casco, se hizo a la mar mientras sus velas blancas se expandian al viento y la proa cortaba el agua rumbo al cabo.

Ismaelle dirigia timidas sonrisas a la chica entre maniobra y maniobra, y solo torno asiento junto al timon una vez que el bote hubo adquirido un rumbo estable sobre la corriente. Irene, aferrada a la banqueta, dejo que su piel se impregnase con las gotas de agua que la brisa lanzaba sobre ellos. Para entonces, el viento los empujaba con fuerza, y Hannah se habia transformado en una diminuta figura que saludaba desde la orilla. El vigor con que el velero surcaba la bahia y el sonido del mar contra el casco inspiraron en Irene ansias de reir sin motivo aparente.

– ?Primera vez? -pregunto Ismael-. En un velero, quiero decir.

Irene asintio.

– Es diferente, ?verdad?

Ella asintio de nuevo, sonriendo, sin poder despegar los ojos de la gran cicatriz que marcaba la pierna de Ismael.

– Un congrio -explico el muchacho-o Es una historia un poco larga.

Irene alzo la mirada y contemplo la silueta de Cravenmoore emergiendo entre las cimas del bosque.

– ?Que significa el nombre de tu velero?

– Es griego. Kyaneos: cian,-. respondio Ismael enigmaticamente.

Y como Irene fruncia el ceno, sin comprender, continuo:

– Los griegos usaban esta palabra para describir el color azul oscuro, el color del mar. Cuando Homero habla del mar, compara su color con el de un vino oscuro. Esa era su palabra: kyaneos.

– Veo que sabes hablar de algo mas, aparte de tu bote y las redes.

– Lo intento.

– ?Quien te lo enseno?

– ?A navegar? Aprendi solo.

– No; sobre los griegos…

– Mi padre era aficionado a la Historia. Aun conservo algunos de sus libros…

Irene guardo silencio.

– Hannah debe de haberte contado que mis padres murieron.

Ella se limito a asentir. El islote del faro se alzaba a un par de centenares de metros. Irene lo contemplo, fascinada.

– El faro esta cerrado desde hace muchos anos. Ahora se emplea el del puerto de Bahia Azul -le explico.

– ?Nadie viene a la isla ya? -pregunto Irene. Ismael nego con la cabeza.

– ?Y eso?

– ?Te gustan las historias de fantasmas? -le ofrecio como respuesta. -Depende…

– La gente del pueblo cree que el islote del faro esta embrujado o algo asi. Se dice que una mujer se ahogo alli hace mucho tiempo. Hay quien ve luces.

En fin, cada pueblo tiene sus habladurias, y este no iba a ser menos.

– ?Luces?

– Las luces de septiembre -dijo Ismael mientras rebasaban el islote a estribor. La leyenda, si la quieres llamar asi, dice que una noche, a finales de verano, durante el baile de mascaras del pueblo, las gentes vieron como una mujer enmascarada tomaba un velero en el puerto y se hacia a la mar. Unos opinan que acudia a una cita secreta con su amante en el islote del faro; otros, que huia de un crimen inconfesable… Ya ves, todas las explicaciones son validas porque, de hecho, nadie supo realmente quien era. Su rostro estaba cubierto por una mascara. Sin embargo, mientras cruzaba la bahia, una terrible tormenta que se desato de improviso arrastro su bote contra las rocas y lo destrozo. La mujer misteriosa y sin rostro se ahogo, o al menos nunca se encontro su cuerpo. Dias mas tarde, la marea devolvio su mascara, destrozada por las rocas. Desde entonces, la gente dice que, durante los ultimos dias del verano, al anochecer, pueden verse luces en la isla… -El espiritu de aquella mujer…

– Aja…, tratando de completar su viaje inacabado a la isla… Eso se dice. -?Y es cierto?

– Es una historia de fantasmas. O la crees o no.

– ?Tu la crees? -inquirio Irene.

– Yo creo solo en lo que veo.

– Un marino esceptico.

– Algo asi.

Irene dedico una nueva mirada al islote. Las olas rompian con fuerza en las rocas. Los cristales agrietados en la torre del faro refractaban la luz, descomponiendola en un arco iris fantasmal que se desvanecia entre la cortina de agua que salpicaba en el rompiente.

– ?Has estado alli alguna vez? -pregunto.

– ?En el islote?

Ismael tenso la jarcia y, con un golpe de timon, el velero escoro a babor, poniendo proa hacia el cabo y cortando la corriente que venia del canal. -A lo mejor te gustaria ir a visitar -propuso-, el islote.

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