exploracion aerea, toda la velocidad que se atrevian a emplear era de dieciseis kilometros por hora. Cualquier otra mas rapida hubiese sido correr mas que sus luces. Cuando otros deberes, como el mantenimiento de las plantas, tenian que ser atendidos, detenian el vehiculo y hacian el trabajo juntos. Consideraban que un par de ojos no eran suficientes para viajar con seguridad.

De vez en cuando, segun pasaban las horas, quienquiera que estuviese en el timon comenzaria a sentir la traidora seguridad de que no podia haber peligro; despues de todo, habian recorrido veintenas de kilometros sin tener que cambiar la direccion, excepto para mantenerse a la vista del rio. Un ser humano hubiese aumentado la velocidad poco a poco. La reaccion mesklinita fue detenerse y descansar. Hasta Takoorch sabia que cuando se sentia tentado de actuar contra los dictados de un elemental sentido comun, era el momento de hacer algo para mejorar su propio estado. En una ocasion, Aucoin descubrio el vehiculo detenido cuando llego a las pantallas, y supuso que se trataba de una parada regular para el mantenimiento del aire; pero entonces vio a uno de los mesklinitas tumbado ociosamente sobre el puente; el equipo habia sido colocado de nuevo en su antigua posicion, proporcionando una vista del casco. Preguntando por que no viajaba el vehiculo, Takoorch le contesto sencillamente que se habia dado cuenta de que se estaba despreocupando. El administrador se marcho muy pensativo.

Al fin, estas precauciones fueron recompensadas; al menos asi lo parecio.

Durante algunos kilometros, las protuberancias en el lecho rocoso se habian vuelto mas y mas frecuentes, aunque generalmente mas pequenas, mas agrupadas y angulares. Los planetologos habian estado haciendo suposiciones, futiles en realidad con tan poca informacion, sobre la estratigrafia subyacente. La superficie basica continuaba siendo sedimentaria, fuertemente comprimida, pero los observadores sospechaban que debia estar perdiendo profundidad y que pronto el Kwembly podria encontrarse sobre el mismo tipo de roca desnuda que formaba el sustrato del campamento de Dondragmer. De vez en cuando, los timoneles hallaban necesario desviarse ligeramente a derecha o izquierda para evitar las protuberancias rocosas; incluso tuvo que reducir velocidad ligeramente. Durante las ultimas horas, los planetologos habian sugerido varias veces, con aire de ruego, que el vehiculo se detuviese antes de que fuese demasiado tarde y recogiese unas muestras del sedimento que atravesaba, aunque las rocas fuesen muy grandes para llevarselas. Aucoin senalo que, de todas formas, pasarian un ano o dos antes que la muestra pudiese llegar a la estacion, y se nego; los cientificos le replicaron que un ano era mucho mejor que el tiempo que se necesitaria si no se recogian las muestras.

Pero cuando el Kwembly se detuvo, fue a iniciativa de Beetchermarlf. Era una cosa sin importancia, o eso parecia; el suelo delante parecia un poco mas oscuro, con un limite muy marcado entre este y la superficie bajo el vehiculo. La linea no se advertia sobre la pantalla del visor, pero los mesklinitas la vieron simultaneamente; sin palabras, estuvieron de acuerdo en que se imponia examinarla de cerca. Beetchermarlf llamo a la estacion para informar a los seres humanos y a su capitan de que el y Takoorch saldrian un rato y describio la situacion. Easy, traduciendo el mensaje, fue asaltada por dos planetologos para que persuadiesen a los mesklinitas de que cogiesen unas muestras. Ella supuso que, dadas las circunstancias, ni siquiera Aucoin podria hacer objeciones, y accedio a pedirselo cuando les llamase de nuevo, con el permiso de Dondragmer.

Esta vez el capitan aprobo la salida, sugiriendo unicamente que debia ser precedida de un cuidadoso vistazo desde el puente con la ayuda de los focos. Esto resulto util. A unos cien metros mas adelante, no muy lejos del radio de las luces, un pequeno arroyo corria atravesando su camino y desembocaba en el rio. Llevando la luz a estribor, podia verse como este afluente era paralelo al paso del vehiculo desde el norte, rectificando su curva despues un poco mas alla de la popa del enorme vehiculo y desapareciendo hacia el noroeste. El Kwembly se hallaba sobre una peninsula de unos doscientos metros de anchura y algo menos de longitud, limitada al este — izquierda— por el rio principal que habian estado siguiendo y por los otros lados por el pequeno afluente. Tanto a los mesklinitas como a los seres humanos les parecio probable que el cambio en el color del suelo que habia atraido la atencion de los timoneles estuviese causado por la humedad del arroyo mas pequeno, pero ninguno estaba lo bastante seguro como para cancelar la salida propuesta al exterior. Aucoin no se hallaba presente.

