papel al padre de Philip.

Philip se dio cuenta de que miss Chilton-Grizedale, cuyo rostro habia tomado un matiz ligeramente verdoso, se habia deslizado sigilosamente hasta acercarse a su padre, con los ojos como platos para poder echar un vistazo a la carta.

Antes de que Philip pudiera replicar, su padre levanto la vista de la nota y lo observo fijamente. El frio enfado y la decepcion que emanaban del rostro de su padre se clavaron en la mirada de Philip. Mas profundamente de lo que el podia soportar. Con mas dureza de la que le hubiera gustado admitir. Por todos los demonios, el ya no era un muchachito en busca de la aprobacion de su padre.

Pero en lugar de dirigir su ira hacia donde claramente estaba deseando hacerlo, su padre se dio la vuelta y dirigio toda la fuerza de su tranquila furia glacial sobre lord Hedington.

– Esto es un ultraje. ?Que tipo de debil de mollera, de inteligencia de mosquito, es tu hija, Hedington? ?Como se atreve a escribir que no puede casarse con mi hijo? Y usted. -Su atencion se dirigio ahora hacia miss Chilton- Grizedale, senalandola de una manera acusadora-. Yo la contrate para que le encontrara una esposa adecuada a mi hijo, no una boba casquivana que balbucea historias de maleficios y se echa atras el mismo dia de su boda.

El enfado brillaba en los ojos de miss Chilton-Grizedale, quien abrio la boca para contestar, pero la voz ofendida de lord Hedington interrumpio lo que fuera que iba a decir.

– ?Debil de mollera? ?Inteligencia de mosquito? -bramo el duque-. ?Boba? ?Como se atreve a hablar de mi hija en esos terminos, especialmente cuando esta claro lo que se desprende de su nota? -Se la arranco al padre de Philip de las manos y la hizo ondear en la suya como si se tratara de una bandera-. Algo que su atontado hijo le conto a mi hija la ha puesto en esta desastrosa situacion. -Ahora volvio su atencion hacia miss Chilton- Grizedale-. ?Y como se atrevio usted a negociar la union de mi hija con un hombre tan poco recomendable? Me aseguro que el escandalo de hace tres anos no fue nada mas que un malentendido, que Greybourne era una persona respetable en todos los sentidos. Ahora ha asustado a mi hija con sus tonterias; y eso por no mencionar que su panuelo es un completo desatino. Uno nunca deberia fiarse de un hombre que lleva el cuello al descubierto.

La palidez de las mejillas verdosas de miss Chilton-Grizedale tomo un matiz carmesi, y levantando la barbilla dijo:

– Antes de que ustedes, caballeros, sigan diciendo mas de lo que puedan arrepentirse despues, o sigan lanzando acusaciones o calumnias contra mi, creo que deberiamos oir lo que tiene que decirnos lord Greybourne sobre este asunto.

La verdad era que, a pesar de lo apremiante de la situacion, no podia por menos que aplaudir los nervios de acero de aquella mujer. Le hubiera costado nombrar a muchos hombres capaces de enfrentarse a esos dos padres enfadados con el mismo impetu y sentido comun que ella tenia.

Philip carraspeo, se ajusto las gafas e inspiro una profunda bocanada de aire, mientras se preparaba, para contar al completamente deshecho lord Hedington y a la iracunda miss Chilton-Grizedale la misma historia que le habia contado a su padre dos dias antes, cuando llego a Inglaterra.

– Sucedio algo mientras estaba en Egipto, algo que me impide casarme con lady Sarah. O con cualquier otra mujer.

Tras unos momentos de desafiante silencio, la comprension, rodeada de acero, aparecio en la mirada de lord Hedington.

– Ya veo. Se ha enamorado de una mujer extranjera. Eso es una desgracia, porque sus obligaciones le dicen que…

– No tiene nada que ver con otra mujer, su Excelencia. El problema es que sobre mi ha caido un… maleficio.

Nadie hablo durante un largo rato. Al final lord Hedington carraspeo y, tras dirigir una mirada subrepticia a miss Chilton-Grizedale, dijo en voz baja:

– Creo que es bastante comun que los hombres, ocasionalmente, sufran ese tipo de… infortunios. Pero estoy convencido de que la exuberante belleza de mi hija podra poner remedio a sus… males.

Un sonido ahogado salio de la garganta de miss Chilton-Grizedale, y el padre de Philip palidecio. Philip sentia como el rubor le subia desde el cuello. Por todos los demonios, no era posible que estuvieran teniendo aquella conversacion. Se paso las manos por la cara.

