tiene todo en orden.

– Entonces, ?que ocurre?

– Lo que no me gusta es que Rose vaya a dejar el pais -contesto Ruby-. Vuelve a su casa manana, ?no?

– Eso creo.

– Y tu te vas a quedar aqui.

– ?Y que otra cosa puedo hacer?

– Un marido de verdad iria con ella.

Marcus se tenso y concentro toda su atencion en la conversacion.

– Ruby, no es un matrimonio real.

– Eso no es lo que diran los papeles. Esto tiene que ser serio, Marcus, no simplemente una ceremonia y un certificado de matrimonio, o Charles lo echara todo por tierra a la menor oportunidad. No funcionara a menos que paseis un tiempo juntos. Si te casas con la chica, tienes que hacerlo correctamente.

– ?Correctamente? ?Y que sugieres?

– Bueno -Marcus la oyo inspirar profundamente, como si fuera a decir algo de lo que no estuviera segura- Adam, Gloria y yo hemos estado pensando.

Adam y Gloria. Las mejores mentes del equipo legal. Y Ruby. Los tres juntos eran la mano derecha de Marcus.

– ?En que habeis estado pensando?

– En que deberias tomarte unas vacaciones.

Marcus se quedo callado, pensativo.

– ?Sigues ahi? -pregunto Ruby.

– Si.

– ?Te has tomado vacaciones alguna vez?

– No necesito…

– Marcus, has estado haciendo dinero desde que tu madre te abandono cuando tenias doce anos -lo corto Ruby, y el casi dejo caer el telefono.

– Pero, ?que demonios…?

– ?Pensabas que no lo sabia? ?Que ninguno de nosotros lo sabia? Has luchado cada segundo de tu vida, Marcus. Lo unico que sabes es hacer dinero.

– Ruby…

– Si, ya lo se.

Nunca se entrometian en la vida del otro. Jamas.

Y les gustaba que fuera asi, pero Ruby estaba rompiendo las reglas.

– Marcus -siguio diciendo ella-, empece a trabajar en los negocios porque perdi a mi marido y a mi hija en un accidente de coche. Lleno mi vida con el trabajo porque he amado y ya no me queda nada. Pero tu… Tu ni siquiera has empezado.

?Ruby habia tenido un marido y una hija? ?Y habian muerto? ?Por que el nunca lo habia sabido? Nunca habia preguntado porque no era asunto suyo.

Y ella tampoco se habia metido en su terreno personal. ?Por que lo hacia ahora?

– ?Me estas diciendo que tengo que enamorarme?

– No esperamos milagros -contesto Ruby-. Pero acabas de cerrar el trato comercial con Forde y no ocurrira nada en las siguientes semanas de lo que Adam, Gloria y yo no podamos ocuparnos. Si realmente quieres que tu matrimonio tenga validez, necesitas unas vacaciones. Tienes que ir a Australia.

– Unos cuantos dias no solucionaran nada.

– Unos cuantos dias no, pero dos semanas si. Lo he comprobado. Hay un precedente en el caso de Amerson contra Amerson. Los Amerson se casaron, tuvieron una luna de miel de dos semanas y despues cada uno se fue a vivir a un pais diferente. Se llamaban por telefono una vez a la semana y se escribian muchisimo por e-mail. El murio y la mujer heredo, pero el hermano del marido reclamo la herencia, argumentando que el matrimonio no habia sido valido. Pero el juez decreto que si lo habia sido, asi que ese es el precedente que vas a usar. Vas a estar dos semanas en Australia, y despues llegaran las llamadas y los e-mails. O eso, o nada.

– ?Dos semanas?

– Como minimo.

– No puedo -afirmo Marcus.

– Claro que puedes. Es una chica muy agradable.

– ?Es que?

– ?No lo es? Bueno, ya me diras que mas cosas es -dijo Ruby suavemente, y colgo.

Marcus se quedo atonito. Deberia salir de aquel lio en ese mismo momento. Las cosas se estaban complicando demasiado. Entonces recordo donde habia encontrado a Rose la noche anterior; penso en su propia situacion varios anos atras y en todo lo que habia luchado para conseguir lo que tenia.

Penso en Ruby, y en por que el nunca le habia preguntado por su vida privada. Recordo a Rose, tomandole las manos, besandolo.

Unas vacaciones. ?Que dano podrian hacerte dos semanas?

Rose permanecia de pie en la capilla donde se estaba celebrando el funeral. El sacerdote estaba pronunciando palabras de despedida para su querida tia.

No habia nadie mas. Charles, por supuesto, no habia acudido. Rose observo el ataud de madera y se esforzo por no pensar en lo triste que estaria Hattie si supiera que su hijo no habia ido a despedirla.

Intento pensar en los buenos momentos, pero los recuerdos se negaban a aflorar. La apenaba enormemente tener que despedir a Hattie alli, en lugar de en su querida iglesia de Australia. Rose odiaba todo aquello. Ademas, se estaba viendo obligada a casarse con un desconocido para proteger su herencia.

El matrimonio era una locura. Tenia que ser su imaginacion, parte de la pesadilla que tuvo la noche anterior. En aquel momento, Marcus era solo un recuerdo nebuloso.

El ataud que tenia delante era la unica cosa real en aquel caos. El sacerdote estaba murmurando la ultima bendicion. Era un hombre amable; sabia que a Rose le apenaba que el funeral fuera tan corto, pero tenia que celebrar tres mas esa misma manana.

La cortina se cerro delante del ataud… y todo se termino.

– Le habria alegrado mucho saber que estas aqui.

La voz familiar la sobresalto, y cuando Marcus le puso una mano en el hombro, Rose estuvo a punto de volverse hacia el y echarse a llorar. Definitivamente, no era un recuerdo nebuloso; Marcus era muy real.

– Volvi a mi apartamento y vi que ya te habias ido -anadio-. Luego Ruby me llamo y me dijo que el funeral era ahora. Siento no haber llegado antes.

– Pero… ?porque?

– Pense que necesitarias animos. Ademas, para eso estan los maridos -le dedico una sonrisa que casi la derritio-. La querias -Rose asintio-. He estado haciendo algunas averiguaciones. Tu tia solo vino a Estados Unidos cuando se puso enferma. Y porque Charles insistio -ambos miraron hacia la cortina. Un ruido de ruedas les indico que el ataud de Hattie estaba dejando paso al siguiente.

– Australia era su hogar -dijo Rose con voz cansada-. Pero Charles quiso que su madre muriera aqui.

– ?Por que? -pregunto el.

– ?No lo adivinas? Charles hizo un viaje relampago a Australia cuando los medicos le dijeron a Hattie que le quedaba poco tiempo, e insistio en que volviera aqui con el. Creo que, en su estado, estaba tan agradecida de que se interesara por ella que habria hecho cualquier cosa. Cuando hablabamos, decia que todo iba bien. Pero de repente dejo de telefonearme y Charles no contestaba a mis llamadas. Me preocupe tanto que decidi subirme a un avion y venir.

No anadio que en el viaje se habia gastado todos sus ahorros. El la miraba fijamente.

– ?Y Charles no la estaba cuidando bien?

– ?Tu que crees? Por supuesto que no. Era australiana y no tenia seguro medico. Ni siquiera la estaban tratando. Habia empeorado y Charles la llevo a una horrible residencia, abandonandola alli. Se alegro tanto de verme… Estaba muy confusa. Consegui que un medico la viera, pero ya era demasiado tarde. El cancer se habia extendido tanto que solo tenia algunos momentos de lucidez, pero por lo menos sabia que yo estaba con ella. Murio una semana despues de que yo llegara.

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