Cuando todo se aclaro, los borrachos se habian marchado, y yo estaba convencida de que Reyhan me habia rescatado de una muerte segura.

Cleo dejo escapar un suspiro.

– Que romantico suena eso.

– Reyhan me parecio atractivo y misterioso. Y muy guapo. Me quede atonita cuando me pidio una cita -cambio de postura al bebe, apoyandolo en su regazo.

– Pero dijiste que si.

– ?Habrias podido negarte tu?

– Seguramente no. El rescate es algo muy principesco -se echo a reir-. Me he acostumbrado a la realeza de Sadik, pero al principio fue muy dificil para mi.

– ?Echas de menos la vida que llevabas antes?

– Ni por un segundo. No solo porque esta sea mucho mejor en todos los aspectos, sino tambien por Sadik. Lo amo -sus ojos azules brillaron con afecto-. A veces me vuelve loca, pero yo tambien a el. Ademas, nuestras diferencias mantienen el interes en la relacion. Y el tambien me ama -miro a Emma-. Un principe guapo y arrogante puede ser dificil de tratar, pero cuando aman, lo hacen con todo su corazon.

Emma reprimio una punzada de envidia. Siempre habia querido ser amada asi por un hombre. Sus padres la habian querido, naturalmente, pero su amor los obligaba a protegerla de un mundo peligroso. Ella siempre habia querido ser amada por lo que era, sin mas.

– Bueno, ya esta bien de hablar de mi y de mi pasado -dijo Cleo-. ?No te emociona vivir en el palacio?

– Deberian ser unas vacaciones muy interesantes. Al menos asi es como intento verlo.

– ?Tu unica oportunidad de ser una princesa?

– Algo asi.

Cleo sonrio.

– ?Y si descubres que te gusta demasiado y quieres quedarte?

– Eso es imposible. En cuanto pasen las dos semanas, volvere a Dallas.

A casa y a su rutina diaria. No se le habia perdido nada en Bahania, se dijo a si misma, ignorando la vocecilla interior que le susurraba que tampoco se le habia perdido nada en Dallas.

Capitulo 4

Reyhan habia esperado que el palacio le ofreciera el suficiente espacio para evitar a Emma, pero no habia contado con las intromisiones de su padre. Ahora que el rey habia delegado las tareas de gobierno en sus hijos, le quedaba demasiado tiempo libre para idear malvadas estratagemas con las que atormentarlos. Su nueva estrategia empezo con una invitacion para que Reyhan y Emma cenaran con el.

Reyhan estudio el despreocupado e-mail. Sabia que las palabras «si te viene bien» eran solo pura apariencia. Si se le ocurria negarse, su padre cambiaria la invitacion por una orden expresa. Desafiar a un padre era sencillo. Desafiar a un rey era otra cuestion, especialmente cuando Reyhan necesitaba el permiso del monarca para el divorcio.

Por tanto, no le quedo mas remedio que acudir a los aposentos privados de su padre aquella tarde, intentando no pensar en como podria sobrevivir durante varias horas en compania de Emma.

Antes de que ella llegase, casi se habia convencido a si mismo de que todo era diferente. De que ya no sentia nada por ella, y de que aunque sintiera algo, ella ya no era la misma mujer. Pero habian bastado unos minutos con ella para reconocer que aun seguia teniendo poder sobre el, y que de algun modo conservaba aquella dulzura que una vez lo habia cautivado.

Cuando llego a la suite de su padre se puso firme. Era el principe Reyhan de Bahania. Real, poderoso y sin la menor debilidad. Sobreviviria a aquel encuentro y a lo que fuera, hasta que Emma saliese de su vida para siempre.

– Mi hijo -dijo su padre alegremente cuando Reyhan entro en el salon-. Cuanto me alegro de verte.

– Lo mismo digo, padre.

El buen humor del rey advirtio a Reyhan que su padre estaba tramando algo y que no debia bajar la guardia.

Se acerco al bar y se sirvio un whisky. Luego, fue hasta el sofa orientado hacia las puertas del balcon y se sento lo mas lejos posible del gato que descansaba en el cojin central.

