Tenia que acabar con aquellos pensamientos, se dijo. El recuerdo de lo que fue y no volveria a ser solo podia provocarle sufrimiento fisico.

– Hablame de ti -dijo el rey-. ?Eres de Texas?

Emma asintio.

– De Dallas. Alli he vivido casi toda mi vida, salvo cuando fui a la universidad.

– ?Tienes hermanos y hermanas?

– No. Mis padres desistieron de tener mas hijos despues de que yo naciera -respondio con una sonrisa-. Fui una sorpresa para ellos.

La dulce curva de sus labios golpeo a Reyhan como un puno en la garganta. Intento relajar los musculos y respiro hondo. Emma se marcharia pronto y el podria olvidarse por completo de su existencia.

– Una grata sorpresa -dijo el rey.

– Asi es -afirmo Emma, riendo-. Mis padres me dejaron muy claro lo mucho que me adoraban – su expresion se ensombrecio ligeramente-. Fueron extremadamente protectores.

– E hicieron bien. Una hija como tu es un tesoro extraordinario.

– Gracias -murmuro ella inclinando la cabeza.

Reyhan vio el ligero rubor de sus mejillas. De modo que aun seguia ruborizandose… Cuando se conocieron, todo lo que el hacia la ponia colorada, ya fuera un cumplido, un beso o un susurro de deseo.

Emma habia sido la mujer mas inocente que el habia conocido en su vida.

– En cualquier caso, me lo pusieron muy dificil para tener una vida propia -siguio ella-. Los quiero mucho, como es natural, pero habia muchas cosas que queria hacer -su voz se torno melancolica-. Fueron muy estrictos en cosas como los bailes del instituto y las citas.

El rey arqueo las cejas y Reyhan se apresuro a intervenir.

– Muchos institutos occidentales celebran bailes para los estudiantes.

– Una costumbre peligrosa -observo el rey-. Ahora sabes por que te envie a Inglaterra para completar tus estudios.

– A un internado masculino -replico Reyhan secamente-. Fue muy emocionante.

Emma lo miro y sonrio, y por un breve instante se produjo una conexion entre ambos. Reyhan casi pudo ver las chispas que saltaban y sintio como subia la temperatura.

– ?Donde conociste a mi hijo? -pregunto el rey, rompiendo el hechizo.

– En la universidad. Era mi primer ano. Tuve que suplicarles a mis padres que me dejaran ir. Estaba muy entusiasmada, pero tambien asustada.

– ?Y el te enamoro?

Emma trago saliva, mas ruborizada aun, y asintio.

– Si. Fue muy… encantador. Reyhan penso en el joven que habia sido a los veinticuatro anos. Habia deseado a Emma y la habia perseguido sin tregua hasta conseguirla. Y, al descubrir que era virgen, se habia casado con ella.

– El vuestro fue un noviazgo muy corto -dijo el rey.

Emma miro a Reyhan.

– Bueno, yo… nosotros…

– Ella no sabia quien era yo -dijo Reyhan-. Fui el unico que te desafio, padre. La culpa y la responsabilidad son solo mias.

Emma parecio asombrarse por su confesion, pero no dijo nada.

– Pero estuvisteis muy poco tiempo juntos -dijo el rey.

– Ya sabes por que -respondio Reyhan-. Tuve que volver a casa por la muerte de Sheza -miro a Emma-. Mi tia.

– Pero luego no regresaste a por tu mujer.

Lo habia intentado, penso Reyhan amargamente. Habia intentado ponerse en contacto con ella, pero Emma se habia negado a saber nada de el. La unica explicacion que sus padres le dieron fue que Emma se arrepentia del matrimonio y que no queria volver a verlo. Y Reyhan tuvo que convencerse a si mismo de que el dolor que habia sentido solo habia sido por su orgullo herido. Que nunca habia amado realmente a Emma.

