«… y, tras salir del comite y ser introducida en calidad de resolucion conjunta -estaba prosiguiendo el comentarista-, paso al Senado y a la Camara de Representantes para la votacion final. A pesar de la vociferante aunque limitada oposicion de los bloques liberales, ambos cuerpos del Congreso aprobaron la Enmienda XXXV por abrumadora mayoria, superando con creces los necesarios dos tercios de los votos. La nueva enmienda fue enviada acto seguido a los cincuenta estados. Eso fue hace cuatro meses y dos dias. Tras una aprobacion relativamente facil en los primeros estados que efectuaron la votacion, la travesia de la Enmienda XXXV se fue haciendo cada vez mas tormentosa a causa de la organizacion de la oposicion. Hasta la fecha han votado cuarenta y siete de los cincuenta estados. La han rechazado once de ellos. Treinta y seis la han aprobado. Pero, dado que la enmienda necesita treinta y ocho votos de aprobacion, le faltan todavia dos estados. Hasta el momento faltan todavia las votaciones de tres estados: Nueva York, Ohio y California. Nueva York y Ohio concluiran sus votaciones esta misma noche, acontecimiento historico que sera retransmitido por esta cadena dentro de breves momentos y California tiene prevista la suya para dentro de un mes. Pero, ?sera necesaria la votacion de California? Si tanto Nueva York como Ohio rechazan esta noche la enmienda, esta habra sido derrotada. Si ambos estados la ratifican, la enmienda entrara inmediatamente a formar parte de la Constitucion, y el presidente Wadsworth dispondra de un arsenal con el que combatir la creciente oleada de ilegalidad y desorden que esta lentamente estrangulando a nuestra nacion. Las votaciones de esta noche en Nueva York y Ohio pueden ser decisivas, pueden modificar el curso de la historia norteamericana durante los proximos cien anos. Ahora, tras una breve pausa comercial, trasladaremos a ustedes a la Asamblea estatal de Albany, Nueva York, en la que esta concluyendo el debate previo a la votacion final.»

El anuncio de un grupo de la industria del petroleo, en el que se declaraba que al menos habia una compania destinada a servir al publico y a facilitar y hacer mas dichosa la vida de la gente, se ahogo rapidamente en el creciente murmullo de las voces del salon.

Collins se levanto dispuesto a volverse a llenar el vaso. Karen habia cubierto su copa de champana con los dedos para indicar que ya habia bebido suficiente. Collins se alejo por tanto y se abrio paso entre los demas invitados en direccion al bar improvisado en el extremo de la mesa del gabinete. Vio que el presidente se encontraba acompanado de Steedman, su encuestador, asi como de Tynan y McKnight y supuso que debian estar revisando una vez mas los ultimos datos relativos a la opinion de la Asamblea del estado de Nueva York.

Al regresar junto a Karen, whisky en mano, Collins se sento y pudo ver que la pantalla estaba ofreciendo un plano general de la Asamblea de Nueva York.

– ?Que ocurre? -le pregunto a Karen.

– Estan a punto de empezar. Esta finalizando el debate. El ultimo orador esta hablando en favor de la enmienda.

Collins ingirio un buen trago de whisky mientras las camaras ofrecian un primer plano de un digno caballero, identificado como el miembro de la Asamblea, Lyman Smith, que estaba concluyendo su discurso. Collins le escucho.

«… y, aunque la Constitucion de los Estados Unidos redactada por nuestros antepasados constituye un noble instrumento legal -estaba diciendo el orador-, yo les digo una vez mas que no es sacrosanta. No fue destinada a quedar petrificada por el tiempo. Fue destinada a ser flexible, y esa es la razon de que incluyera una clausula relativa a las enmiendas; a ser lo suficientemente flexible y modificable como para adecuarse a las necesidades de cada nueva generacion y al reto del progreso de la humanidad. Recuerdenlo ustedes, amigos mios: esta Constitucion nuestra fue redactada por un grupo de juveniles radicales, hombres que acudieron a su firma en carruajes tirados por caballos, hombres que lucian peluca, hombres que utilizaban plumas de ave para escribir. Aquellos hombres jamas habian oido hablar de boligrafos, de maquinas de escribir o de calculadoras electronicas. Jamas habian oido hablar de aparatos de television, de aviones a reaccion, de bombas atomicas o de satelites espaciales. Y, ciertamente, jamas habian oido hablar de las diversiones de la noche del sabado. Sin embargo, introdujeron en la Constitucion un instrumento destinado a adecuar nuestras leyes federales a cualquier circunstancia que el futuro pudiera traer. Y ahora el futuro esta aqui: ha llegado el dia del cambio, ha llegado el momento de modificar nuestra suprema ley con el fin de que se ajuste a las necesidades de los ciudadanos actuales. La vieja Ley de Derechos,creada por aquellos fundadores que usaban peluca, es demasiado ambigua, demasiado general y demasiado floja para ajustarnos al cumulo de acontecimientos que estan conspirando al objeto de destruir la trama de nuestra sociedad y la estructura de nuestra democracia. Solo la aprobacion de la Enmienda XXXV podra proporcionar a nuestros dirigentes una mano mas firme. Solo la Enmienda XXXV podra salvarnos. Por favor, queridos amigos y colegas, ?voten en favor de su ratificacion!»