– Emma llegara de un momento a otro -dijo su padre, acariciando al enorme gato persa que tenia en el regazo.

Reyhan se habia ofrecido para escoltarla el mismo, pero el rey le habia dicho que primero preferia hablar en privado con el, asi que espero pacientemente.

– Tu mujer es una joven muy guapa.

Reyhan asintio. Nunca habia pensado en Emma como en «su mujer». De haberlo hecho, la habria reclamado, a pesar de los deseos de Emma por alejarse de el lo mas posible. Habria querido poseerla, tomarla, estar con ella… Habia sido mas seguro para ambos estar separados por medio mundo. Se habia obligado a pensar en ella solo en contadas ocasiones, normalmente de noche, cuando no podia dormir y los sonidos del Mar de Arabia se confundian con los ecos de su voz aterciopelada.

– He organizado la cena de esta noche para poder conocerla -dijo su padre.

A Reyhan no le gusto como sono eso.

– Se ira dentro de unos dias.

– Hasta entonces, es mi nuera. Y ese es un parentesco importante.

Reyhan no supo si su padre lo decia en serio o si solo intentaba crear problemas. Sobre la primera posibilidad no habia mas que recordar los lazos tan estrechos que mantenia con Cleo, la mujer de Sadik. Cleo pasaba mucho tiempo en compania del rey. Si lo mismo sucedia con Emma, su padre tal vez no accediera al divorcio. Y Reyhan sabia que no podia seguir casado. No con ella. No con aquel deseo abrasandolo por dentro.

Antes de que se le ocurriera alguna razon para alejar a Emma de su padre, se oyeron unos golpes en la puerta. Reyhan se levanto y se preparo para el impacto que supondria volver a verla.

– Adelante -respondio el rey en voz alta.

Una joven empujo la puerta, entro e inclino la cabeza. Emma la siguio y se detuvo, insegura.

Reyhan dejo su vaso y se acerco a ella. Mientras se aproximaba, se fijo en el vestido verde esmeralda que se cenia a sus sensuales curvas, en el elegante peinado de sus cabellos rojizos y en el maquillaje que realzaba sus ojos y su boca. Emma no necesitaba ningun complemento para parecer hermosa, y sin embargo el resultado hacia lucir aun mas su belleza natural.

Las llamas del deseo se avivaron en su interior. Reyhan intento ignorarlas y se concentro en la excitacion y la aprension que reflejaban los verdes ojos de Emma, cuya timida sonrisa expresaba la lucha entre las dos emociones.

Cuando se detuvo junto a ella, la tomo de la mano. En cuanto los dedos se cerraron en torno a los suyos, la punzada que sentia en el pecho se agudizo hasta hacerse insoportable. Ignorando el doloroso deseo, se puso la pequena mano de Emma en el pliegue de su brazo y la condujo hacia su padre, que dejo el gato y se levanto.

– Padre, esta es la princesa Emma, mi mujer. Emma, te presento al rey Hassan de Bahania.

Sintio como ella se ponia rigida al oir la palabra «princesa» y se pregunto si se habria parado a reflexionar sobre cual era su posicion alli. Mientras estuvieran casados, ella era miembro de la familia real.

– Encantado -dijo el rey mientras tomaba la mano libre de Emma para besarla-. ?Te gustaria beber algo? ?Champan? Deberiamos brindar por este momento.

– No… no me apetece nada. Gracias. El rey la aparto de Reyhan y la hizo sentarse en el sofa, junto al siames que estaba durmiendo. El se sento en el extremo opuesto, mientras que Reyhan ocupo el sillon, desde donde podia observar el perfil de Emma, la linea esbelta de su cuello, la longitud de sus brazos desnudos… Y mientras la observaba, recordo las noches que habian pasado juntos. Como se habia sentido ella cuando el la tocaba. Su sabor al besarla. La tension y humedad de su cuerpo virginal cuando la hizo suya por primera vez.

Las imagenes tuvieron el resultado esperado, por lo que se vio obligado a cambiar de postura en el sillon.

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