En el exterior, incluso con la ayuda de luces extra, la linea de demarcacion entre los dos tipos de suelo era mucho menos visible que antes. Beetchermarlf calculo que la distancia seria la causa principal. La tripulacion raspo y empaqueto muestras de material a ambos lados de la linea; luego se acercaron a la corriente. Esta resulto ser un torrente de curso rapido y profundo, de tres o cuatro cuerpos de anchura, con su nivel a tres o cuatro centimetros por debajo del suelo, sobre el que cortaba su cauce. Despues de una breve consulta, los dos mesklinitas comenzaron a seguirlo alejandose del rio. No tenian forma de decir su composicion, pero se obtuvo una botella de su contenido para ser analizada mas adelante.

Cuando alcanzaron el lugar donde la curva del rio se alejaba, hasta los mesklinitas podian ver que el arroyo no habia existido durante mucho tiempo. Socavaba con velocidad visible sus riberas, transportando el sedimento al rio principal. Ahora que se encontraban en la parte exterior de la curva, el socavamiento de la ribera proxima podia oirse y hasta sentirse. Beetchermarlf sintio como crujia repentinamente, y se encontro dentro del arroyo. Tenia solo tres o cuatro centimetros de profundidad; de manera que aprovecho la ocasion para tomar otra muestra de su contenido. Decidieron continuar corriente arriba unos diez minutos, Beetchermarlf vadeando y Takoorch sobre la ribera. Antes de que el tiempo terminase, habian hallado el origen de la corriente de agua. Era una fuente, a un kilometro del Kwembly, borboteando violentamente en el centro de la cubeta donde un manantial de procedencia subterranea la alimentaba. Beetchermarlf, investigando en el centro, fue derribado y llevado medio cuerpo arriba por la corriente. No habia nada mas de particular que hacer. No tenian equipo de camaras. Nadie habia sugerido en serio que llevasen con ellos el visor, y no parecia ganarse nada con coleccionar mas muestras. Volvieron al Kwembly para dar una descripcion verbal de lo que habian encontrado.

Hasta los cientificos estaban de acuerdo en que ahora lo mejor seria llevar las muestras al campamento donde Borndender y sus amigos pudiesen hacer algo util con ellas. Los timoneles pusieron otra vez el vehiculo en movimiento.

Se acerco a la corriente y se introdujo en ella; el colchon suavizo el ligero desnivel al cruzar las ruedas el lecho de aquel valle que se ensanchaba, y en el puente no se sintio nada, ni durante los ocho segundos siguientes.

Mas de la mitad del casco habia cruzado el pequeno torrente, cuando la distincion entre solido y liquido empezo a parecer borrosa. En el casco se sintio un pequeno tiron; en la pantalla arriba pudo advertirse un diminuto salto hacia arriba de los pocos rasgos visibles del exterior.

Casi instantaneamente el movimiento se detuvo, aunque los motores continuaron en funcionamiento. No podian conseguir nada, al estar completamente inmersos en el barro fangoso en que se habia convertido repentinamente la superficie. No habia ni soporte ni traccion. El Kwembly descendio hasta que las ruedas estuvieron enterradas, mientras que el colchon se perdio de vista; bajo casi, aunque no por completo, hasta el nivel donde hubiese estado literalmente flotando en el fango semiliquido. Fue detenido por dos de las protuberancias rocosas, una de las cuales le toco bajo la popa justo detras del colchon y la otra en el lado de estribor, unos tres metros delante de la escotilla principal. Hubo un feo sonido chirriante, mientras el casco del vehiculo se balanceaba hacia delante y a babor y despues se detenia.

Esta vez, como el sentido del olfato de Beetchermarlf le aviso, en alguna parte el casco habia fallado. El oxigeno estaba penetrando en el interior.

XV. ESENCIA

—En resumen —dijo Aucoin desde su puesto a la cabecera de la mesa—, podemos escoger entre enviar la nave o no. Si no lo hacemos, el Kwembly y los mesklinitas a bordo estan perdidos y Dondragmer y el resto de los tripulantes fuera de accion hasta que un vehiculo de rescate como el Kalliff pueda llegar hasta ellos desde la colonia. Desgraciadamente, si intentamos aterrizar con la nave, hay bastantes probabilidades de que no sirva de nada. No sabemos por que cedio el terreno bajo el Kwembly ni tenemos seguridad de que no suceda lo mismo en otros lugares de la proximidad. Perder la nave seria muy molesto. Aunque aterrizasemos primero cerca del campamento de Dondragmer y lo transportasemos con su tripulacion al vehiculo, podriamos perder la nave. No hay ninguna seguridad de que la tripulacion pudiese reparar el Kwembly. El informe de Beetchermarlf hace que lo dude. Dice que ha encontrado y sellado las principales resquebrajaduras, pero que de vez en cuando el oxigeno continua penetrando en el casco. Algunas de sus cisternas de soporte vital han sido envenenadas. Hasta ahora ha

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