -Jackson asintio con la cabeza y percibio una ligera reaccion en su semblante. Y continuo-. Ha sido un crimen brutal y va dirigido a usted. Seguro que habra reflexionado sobre las similitudes entre la victima y un personaje de su novela.

– Le he dicho que he leido la noticia.

Era lo unico que Rowan podia hacer para mantener el contacto visual. No queria aceptar el hecho de que aquel asesinato tuviera algo que ver con ella. Sin embargo, su instinto le decia todo lo contrario. Se trataba de un asunto personal.

– Yo no me apresuraria a sacar conclusiones -dijo ella-. Si hay otro crimen, puede que este maniatico decida imitar a otro escritor. Pero, si le tranquiliza que se lo diga, tendre mucho cuidado.

Maldita sea, la frase sonaba como un sarcasmo aunque no fuera su intencion. Se habian puesto a la defensiva.

Jackson hizo una pausa antes de hablar.

– ?Conocia usted a la verdadera Doreen Rodriguez? ?La utilizo para su novela?

– Me invente el nombre -replico ella, sacudiendo la cabeza-. Habia que ponerle un nombre al personaje.

– Hay una cosa que no le hemos contado a la prensa -dijo Jackson-. El muy cabron dejo un libro suyo debajo del cadaver.

– ?Mi libro? -La voz de Rowan era apenas un susurro. Tomo un trago de cafe, pensando que ese gesto de normalidad le ayudaria a ordenar las ideas.

– Crimen de oportunidad -confirmo el inspector-. Y como si fueramos demasiado estupidos para darnos cuenta, dejo subrayado el fragmento donde se describe el asesinato de la Doreen Rodriguez ficticia. -La voz estaba cargada de rabia, el tipo de rabia que los polis se esfuerzan por controlar.

Su novela en la escena del crimen.

– ?Alguna otra cosa? ?Alguna nota dirigida a mi, algun comentario, o algo que haga pensar que volvera a matar?

Jackson se inclino hacia delante.

– Solo los fragmentos subrayados. ?Que piensa?

Rowan miro fijamente a Jackson y sacudio la cabeza.

– Ya no trabajo para el FBI y, cuando trabajaba, lo mio no eran los perfiles. Si quiere una opinion experta, llamelos a ellos.

Sin embargo, sus pensamientos ya se habian disparado. ?Alguien la habia identificado personalmente? ?Era posible que alguno de los delincuentes que habia metido entre rejas llevara a cabo una retorcida venganza contra ella? Podia conseguir copias de todos los casos en que habia trabajado y revisarlos detenidamente, aunque todavia recordaba hasta el ultimo criminal violento que habia contribuido a encerrar.

Hablo Barlow por primera vez desde que se habian presentado.

– He leido sus libros, senora Smith. Supongo que se podria decir que soy un lector fiel. Sus historias son bastante aterradoras. Autenticas -anadio, e hizo una pausa-. Creo que volvera a actuar. Estamos investigando a los antiguos novios de Doreen Rodriguez en Denver, amigos, colegas -dijo, casi sin prestarle importancia-. Pero el hecho de que haya aparecido su libro dispara las alarmas.

Rowan respiro hondo, pero guardo silencio. A ella tambien se le habian disparado las alarmas. En su cabeza resonaba toda una orquesta de advertencias.

– Mis superiores ya se han puesto en contacto con los federales -dijo Jackson-. Esperan cierta colaboracion. Pero se nos ha ocurrido que quizas usted tenga alguna idea especial, de modo que he decidido venir a hablar con usted. ?Alguno de los delincuentes que detuvo ha salido de la carcel? ?Alguien la ha amenazado?

Rowan no pudo evitar echarse a reir, pero el timbre vacio de su risa no tenia gracia.

– ?Amenazarme? Usted ha trabajado mas tiempo que yo de policia. Seguro que a alguno de sus detenidos no

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