– Su Excelencia, no soy impotente.

No hubo duda de que tanto el padre de Philip como el duque se sintieron aliviados. Antes de que nadie pudiera volver a hablar, Philip continuo su relato:

– Estoy hablando de un maleficio, uno escrito en una tablilla de arcilla que descubri el dia antes de embarcarme en Alejandria.

El pensamiento de Philip volvio atras, hasta aquel dia, varios meses antes, en que encontro la piedra. Deslumbrado por el brillo del sol, respirando con dificultad a causa del aire caliente y humedo que olia como ningun otro… un aire impregnado con la fragancia de la historia de civilizaciones antiguas. Un aire que iba a echar de menos con un dolor que no podia describir cuando al dia siguiente saliera de nuevo hacia su pais para casarse. Para cumplir con una promesa que habia hecho una decada antes. Una promesa que no podia posponer mas, ahora que su padre estaba a punto de morir.

Habia estado preparandose para la marcha todo el dia -su ultimo dia-, pero no se decidia a guardar sus herramientas -por ultima vez-, a lavarse las manos del polvo y la suciedad -por ultima vez-; todo le impelia a continuar con su trabajo. Y unos minutos mas tarde…

– El dia antes de salir hacia Alejandria para mi viaje de regreso a Inglaterra hice un descubrimiento: una caja de alabastro. Dentro de la caja habia una piedra muy intrigante con algo escrito en un lenguaje antiguo. Como las lenguas antiguas me interesan especialmente, me senti muy emocionado por aquel hallazgo. Tome la caja y me retire a mi camarote en el Dream Keeper a esperar hasta que zarparamos al atardecer. Cuando logre descifrar la tablilla, me di cuenta de que se trataba de un maleficio.

El semblante de lord Hedington parecia una nube de tormenta.

– ?Que tipo de persona puede creer en tales estupideces…?

– No es una estupidez, su Excelencia. Esas cosas eran muy comunes en la Antiguedad, y de hecho todavia tienen vigencia en muchas culturas. -Philip suspiro profundamente y luego continuo-: Basandome en mi traduccion y en la estimacion de la edad de la tablilla, llamada «Piedra de lagrimas», supuse que el maleficio debio de haberse pronunciado hacia el primer o el segundo siglo antes de Cristo. Deduje que el mismo se debia a un nombre que, justo antes de casarse, descubrio que su prometida lo habia traicionado con otro hombre. El maleficio afectaba a la esposa del hombre que iba a casarse, y se basaba en tres acontecimientos que iban a ocurrir (dos durante los dias que precedian al de la boda y un tercero dos dias despues de la boda). Antes de la boda, el maleficio decretaba que la novia sufriria una caida sin importancia, y a continuacion un fuerte dolor de cabeza. Creo que estas dos cosas simbolizaban la «caida» desde la virtud y el «dolor» que iba a provocar en el novio. Luego, dos dias despues de la boda, la novia iba a… morir.

Un silencio siguio a sus ultimas palabras. A continuacion, el duque se coloco el monoculo y se quedo observando a Philip.

– Asi que usted cree, basandose en unos garabatos en un trozo de piedra, que si se hubiera casado con mi hija, ella moriria dos dias despues de la boda. ?Lo he resumido bien?

– Si, exactamente, lo ha resumido a la perfeccion. El maleficio especifica que la novia de cualquiera que lea la tablilla sufrira la maldicion, o su esposa, si ya estuviera casado. Y yo he leido la piedra. Al principio tuve la esperanza de que el maleficio se hubiera roto con el pasar de los siglos, pero, desgraciadamente, ciertos acontecimientos recientes han barrido esa esperanza. Se habra dado cuenta de que hace dos dias lady Sarah sufrio una caida sin importancia y luego un fuerte dolor de cabeza. Exactamente como preveia el maleficio.

– Una coincidencia…

– No lo era, su Excelencia. Existen pruebas que no podemos ignorar, especialmente si las relacionamos con una carta que recibi varias horas despues de llegar a Inglaterra.

– ?Informandole de que exactamente?

– Durante la primera semana de nuestro viaje de regreso a Inglaterra estuve escudrinando la piedra todo el tiempo, tratando de hallar alguna cosa que se me hubiera podido pasar por alto. Cuando no estaba en mi camarote, mantenia la piedra escondida para evitar que cualquier otra persona la pudiera encontrar y traducir. Sin

Вы читаете Maldicion de amor
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×