– El pasado ya no importa -dijo, intentando mostrar una despreocupacion que no sentia-. ?Que sentido tiene hablar de eso ahora?

– Porque me gustaria saberlo -respondio su padre, y miro a Emma-. Entonces, despues de que las cosas no salieran bien con Reyhan, ?volviste con tus padres?

Reyhan no la salvo de esa pregunta porque el tambien queria saber la respuesta.

– Yo… eh, me quede con ellos hasta que empezo el siguiente semestre y entonces volvi a la universidad. Para entonces, Reyhan se habia marchado.

Era cierto. Una vez que el supo que la habia perdido, cumplio con los requisitos para obtener su titulo y volvio a Bahania. Y no volvio a intentar contactar con ella.

– ?Y a que te dedicas ahora? -pregunto el rey.

Emma parecio confusa, como si pensara que el rey ya deberia saberlo.

– Soy enfermera. Trabajo en la unidad de maternidad de un hospital en Dallas -se removio en el sofa y sonrio-. No fue facil conseguirlo. Mis padres se oponian a que viviera por mi cuenta, pero yo sabia que era el momento. Ahora tengo un buen trabajo y puedo mantenerme sin depender de nadie.

– ?Que? -pregunto Reyhan, poniendose rigido.

– ?Has eludido tu responsabilidad? -le pregunto el rey a su hijo, mirandolo furioso.

– De eso nada -respondio el, mirando a Emma. No lo sorprendia que trabajara. Muchas mujeres preferian ocupar su tiempo con un trabajo, especialmente cuando no tenian ninos a los que cuidar. Pero Emma actuaba como si realmente necesitara el dinero-. No necesitas trabajar para mantenerte.

– Disculpa -lo increpo ella-. ?Como sabes tu lo necesito y lo que no?

– Te deje mantenida economicamente.

Emma se recosto en el sofa, intentando poner toda la distancia posible entre ella y un Reyhan enfurecido no le importaria tanto su enfado si supiera por que estaba tan furioso. Pero aquello no tenia sentido. Reyhan no le habia dejado ni un centavo.

– No hiciste nada cuando te marchaste -lo acuso, y puso una mueca de disgusto cuando el parecio enfurecerse aun mas.

– Cuando nos casamos, abri una cuenta para tu uso personal. Doscientos cincuenta mil dolares, a ser repuestos cuando el saldo bajara de cien mil.

?Doscientos cincuenta mil dolares? ?Reyhan le habia dejado esa fortuna?

– No lo entiendo -susurro.

– ?Que te parece tan dificil de entender?

– ?Por que te molestaste en hacer eso? -pregunto ella. La cabeza le daba vueltas y no le encontraba sentido a nada.

– Soy el principe Reyhan de Bahania y tu eres mi mujer -respondio el, poniendose aun mas rigido-. Eres responsabilidad mia. Cuando no hiciste uso del dinero, pense que era el orgullo lo que te lo impedia. Te mande una carta pidiendote que lo reconsideraras, y entonces el dinero se saco de la cuenta. Fue el turno de Emma para enojarse.

– Espera un momento. Yo no sabia nada de ese dinero, asi que no pude sacarlo de la cuenta ni gastarlo.

– Claro que lo sabias. Cuando te negaste a verme, hable con tu padre y le di el numero de cuenta.

?Su padre?

– ?Viniste a verme?

– Por supuesto.

No. No habia ocurrido asi. Emma recordaba muy bien haber estado hecha un ovillo en su cama, en casa de sus padres, rezando porque Reyhan se pusiera en contacto con ella. Pero el jamas le escribio ni la llamo por telefono, y desde luego no le hizo una visita.

A menos que se hubiera presentado mientras ella estaba… enferma.

– Estuve enferma por un tiempo -dijo. Enferma del alma, anadio para si misma.

– En realidad, fui varias veces.

?En serio? ?Como era posible que sus padres no se lo hubieran dicho?

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