Mientras el orador regresaba a su escano, las camaras recorrieron la Asamblea mostrando los atronadores aplausos de sus miembros.

En la Sala del gabinete Collins tambien escucho a su alrededorcalurosos aplausos.

– ?Bravo! -exclamo el presidente posando su cigarro puro Upmann en un cenicero y aplaudiendo con fuerza. Despues volvio la cabeza y llamo a su principal ayudante-. McKnight, ?quien es este miembro de la Asamblea de Nueva York que acaba de hablar? ?No se que Smith? Compruebelo. En la Casa Blanca nos podria ser util un hombre asi, con las ideas tan claras y ademas elocuente. -Su vista volvio de nuevo a la pantalla.- Atencion todo el mundo. Esta a punto de iniciarse la votacion.

Ya estaba empezando, y Collins pudo escuchar los nombres delos asambleistas y los «si» y «no» de estos. Oyo que el director Tynan predecia que iba a ser como una carrera de caballos. Desde atras le llego la voz de Steedman advirtiendo que se tardaria un rato en llegar al veredicto ya que en la Asamblea del estado de Nueva York habia ciento cincuenta miembros.

Puesto que se tardaria un rato y puesto que se sentia cansado, Collins decidio apartar la vista de la pantalla. Se puso a observar a Tynan, que se hallaba de pie con su rostro de bulldog arrebolado por la ansiedad y los ojos clavados en la pantalla siguiendo las votaciones. Volvio la cabeza y miro al presidente, que aparecia inmovil, granitico, impasible, contemplando la pantalla como si estuviera posando para una de las colosales efigies del Mount Rushmore de Dakota del Sur.

Hombres honrados y entregados a su mision, penso Collins. Por mucho que dijeran los de fuera -los criticones como Young e incluso los recelosos como Karen-, aquellos hombres eran unos seres humanos responsables. Inmediatamente se sintio a sus anchas en aquel circulo de poder. Experimento la sensacion de pertenecer al mismo. La sensacion resultaba maravillosa. Penso que ojala pudiera agradecerselo a la persona que le habia colocado en aquel lugar, al coronel Baxter, que se hallaba ausente, tendido en estado de coma en un lecho del hospital de Bethesda.

Collins habia creido que se lo debia todo al coronel Baxter, pero en realidad, si lo examinaba bien, habia sido toda una serie de accidentes y errores lo que le habia elevado al cargo de secretario de Justicia. Ante todo, estaba el hecho de que su difunto padre hubiera sido companero de estudios del coronel Baxter en la Universidad de Stanford, asi como su mejor amigo en aquellos primeros y dificiles anos que siguieron a la graduacion de ambos. El padre de Collins, que habia tenido intencion de ejercer la abogacia, habia acabado dedicandose a los negocios y se habia convertido en un acaudalado fabricante de componentes electronicos. Collins recordaba lo mucho que se enorgullecia su padre de el, de su hijo el abogado. Su padre siempre habia mantenido al coronel Baxter y a otros amigos al corriente de los progresos y de la creciente reputacion legal de su hijo.

Dos hechos distintos, separados entre si por algunos anos, habian atraido ulteriormente sobre el la atencion del coronel Baxter. Uno de ellos habia sido su breve pero ampliamente divulgada pertenencia a la Union Norteamericana de Derechos Civiles en su calidad de abogado en San Francisco. Habia defendido con exito los derechos civiles de una organizacion norteamericana de extrema derecha, de caracter acusadamente fascista, porque creia en la libertad de expresion para todos. Lo habia hecho por principios, no por la filiacion de sus clientes. El hecho habia causado una honda impresion en el coronel Baxter, que era fuertemente conservador, al equivocarse en cuanto a la motivacion de Collins. Poco despues, cuando ocupaba el cargo de fiscal de distrito en Oakland, Collins habia alcanzado renombre nacional por haber encausado a tres asesinos negros que habian cometido unos crimenes especialmente horrendos. Ello habia impresionado aun mas al coronel Baxter, al demostrarle que Collins no era en modo alguno de ese tipo de personas imprescindibles mas inclinadas a mostrarse compasivas con los negros que con los blancos. Lo que no paso jamas a la letra impresa fue la verdadera opinion de Collins en el sentido de que aquellos pobres negros, que en tan malas condiciones se habian criado y que tan erroneamente habian sido utilizados, eran las verdaderas victimas, las victimas de la sociedad. La ley, por desgracia, no tenia previsto ningun atenuante para la desgracia de poseer unos genes equivocados.

Si, al coronel Baxter le habian causado favorable impresion los exitos que habian saltado a los titulares de la

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