abrazarme, alguien que me dijera palabras hermosas, aunque fueran mentira… Me equivoque, igual que nos equivocamos tu padre y yo cuando decidimos casarnos sin pensarlo bien -susurro. Regreso a la cama y tomo la mano de Vanessa-. Quiero que para ti sea diferente. Sera diferente. Apartarse de algo que es bueno para uno es tan estupido como aceptar lo que no nos beneficia.

– ?Como se sabe la diferencia?

– La sabras. A mi me ha llevado casi toda mi vida comprenderlo. Con Ham, lo supe enseguida.

– ?No seria… no seria Ham el que…?

– ?El hombre con el que engane a tu padre? No, claro que no. El jamas habria traicionado a Emily. La amaba demasiado. Fue otro hombre. No estuvo mucho tiempo en el pueblo, tan solo unos pocos meses. Supongo que, en cierto modo, asi fue todo mas facil. Era un desconocido, alguien que no me conocia. Cuando rompi con el, siguio con su vida como si nada.

– ?Por que rompiste con el?

Loretta sabia que lo que estaba a punto de decir a continuacion era lo mas dificil.

– Fue la noche de tu baile. Yo habia estado en tu habitacion contigo. Estabas tan disgustada…

– Hizo que arrestaran a Brady.

– Lo se -dijo Loretta. Apreto la mano de Vanessa un poco mas fuerte-.Te juro que yo no lo sabia. Te deje a solas porque tu necesitabas la soledad. Yo no hacia mas que pensar en lo que le iba a decir a Brady Tucker cuando lo tuviera delante. Seguia muy disgustada cuando tu padre llego a casa. Estaba livido, completamente livido. Fue entonces cuando todo salio a la luz. Estaba furioso porque el sheriff habia soltado a Brady cuando Ham fue a la comisaria y protesto muy airadamente. Yo me senti muy mal. A tu padre nunca le habia gustado Brady, yo ya lo sabia, igual que no le habria gustado cualquier otro chico que se interpusiera con los planes que habia preparado para ti. Sin embargo, aquello iba mas alla de lo que yo hubiera podido imaginar. Los Tucker eran amigos nuestros y cualquiera que tuviera ojos en la cara podia ver que Brady y tu estabais enamorados. Admito que me habia preocupado mucho el hecho de que hicierais el amor, pero habiamos hablado al respecto y tu eras una chica sensata. En cualquier caso, tu padre estaba furioso y yo me sentia muy enojada, quemada por su falta de sensibilidad. Perdi el control. Le dije lo que llevaba varias semanas intentando ocultar. Estaba embarazada…

– Embarazada… Dios…

Loretta volvio a ponerse de pie para pasear por la habitacion.

– Crei que se iba a enfadar mucho, pero, en vez de eso, se quedo muy tranquilo. Demasiado tranquilo. Me dijo que ya no podiamos permanecer juntos. Iba a pedir el divorcio y se quedaria contigo. Cuanto yo mas le gritaba, le suplicaba, lo amenazaba, mas tranquilo se ponia. Me dijo que se quedaria contigo porque te cuidaria mejor. Yo era… bueno, era evidente lo que yo era. Ya tenia los billetes para Paris. Dos billetes. Yo no lo sabia, pero habia pensado llevarte con el de cualquier manera. Yo no diria nada ni haria nada que se lo impidiera. Si lo hacia, me amenazo con presentar demanda en un juzgado para reclamar tu custodia que el ganaria de todos modos y en el que se sabria que yo estaba embarazada de otro hombre -musito. Sin poder evitarlo, empezo a llorar-. Si yo no estaba de acuerdo, esperaria hasta que el bebe naciera y presentaria cargos contra mi por incapacidad como madre. Me juro que haria todo lo posible por llevarse tambien a ese nino. Yo me quedaria sin nada.

– Pero tu… el no pudo…

– Yo casi no habia salido de este pueblo y mucho menos del estado. No sabia lo que el podia hacerme. Lo unico que sabia era que iba a perder una hija, tal vez incluso el que venia de camino. Tu te ibas a Paris, a ver montones de cosas maravillosas, a tocar en lugares fabulosos. Te convertirias en alguien importante -susurro. Con las mejillas empapadas por las lagrimas, se dio la vuelta-. Dios es mi testigo, Vanessa. No se si accedi porque pensaba que eso era lo que tu querrias o porque tenia miedo.

