un gemelo de cada mano. Erin no podia ver su cara, pero imaginaa que estaria muy enfadado.

Porque en cuanto hubiera visto el cobertizo vacio, habria comprendido lo que habia pasado.

La orilla del rio era de arena fina, pero habia una zona de barro, y era donde Cecil estaba. El animal ya no estaba encerrado, ni limpio, ni brillante, ni mucho menos preparado para el concurso. Estaba lleno de barro y haciendo lo que cualquier toro hubiera hecho.

?Estaba asqueroso!.

7

Se merecen una buena zurra. Y si no se la das tu, lo hare yo.

Erin conto hasta diez y penso rapidamente, decidiendo emplear la estrategia que Shanni le habia sugerido durante su conversacion.

Si les pones la mano encima…hare publicos los poemas que os escribiais Bradley Moore y tu cuando estabais en el instituto- dijo en voz baja.

Matt la miro asombrado y Charlotte retrocedio dando un gritito sofocado, mientras Erin abrazaba protectoramente a los dos ninos.

?Y ahora que?, penso rapidamente Erin. Los ninos que estaban muy palidos, sabian exactamente lo que habian hecho y miraron a Erin con gesto insolente.

Pero ella insistio unas ganas enormes de abrazarlos.

– ?Que demo…?- exclamo Charlotte. Nunca…

– utilizabas de intermediado a Rob McDonald- dijo Erin, consiguiendo sonreir. Y puede que Rob sea ahora sargento de policia, pero cuando tenia quince anos, no era muy respetuoso.

El copio los poemas y Shanni los encontro hace dos semanas cuando estaba limpiando la granja de sus padres.

– Eso es ridiculo- consiguio decir Charlotte, totalmente vencida.

– ?Si!.

– ?Te escribias poemas…con Bradley?- pregunto Matt.

Erin tuvo que contener una carcajada.

– ?Sabeis donde esta Cecil ahora?-pregunto Erin a los chicos, mas triste que enfadada. Esta en el rio, lleno de barro- continuo. Asi que todo el trabajo que habeis hecho esta manana con Matt no ha servido para nada.

– No nos importa- replico William.

– Asi Matt no podra llevar a Cecil al concurso…-anadio Henry, un poco asustado, pero tambien desafiante… con ella.

Y ahi estaba la clave. Lo habian hecho porque querian que Matt se quedara con ellos.

Erin sabia que debia castigar a los ninos, pero, ?Como?. Ademas, no le apetecia hacerlo delante de Charlotte. La mujer parecia a punto de estallar. Quiza la amenaza de Erin no habia sido tan buena idea.

– Sera mejor que os vayais a vuestra habitacion-dijo, tratando de olvidarse de la rabia de Charlotte y pensar con claridad. Oh, Matt, lo siento mucho.

– No tienes por que disculparte.

Matt seguia serio, pero en sus ojos habia un destello de comprension. Despues de que los ninos hubieran expuesto sus motivos, los entendia y casi le hacia gracia. Entendia por que los ninos no querian que se fuera. El no habia pensado que fuera importante ausentarse dos dias. Se quedarian con Erin mientras el se iba. Pero si lo pensaba desde el punto de vista de los ninos, la cosa cambiaba.

Por otra parte, no sabia que hacer. Si se quedaba en casa, ellos se saldrian con la suya. Tambien se podia quedar trabajando hasta media noche para preparar de nuevo al animal y luego marcharse, dejando a los ninos enfadados por su ausencia. Pero entonces Erin se sentiria culpable y los ninos se sentirian tambien mal.

– Es una verdadera pena- dijo Matt, mirando a los gemelos, en vez de a Erin.

Ella les seguia teniendo agarrados de la mano y los sacudio para que lo miraran.

– No me puedo creer que hayais hecho esto. Justo cuando habia hecho las reservas.

– ?Las reservas?

– Si, para pasar la noche en Lassendale. Como me habiais ayudado con Cecil y como el necesita que se le cepille durante el concurso, habia pensado que teniais que venir conmigo. Asi que habia reservado habitacion para que fueramos todos.

Erin lo miro con los ojos abiertos de par en par. ?Seria cierto?

No, no lo era, penso Erin. Pero era una gran idea. Los ninos se pusieron muy serios.

– ?Nos ibas a llevar contigo?- le susurro Henry a Matt.

– Si, pero ahora da igual. El toro esta asqueroso.

– No sera cierto…-exclamo Charlotte.

– Calla, Charlotte- le ordeno Matt.

Con que Bradley Moore, ?eh?, penso Matt. Brad era un hombre soltero que vivia en una granja cercana. Estaba loco y tenia el cerebro de un mosquito. Pero Matt no queria pensar en ello en ese momento.

– Asi que creo que no vamos a ir ninguno.

Erin lo miro sorprendida. A ella no se le hubiera ocurrido un castigo mejor. Incluso ella sintio una punzada de tristeza y tuvo que recordarse que solo era un truco para castigar a los ninos.

– ?Y si lo limpiamos otra vez?- pregunto Henry.-Podemos hacerlo

Matt miro su reloj. Eran las cuatro y media.

– Tengo muchas cosas que hacer.

– Si esta solo, podemos agarrarlo nosotros- sugirio William. Si nos das una cuerda…

– Y podemos lavarlo. Ya sabemos.

– Te hemos ayudado antes y ahora sabemos hacerlo solos.

Erin trato de no reirse. ?Que iba a pasar?. ?Que podia hacer Matt?

– Yo no tengo tiempo de vigilaros. Pero si Erin quiere ir con vosotros y quereis intentarlo…

– No podran hacerlo- protesto Charlotte.

Pero Matt sonrio.

– Pueden intentarlo. NO querria perderme el concurso. Cecil es un buen animal, pero no puede ganar si no va.

– ?Podemos intentarlo entonces?- preguntaron los gemelos, mirando a Erin.

– ?Has reservado de verdad habitaciones?- pregunto Erin.

Porque si permitia que los ninos hicieran un esfuerzo asi, no queria que luego Matt los dejara sin ir.

– Si, de verdad- contesto Matt.

Cuando ambos se miraron, algo ocurrio entre ambos. Algo que no tenia nada que ver con aquel concurso.

– ?A que estamos esperando?-dijo finalmente Erin. ?Vamos, chicos!

Y cuatro horas despues, Cecil estaba de nuevo reluciente. Despues de cepillarlo concienzudamente, los tres estaban agotados. Y Cecil tambien, imaginaba Erin, despues de haber aguantado aquello dos veces en un solo dia.

Los ninos habian trabajado hasta la extenuacion para dejarlo impecable. Se pararon un rato a cenar y luego continuaron hasta que terminaron. A las ocho, estaban dandole los ultimos retoques, justo cuando llego Matt.

Se habia mantenido toda la tarde alejado de ellos, aunque le habia costado mucho hacerlo. Y en ese momento, al entrar en el cobertizo y ver a los tres orgullosos y al toro reluciente, decidio que habia merecido la pena.

– ?Que te parece?- pregunto Erin con evidente ansiedad.

Matt se dio cuenta de que ella no terminaba de creerse que el fuera a mantener su palabra.

Pensaba que pondria una excusa o que diria que no estaba bien. Pero Matt era un hobmre de palabra, asi que despues de que Charlotte se hubiera ido, una hora antes, habia hecho algunas llamadas y todo estaba arreglado. Excepto el mal humor de Charlotte, penso. Esta se habia ido dando un portazo y Matt sospechaba que se le avecinaban bastantes problemas.

Вы читаете Unos Invitados Muy Especiales
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×