– Eso ya no importa -afirmo la joven. Se levanto y se acerco a su madre-.Ya no importa…

– Sabia que me odiarias…

– No. No te odio. No puedo odiarte -dijo. Abrazo a su madre y la estrecho con fuerza-. ?Y ese bebe? ?Que hiciste con el?

Loretta sintio que la pena la embargaba de nuevo.

– Tuve un aborto justo cuando estaba a punto de cumplir los tres meses de embarazo. Os perdi a los dos. Nunca tuve todos los hijos con los que habia sonado.

– Oh, mama… -susurro Vanessa, llorando tambien-. Lo siento mucho. Debio de ser terrible para ti.

– Te aseguro que no paso ni un solo dia sin que pensara en ti. Te eche tanto de menos… Si pudiera enmendar lo que hice…

Vanessa sacudio firmemente la cabeza.

– No. No podemos enmendar el pasado. Tendremos que volver a empezar…

Capitulo XII

Vanessa estaba en su camerino, rodeada de flores. Casi no las veia. Habia esperado que Brady le hubiera enviado uno de los hermosos ramos. Tendria que haberse imaginado que no seria asi.

No habia ido a despedirla al aeropuerto. No la habia llamado para desearle buena suerte ni para decirle que la echaria de menos durante su ausencia. No era su estilo. Nunca lo habia sido. Cuando Brady Tucker estaba furioso, no realizaba esfuerzo alguno por ser cortes. Simplemente seguia enfadado.

Admitio que tenia derecho a estarlo. Todo el derecho del mundo.

Despues de todo, ella lo habia dejado. Se habia entregado a el, le habia hecho el amor con toda la pasion que una mujer era capaz de reunir. Sin embargo, no habia sido sincera y, por eso, lo habia perdido todo.

Habia tenido miedo de cometer un error que pudiera consumirle la vida. Brady nunca comprenderia que tenia miedo de equivocarse tanto por ella misma como por el.

Despues de escuchar a su madre, sabia que se podian cometer errores aun con la mejor de las razones. O con la peor. Ya era demasiado tarde para preguntarselo a su padre, para tratar de comprender sus sentimientos, sus razones. Esperaba que no fuera demasiado tarde tambien para ella.

?Donde estaban aquellos adolescentes que habian amado tan fiera y apasionadamente? Brady tenia su vida, su profesion y sus respuestas. Su familia, sus amigos y su casa. Habia pasado de ser un muchacho salvaje y travieso para convertirse en un hombre lleno de integridad y proposito.

?Y ella? Vanessa se miro las manos. Tenia su musica. En realidad, era lo unico que le pertenecia solo a ella.

Comprendia perfectamente los fallos de su madre y los errores de su padre. A su modo, los dos la habian amado, pero ese amor no los habia convertido en una familia ni habia conseguido que los tres fueran felices.

Por eso, mientras Brady estaba echando raices en la fertil tierra del pueblo donde habian nacido los dos, ella estaba a solas en un camerino repleto de flores, esperando que llegara el momento de subir al escenario.

Cuando alguien llamo a la puerta, vio que su imagen del espejo sonreia. El concierto no tardaria en empezar.

– Entrez.

– Vanessa -dijo la princesa Gabriella, bellisima con un vestido azul, cuando entro en el camerino.

– Alteza.

Antes de que Vanessa pudiera levantarse para hacerle una reverencia, Gabriella le indico que permaneciera sentada con gesto muy amistoso.

– Por favor, no te levantes. Espero no molestarte.

– Claro que no. ?Le apetece una copa de vino?

– Solo si tu tambien vas a tomarla -respondio la princesa mientras tomaba asiento-. Hoy ha sido un dia muy ajetreado. No he tenido oportunidad de verte para asegurarme de que estas comoda.

– Nadie podria sentirse incomodo en palacio, Alteza.

– Gabriella, por favor -dijo la princesa, aceptando la copa que Vanessa le ofrecia-. Estamos solas. Queria volver a darte las gracias por haber accedido a tocar esta noche. Es muy importante.

– Siempre es un placer tocar en Cordina -respondio ella. Las luces del camerino hacian brillar las cuentas que

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